El amor en mitad de la barbarie: así es la novela sobre la Primera Guerra Mundial que ha enamorado a los libreros franceses
El soldado desafinado, de Gilles Marchand, es una novela oscura sobre los estragos y traumas que dejó la Primera Guerra Mundial de la que surge, como un faro, una historia de amor llena de luz.
Gilles Marchand
Traductora: Lydia Vázquez
Editorial: Seix Barral
Año de publicación original: 2022
Me vais a permitir que hoy empiece por el final: he disfrutado muchísimo con este libro. Porque en cada página he encontrado retazos de historias que he amado. Pistas en las que descubrir libros en los que viví un tiempo, como si fueran mi casa. Así que pasear por El soldado desafinado ha sido como abrir un viejo álbum de fotos al que alguien le ha adosado, sin avisar, una nueva sección con imágenes de un nuevo hogar.
Gilles Marchand decidió cambiar el rumbo de su vida en 2010 y abrirle la puerta al escritor que todo francés lleva dentro
No en vano esta novela de Gilles Marchand ha sido elegida por más de 2.000 libreros independientes franceses como la mejor del año. Un premio tremendamente prestigioso teniendo en cuenta que, en nuestro país vecino, dentro de cada ser humano vive al menos un escritor latente que, la mayoría de las veces pelea por salir a la luz.
El que dormía en el cuerpo del autor que nos toca tuvo que soportar horas de golpes y ruidos, ya que Gilles Marchand fue antes batería de una banda de rock que escritor. En 2010 decidió cambiar el rumbo de su vida y abrirle la puerta al contador de historias que todo francés que se precie lleva dentro. Y ese autor le cambió la vida.
Una novela repleta de referencias
El soldado desafinado está protagonizada por un veterano de la Primera Guerra Mundial que ha perdido una mano en la batalla del Marne, ni siquiera en las importantes de Verdún o del Somme. Un perdedor, lisiado y humillado, que se creyó toda la propaganda nacionalista antes del conflicto, que se alistó voluntario y que tras resultar herido siguió dando todo por su patria como conductor en la retaguardia del infierno.
Un personaje oscuro y despreciado, triste y aún así habitado por un calor, por una luz tenue, humana, que aflora en contadas ocasiones. Un personaje que, sin estar cerca del sarcasmo y la rabia de Ferdinand Bardamú, el protagonista de Viaje al fin de la noche, recuerda al personaje creado por Louis-Ferdinand Céline.
"Era demasiado joven para morir", dice la madre de Émile Joplain a modo de prueba de vida de su hijo desaparecido
Sin embargo, así como Bardamú se dedicó a la medicina una vez terminada la guerra, el protagonista de El soldado desafinado es investigador privado. Un hombre con los suficientes contactos y la tenacidad como para rastrear desaparecidos de la guerra hasta dar con sus cadáveres, para tranquilidad de las familias que le contratan.
Hasta que da con Jeanne Joplain. Una madre de clase alta convencida de que su hijo sigue vivo, siete años después de terminada la guerra, a pesar de no saber nada de él desde que se fue al frente. "Era demasiado joven para morir", le dice la madre a modo de prueba de vida. Descreído como el mejor Sam Spade, el investigador se pondrá manos a la obra sin mucha fe.
Pero en sus investigaciones, charlando con veteranos de guerra, excompañeros del joven Émile Joplain, lo que descubrirá es que estaba terriblemente enamorado de una joven alsaciana, Lucie, que trabajaba como criada en la casa de campo de su familia.
El amor como tabla de salvación
Este argumento, no excesivamente complicado, le sirve a Gilles Marchand para desarrollar una historia que va del drama más aterrador, de los recuerdos de una guerra brutal y despiadada, a la historia de amor de época más tierna y emotiva. Y no es nada fácil entrar y salir todo el rato del drama al romance. Y Gilles Marchand lo hace con sutileza y maestría.
La historia se mete en el fango hasta las rodillas para poder rescatar algo de amor de los terribles recuerdos de la guerra
A caballo de un protagonista silencioso, tullido y discreto, la historia avanza por terrenos destrozados, por conciencias aplastadas por los obuses y la metralla. Se mete en el fango hasta las rodillas para poder rescatar algo de amor de aquellos recuerdos tan terribles.
Y arañando en las tumbas, rebuscando entre los espíritus, surge un faro al que los personajes de la novela se aferran, la historia de amor de Émile y Lucie. El último reducto de humanidad que poder salvar en mitad de la barbarie.
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