Eugenia Tenenbaum, sobre Picasso y las mujeres: "Se alimenta la falsa noción del genio porque mueve mucho dinero"
Cuando se cumplen 50 años de la muerte de Picasso, la historiadora Eugenia Tenenbaum repasa en 'Las mujeres detrás de Picasso' la vida de ocho mujeres con talento propio y claves en su obra, que la historia relegó al papel de musa. Nos lo cuenta en el siguiente vídeo.
Dora, Genevieve, Jacqueline, Eva, Fernande, Olga, Françoise y Marie-Therese tuvieron una cosa en común: La historia las relegó a "mujer de": mujer de Picasso.
Más que musas
"Es imposible entender la obra de Picasso sin las mujeres de su vida", cuenta Eugenia Tenenbaum, historiadora del arte y autora de 'Las mujeres detrás de Picasso'. "Y, sin embargo, se estudia así", lamenta.
A pesar de que algunas de ellas fueron artistas con nombre propio, existe una escasez de fuentes propias y, como explica Eugenia Tenembaum, solo se puede conocer a estas mujeres a través de la biografía del pintor malagueño.
Como Olga Khokhlova, bailarina, rusa, su primera mujer. Cuando murió, Picasso se casó con Jacqueline Roque. A ellas, como al resto, las mal llamaron "musas", una etiqueta que la historiadora rechaza.
El mito del "genio"
"Para seguir alimentando la falsa noción de que existe algo como "el genio artístico" hay que seguir alimentando la falsa noción de que existe algo como la "musa", la mujer como objeto a admirar y nunca como sujeto propio", explica la autora, que añade que "al final la noción de "genio" mueve muchísimos visitantes a los museos y mucho dinero en el mercado del arte".
Pero convierte a sus mujeres en objetos a admirar y no en sujetos con voz propia, como Dora Maar, fotógrafa que por entonces era tan conocida como Picasso y más que que otros como Man Ray. Además. Para Tenenbaum, Dora Maar fue clave en la creación del Guernica, puesto que fue ella quien le mostró al pintor las fotos del horror del bombardeo.
Violencia vicaria
Además, reducir la figura de Picasso a la de "genio" sirve para justificar los pasajes más oscuros de su biografía, como el día que se negó a tratar la apendicitis de su hija Paloma para hacer daño a su madre, François Gilot, lo que hoy conocemos como violencia vicaria. Gilot pasaría a la historia también como la mujer que se hartó de Picasso y le abandonó, lo que no pudieron hacer otras. Marie-Thérèse Walter se suicidó.
Así que en el debate sobre si hay que separar obra y autor, para qué, para bien o para mal, Picasso es el artista que hoy es porque Pablo fue el hombre que fue.