"No veas lo que hay que tragarse": la cara oculta de Carlos Boyero, la persona que más tiempo pierde en el cine
El crítico presenta sus memorias: No sé si me explico, un libro en el que se descubre como persona más allá del personaje.
A sus 70 años ha publicado la crítica más complicada: la de su vida. Carlos Boyero se ha lanzado a escribir su particular libro de memorias: No sé si me explico. "Lo que ha sido mi trabajo durante 50 años dando la murga", y es que por eso se le conoce: por no dejar títere con cabeza cuando hace crítica de cine, y de vida, que no es más que su trabajo.
La vida que hoy lleva nada tiene que ver con la que exprimió en el Madrid de la Transición. Ahora su día a día es mucho más sencillo: "Me doy una vuelta por el barrio, visito mucho los bancos públicos y luego me encierro en casa", donde tiene su particular sala de proyecciones.
Un cinéfilo empedernido
Allí se retira para reencontrarse con los clásicos que le hicieron crítico, como 'El hombre tranquilo', de John Ford, 'El apartamento' de Billy Wilder o 'El buscavidas' de Robert Rossen. "Me marcaron en mi adolescencia y las sigo viendo porque me provocan una emoción especial", explica a laSexta.
"Todos los días veo dos o tres películas, en casa, de esas que me siguen proporcionando el subidón que necesito"
Y es que Carlos Boyero no concibe su día a día sin el cine. "Todos los días veo dos o tres películas, en casa, de esas que me siguen proporcionando el subidón que necesito", comenta sentado precisamente en una butaca de una céntrica sala de proyecciones de Madrid, la ciudad que le dio la oportunidad de ser quien es.
En sus recuerdos de joven universitario aparecen el actor Antonio Resines y el director de cine Fernando Trueba, sus colegas de batalla. También la Guía del Ocio y las reseñas que firmaba, primero, sobre locales de copas, y más tarde, sobre cine. Una colección de reseñas que pronto convertiría en crítica, un género que hoy no se entendería en nuestro país sin Carlos Boyero.
¿Quién es Carlos Boyero?
"Carlos Boyero es un personaje que a veces me resulta cercano, pero otras no le aguanto, ya hemos aprendido a soportarnos", explica este 'cascarrabias' convencido de que esa es la imagen que algunos tienen de él. "Sospecho que soy más cosas, además de un cascarrabias", dice esbozando una sonrisa que pronto torna en un gesto serio, porque como asegura, ha tenido que soportar horas y horas de cine soporífero. ¡Cómo para no ser un cascarrabias!
"Sospecho que soy más cosas, además de un cascarrabias"
"No veas lo que hay que tragarse", espeta llevándose las manos a la cabeza aunque por increíble que parezca no todas las películas le disgustan, pues "de vez en cuando aparecen algunas maravillosas". Entre esas, el crítico no duda en dar dos títulos actuales: 'Saben aquell' de David Trueba y 'Una vida no tan simple' de Félix Viscarret, al igual que destaca el trabajo y la trayectoria de actores y actrices como Penélope Cruz y Javier Bardem.
Si emociona, la crítica es buena
El objetivo del cine no es otro que emocionar. "El cine puede ser muy aburrido y muy intenso, muy pegajoso... pero procuro disfrutarlo, y el que tengo que sufrir porque no me queda más remedio lo veo como una pérdida de tiempo", así, sin tabúes, Carlos Boyero afirma que en este medio siglo de profesión ha perdido mucho tiempo frente a la gran pantalla.
"El cine es una ensoñación, si esa historia me provoca sensaciones, como una emoción, risas, miedos... entonces hay buena crítica"
Pero a veces se produce la magia y el crítico queda atrapado. "El cine es una ensoñación, el mundo desaparece para concentrarte en lo que se está narrando, si esa historia me provoca sensaciones, como una emoción, risas, miedos... entonces hay buena crítica", porque Carlos Boyero escribe y habla con pasión de lo que le gusta y también de lo que no.
"En mis críticas me he limitado a transmitir siempre mis gustos y sensaciones, lo cual no quiere decir que sean sentencias, eso sí, jamás me he mentido a mí mismo", y es que sin cortarse un pelo asegura que si no le interesa lo que ve "pues me duermo o me salgo un rato a la calle, en eso he sido siempre muy poco ortodoxo".
Porque aunque se arrepiente de bastantes cosas, de lo que está orgulloso es de su trayectoria, de haber dicho y opinado siempre lo que pensaba, en su trabajo y en su vida. "Esto te puede crear problemas, porque hay una cosa odiosa llamada censura que siempre anda por ahí, con un ropaje u otro, disfrazada o transparente... pero he sobrevivido", aplaude.
Drogas y soledad
Carlos Boyero está convencido de que, de todas las drogas que ha probado "el cine es la más potente y encima no deja resaca". A sus 70 años, se ha desnudado sin censuras ante el público presentando sus memorias "con todo el pudor que esto me provoca, y aún más cuando se da por supuesto que una biografía es el final, que ya ha ocurrido todo lo que tenía que ocurrir", comenta con melancolía.
"Mi vida es mi casa y hacer mi trabajo, aunque cada vez tengo menos, y ahí ando, esperando a que llegue el final"
Este libro, que llega tras el documental sobre su vida que se estrenó en 2022, "es una biografía sentimental sobre mis aficiones y también mis fobias", como la soledad en la vejez. "Puede resultar grata, pero tiene un lado bastante tenebroso; me llevo con ella pues como puedo, a veces asfixia, asfixia mucho" y así pasa las horas, entre películas y los placeres caseros. "Digamos que mi vida es eso, mi casa y hacer mi trabajo, aunque cada vez tengo menos, y ahí ando, esperando a que llegue el final".
Palabra de Carlos Boyero.