'La furia y los colores' de Wyoming
"He soñado que me metían en una cárcel con una guitarra y unos libros y era feliz"
En 'La furia y los colores', El Gran Wyoming cuenta cómo vivió la época de la Transición. Desde sus viajes al extranjero, su paso por la universidad, hasta su gran pasión: la música.
Lo que Wyoming piensa de la transición ya lo sabemos: "Reconciliación no hubo en absoluto, nunca ha habido. Siempre ha habido vencedores y vencidos", decía en una entrevista en 'Liarla Pardo'.
La movida dinamitó el franquismo
En 'La furia y los colores' (Planeta, 2019) cuenta cómo vivió aquella época. Pero aquí vamos a hablar de su gran pasión. "A mi la música me lo ha dado todo. A veces he soñado que me metían en una cárcel y yo me iba con una guitarra y unos libros y era feliz en la celda".
La música ha estado siempre muy presente en la vida de José Miguel Monzón. Ya desde la Transición, cuando la movida había llegado para dinamitar el franquismo. "Veníamos de una España muy gris y muy triste, y esta gente vino a romperlo todo con un mundo de colores, los pelos, la ropa...". Justo lo que representaba una jovencísima Alaska. Grupos como Radio Futura, Nacha Pop o Los Secretos representaban una generación que huía de una sociedad politizada y que solo pensaba en disfrutar, en vivir en un mundo paralelo.
"Veníamos de una España muy gris y esta gente vino a romperlo todo con un mundo de colores"
Wyoming fue testigo del nacimiento de aquel movimiento, pero él se refugiaba en un género más reivindicativo. "El rock sí tenía un discurso suburbial y de contestación. Quiero decir, el himno de Rosendo era 'es una mierda este Madrid'".
Diez años de gira ininterrumpida
Al igual que Rosendo, El Gran Wyoming optó por la melena. Dice que cuanto más largo se dejaba el pelo, más se distanciaba de la sociedad que tanto repudiaba. "Llegué a tener el pelo por el ombligo, entonces no estaba tan al uso. Y eso definía al individuo completamente. Toda la gente que te negaba la palabra por tener esa pinta, es gente con la que no tenías ningún interés en hablar".
Ahora recorre toda España con su grupo, y en 10 años no han cancelado ni un concierto. Dice que la música le cura cualquier dolor. "El otro día estaba con un trancanzo y estaba medicándome. Bueno, pues yo llegué, me hice el repertorio entero, pude cantar y fuera malestar, fuera todo, y me fui de chusma hasta las seis de la mañana". Y así seguirá, encima de los escenarios como los buenos rockeros, hasta que el cuerpo aguante.