Del camerino de Sonsoles Ónega a la papelera de Alfonso Goizueta, así se gestaron los Premio Planeta
Sonsoles Ónega nos invita a descubrir el espacio íntimo de su camerino donde ha alumbrado el Premio Planeta, y el finalista Alfonso Goizueta nos cuenta la fórmula con la que se ha convertido en el escritor más joven en ostentar el galardón.
El éxito literario de Sonsoles Ónega se gestó en sus camerinos. La periodista de Atresmedia nos deja entrar en su pequeña burbuja de inspiración. "En los camerinos he construido mucho esta novela, es un espacio de relativa paz", reconoce sentada en su pequeño escritorio rodeado de libros y sus objetos personales.
En el camerino del Premio Planeta
Las hijas de la criada, la ficción ganadora del Premio Planeta, bebe de la realidad. Se inspira en el error cometido en 2002 en el Hospital San Millán de Logroño, cuando dos bebés fueron intercambiados.
Una década después, una de las afectadas denunció lo ocurrido tras hacerse una prueba de ADN. "El intercambio de unas niñas en el hospital de La Rioja que yo conté como periodista. Me pareció un punto de partida maravilloso porque es la fatalidad pura y dura, en el caso de la novela por la venganza de una criada", comenta la autora.
"Con tanta tensión a nivel profesional, la tentación de hacer un paréntesis en mi carrera literaria está ahí"
Con esa premisa que marca su libro. Le planteamos si ella también se ha afrontado a esos '¿qué hubiera pasado si…?' en su propia vida. "Yo todo el rato pienso en el: ¿y si hubiera dicho no a esto, y si hubiera dicho sí a aquello, y si no hubiera hecho esta novela?", se pregunta. "Esta novela se escribe en un momento profesional de mucha tensión, de grandes retos. Y la tentación de dejarlo, de hacer un paréntesis en la carrera literaria está ahí porque cuesta mucho hacerlo todo, y ahora lo pienso: ¿y si la hubiera dejado que habría pasado?".
La ficción, además, le ha sumergido de lleno en sus raíces gallegas. "La elección de Galicia como escenario de la historia no me ha costado nada porque siempre estoy deseando volver”, reconoce emocionada. La obra ahonda en esa generación de mujeres de principios del siglo pasado que levantaron auténticos imperios en las conserveras con sus propias manos y quedaron relegadas al olvido como esas ‘señoras nadie’. "Me han removido mucho los personajes. Me ha ocurrido una cosa con esta novela que es que creo que ha sucedido de verdad. O sea a veces digo: ¿qué pensará Doña Inés de todo esto? Y Doña Inés no existe", cuenta entre risas.
Tras los pasos de Alejandro Magno
También el protagonista de la novela finalista ha calado hondo en Alfonso Goizueta, premiado a sus 23 años, la misma edad que Alejandro Magno por su libro La sangre del padre. "Yo creo que eso nos hermana de alguna forma. Esa lucha que tenía consigo mismo soportando al tirano sobre los hombros, eso era lo que me fascinaba quién era el Alejandro de las Sombras", explica emocionado señalando la ilustración de la portada que evoca esa dualidad.
En su afán por desentrañar los claroscuros del héroe, cuenta que desde pequeño tiene clara vocación de escritor. Publicó su primer libro a los 17 años y reconoce que tiene la rutina literaria muy integrada en su vida con un lema para llegar a escribir un bestseller como el que nos presenta: "Es a base de escribir mucho, de practicar mucho y de tachar, tachar y tachar, y tener un buen aliado que es la papelera".
"Mi rutina es practicar mucho y tachar, tachar y tachar y tener un buen aliado que es la papelera"
Nada más abrir su obra premiada aparece un mapamundi donde podemos seguir la gesta de Alejandro Magno en la conquista del este con los nombres de la época. Pero llama especialmente la atención uno de ellos por estar de actualidad: Gaza: "Tanto Gaza como Jerusalén son sitios por donde Alejandro pasó, y pensar que tanto tiempo antes de Cristo todavía seguía siendo una región convulsa, una región con muchísima turbulencia, es muy impresionante de ver".
Sonsoles Ónega y Alfonso Goizueta, ganadora y finalista de los Planeta, comparten emocionados los secretos de su proceso creativo mientras posan con los ejemplares de los libros recién salidos a la venta. Su gesto de felicidad es palpable al portar, orgullosos, las novelas con las que han conquistado el premio literario de mayor dotación económica del mundo.