'Feminismo vibrante'
Ana Requena: "Tenemos que poder hablar de verdad del sexo, del deseo, de lo que nos gusta y de lo que no"
'Feminismo vibrante' (Roca Editorial, 2020), de Ana Requena Aguilar, marca la nueva ruta del feminismo: sumar a la ruptura del silencio contra el acoso y el abuso sexual, la reivindicación de la sexualidad femenina
Lo ocurrido con un vibrador, una maleta morada y un arco de seguridad del aeropuerto de Madrid es el punto de partida de 'Feminismo vibrante'. En este libro, la periodista especializada en igualdad, género y feminismo, Ana Requena Aguilar, reflexiona sobre el que cree que debería ser el nuevo reto del feminismo: sumar a la ruptura del silencio contra la violencia y el acoso sexual, la reivindicación del placer de la mujer.
"Tenemos que poder hablar de verdad, sin cortapisas, del sexo, del deseo, de lo que nos gusta y de lo que no", asegura la autora, responsable también de un blog sobre micromachismos.
"Tenemos que poder hablar de verdad del sexo, del deseo"
Este libro busca situar a la mujer como sujeto de deseo para romper estereotipos porque aún, hoy en día, cuando una mujer escribe sobre sus hábitos sexuales acaba enfrentándose a ciertas consecuencias. "Bueno, te preguntas qué imagen obviamente van a tener los demás de ti, profesional y personalmente, cuando tu expones tan claramente", reconoce la autora.
Los tópicos y los roles de fondo no han cambiado tanto aunque nos creamos una sociedad moderna, aunque algunas mujeres ya hayan crecido con una idea de libertad sexual que, en principio, podían ejercer. Pero, la realidad, denuncia Ana Requena, es que cuando las mujeres ejercen esa aparente libertad sexual se encuentran con juicios, con prejuicios y con destrato por parte de muchos hombres.
"Cuando ejercemos esa aparente libertad sexual, nos encontramos con juicios y prejuicios"
Por eso, propone que el feminismo dé un paso adelante, que recupere la sexualidad de la mujer y que la situé en el centro de la agenda social. Anima a las mujeres para que sean conscientes de sus necesidades porque, cree "que además de ser críticas, tenemos que ser disfrutonas".
El feminismo propone abrir un debate social serio y hacerlo de manera colectiva -mujeres y hombres- pero con una premisa: si no hay placer, no hay revolución.