Así es la activista trans chilena que publica en fanzines y que ahora Mariana Enríquez ha descubierto para el gran público

Claudia Rodríguez

Editorial: Barrett

Año de publicación original: 2024

Si la literatura publicada en castellano fuese una geografía, un paisaje en el que las montañas de los best sellers ocultan a veces los valles de laliteratura de autor; si en ese mapa surcado por el río de la novela negra, con lagos de poesíadonde algunos van a descansar existiera; si el bosque del teatro y el parque de la literatura infantil, con sus visitantes fieles pero escasos tuvieran su espacio entonces, los periodistas culturales seríamos una especia de geógrafos.

Quizás ha llegado la hora de mover el tiro de cámara y convertir, de una vez por todas, los márgenes en el centro del relato

Cada reseña, cada recomendación, sería una especie de guía de viajes. Una ruta, un "cómo llegar" que diría Google. Una manera de señalar un punto determinado, un enclave, donde merece la pena viajar y quedarse. Esa geografía tendría, por supuesto, lugares masificados y otros secretos. Avenidas de premios Nobeles y callejuelas de escritores malditos.

Y como en todo espacio conocido, habrá barrios marginales, espacios alejados del foco donde nadie (o casi nadie, mejor) mira. Barrios marginales a los que no se presta atención, que alzan su voz todo lo que pueden en las plataformas que tienen a mano y aún así, su voz nunca se escucha.

Allí ha crecido Claudia Rodríguez. Su casa destartalada jamás aparecerá en las rutas oficiales, su foto no luce en las guías de viaje, pero su espacio existe y merece tanta atención como cualquier otro. Quizás ha llegado la hora de mover el tiro de cámara y convertir, de una vez por todas, esos márgenes en el centro del relato.

Escritora arrebatada

Claudia Rodríguez, travesti y activista trans chilena, nació en un pequeño pueblo en una familia de clase baja. Su infancia fue tan dura y tan complicada como te puedes imaginar para una persona como ella en un entorno tan hostil.

"Mi tema es escribir de la forma y de las cosas que según el mundo nacieron maltrechas"

Hasta que no llegó a la capital y conoció a otras travestis que le aconsejaron y la ayudaron, no entendió que la palabra le había sido negada y que para cambiar las cosas tenía que acceder a ella. Tenía que leer y tenía que escribir. Y reflejar su verdad, su verdadera historia, para que otras continuaran construyendo desde ahí.

"Mi tema es escribir de la forma y de las cosas que según el mundo nacieron maltrechas. Escritoras arrebatadas, feas y monstruosas, resentidas como yo", dice en un texto de Cuerpos para odiar. Porque el cuerpo es el campo de batalla de las travestis y de las trans. Sobre ese lienzo destruyen e inventan. Elevan la belleza a partir del cuerpo rechazado.

Cultura de fanzine

Esas reflexiones de Claudia Rodríguez han ido apareciendo en diferentes fanzines que ella misma elaboraba para financiarse su formación como activista, con estudios en derechos humanos, historia de la sexualidad y prevención del sida. Se diplomó incluso en estudios de Género en la Facultad de Filosofía y Humanidades en Chile y ejerce como trabajadora social.

Prostitución, depresión, tristeza, violencia atraviesan la literatura de Claudia Rodríguez, llenándola de significado y de poder

Prostitución, depresión, tristeza, violencia atraviesan la literatura de Claudia Rodríguez, llenándola de significado y de poder. Sus creaciones, tan poéticas como políticas, recorren toda su vida. Desde su infancia, en la que ya se asomaba al desconocido abismo de su propia realidad, a sus romances, amantes y parejas, tocados todos con la rabia y la fiereza de quien se siente siempre a contracorriente.

La poética arranca de lo más oscuro, de lo nunca iluminado. La lucha, armada solo con palabras, convierte un mundo feo, terrible, en algo bello, sutil, delicado, digno incluso, de ser defendido ante todo y ante todos. Claudia Rodríguez entendió que solo a partir de escribir sobre su dolor podría modificarlo, podría convertirlo en energía de cambio. Podría ser inspiración y herramienta política en la lucha por los derechos trans.

Por eso sus textos nacen de la tradición oral, son arrebatados y breves, como una conversación o una perorata. Por eso la dignidad con la que habla del maquillaje, de las operaciones, de las cicatrices. Por eso la libertad para describir el sexo, las heridas, el placer o las lágrimas.

Mariana Enríquez, editora

La editorial Barrett lleva tiempo buscando lugares interesantes y desconocidos en ese paisaje literario que tanto recorremos. Gracias a Mariana Enríquez, la escritora más parecida a una estrella del rockque tenemos hoy en día, y al proyecto de Barrett 'Editora por un libro' en el que le da a personajes reconocidos la capacidad de sacar un libro adelante, nuestra mirada ha dejado los lugares comunes para adentrarse en el barrio peligroso.

Gracias al tratamiento editorial de Mariana Enríquez, la poética política de Claudia Rodríguez se convierte casi en novela

Allí, Enríquez ha realizado una labor de edición maravillosa, escogiendo y ordenando los textos de Claudia Rodríguez para poderlos leer como un continuo, como una sola historia. Y gracias a ese inteligente tratamiento editorial, su poética política se convierte casi en la novela de su vida.

Por si fuera poco, la portada, contraportada y las ilustraciones de las solapas las ha realizado Nazario Luque, uno de los padres del undergrounden España. Artista clave de la contracultura en los últimos años del franquismo y en la transición, sus cómics fueron pioneros por su abierta temática gay donde el sexo era motor y fin de sus personajes.

Cuerpos para odiar es, por tanto, un texto imprescindible para los que queremos reventar los límites habituales de este territorio literario que algunos han tomado como propio y que les pertenece tanto a ellos como a esta cultura fanzinera subversiva y alternativa que Claudia Rodríguez representa.

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