Isak Férriz y Verónica Echegui en una imagen promocional de 'Ciudad de sombras' | Netflix España

Así es la ejemplar novela negra en la que se basa la serie póstuma de Verónica Echegui

El verdugo de Gaudí, la primera entrega de las aventuras del inspector Milo Malart escritas por Aro Sáinz de la Maza, sirve de base a 'Ciudad de sombras', la serie que supuso el último trabajo de Verónica Echegui antes de su muerte.

 |   | 23/12/2025

Aro Sáinz de la Maza

Editorial: Destino

Año de publicación original: 2012

Hay un cuerpo ardiendo, colgado del balcón del primer piso de La Pedrera, la emblemática construcción de Gaudí en la milla de Oro de Barcelona. Un asesinato tan cruel y llamativo que no puede ser un simple ajuste de cuentas. El asesino aprovechó la madrugada para transportar el cuerpo de un empresario y exconseller hasta allí, subirlo con una grúa, colgarlo, impregnarlo de gasolina, bajar y lanzarle un mechero.

El golpe le llegó a Barcelona a tres semanas de la visita del Papa para consagrara la Sagrada Familia

Todo ello sin dejar la más mínima huella, ni siquiera un desliz. Es más, grabó con saña planos cortos antes de bajar y después se quedó durante varios minutos viéndolo arder para subir después toda la grabación a internet. Lejos de huir de las cámaras de seguridad de la zona, parecía como si las buscase. En las imágenes que estas tomaron se podía observar una figura ataviada con casco de moto y guantes.

Antes de alejarse de la zona saludó a la cámara e hizo algún que otro gesto difícil de interpretar. El golpe le llegó a Barcelona a tan solo tres semanas de la visita del Papa Benedicto XVI, en 2010, para consagrar la basílica de la Sagrada Familia. Y le acertó donde más duele, en pleno corazón turístico, en la imagen de ciudad ideal para visitar.

Milo Malart: un investigador inclasificable

Cuatro días después del crimen, la investigación se encuentra en un callejón sin salida. Sin pistas que seguir ni móviles aparentes que marquen un camino, la policía solo da palos de ciego. Por eso la jueza instructora del caso decide hacer una llamada y sacar de su retiro al único investigador capaz de arrojar algo de luz sobre un caso tan complicado: Milo Malart.

Retirado de empleo y sueldo por golpear a un superior, Milo trata de lidiar con una severa depresión, fruto del suicidio de su sobrino, al que estaba muy unido. Él es un investigador diferente, con una especial intuición y una capacidad casi mística para ponerse en la piel de psicópatas, criminales y asesinos.

Malart recuperará su puesto, su placa y su pistola y se incorporará al equipo que investiga el crimen

Gracias a la gestión de la jueza, Malart recuperará su puesto, su placa y su pistola y se incorporará al equipo que investiga el crimen, liderado, precisamente, por el superior al que golpeó meses atrás, con tan solo dos condiciones: la primera es visitar a una psicóloga. La segunda, aceptar trabajar mano a mano con Rebeca Mercader, una subinspectora recién llegada a la central.

Una compañera que pronto entiende que, aunque socialmente sea un desastre, el talento de Milo Malart como investigador es incuestionable, y se convertirá en su ayuda, su confidente y su apoyo. Entre los dos sabrán unir los puntos que conducen a un asesino dispuesto a sembrar el caos en la ciudad: obsesionado con Gaudí, su único interés parece ser hacerle daño a Barcelona, acabar con su prestigio, ser su verdugo.

Una novela negra canónica

Da gusto lanzarse a las páginas de El verdugo de Gaudí. Esta novela negra clásica, con su inteligente investigador de pasado turbulento, su atractiva pero astuta compañera, su insoportable jefe policial, su cruel asesino e incluso su desalmado periodista dispuesto a lo que sea por una nueva exclusiva, ofrece un poderoso entretenimiento.

No es nada fácil dar con una novela negra tan bien construida, tan bien trabajada

Y aunque parece que solo hay una sucesión de tópicos, nada más lejos. No es nada fácil dar con una novela negra tan bien construida, tan bien trabajada. Con unos personajes que no hagan aguas y una investigación que no roce el ridículo. En El verdugo de Gaudí nada se deja al azar y no hay cabos sueltos. Todo crece con la calma y la constancia debidas, sin acelerones ni sorpresas inesperadas.

Porque en las descripciones y en los diálogos que ofrece Aro Sáinz de la Maza están las pistas, solo que solo alguien de la sagacidad de Milo Malart es capaz de entender el rompecabezas. Y leer cómo va avanzando la trama es enredarse con gusto en una pendiente por la que se precipita la resolución del crimen.

El tirón de la serie

Esta fue la primera novela protagonizada por este investigador. En 2012, solo dos años de la visita del Papa, Aro Sáinz de la Maza decidió utilizar este acontecimiento para ambientar esta novela negra que se tituló originalmente como El asesino de la Pedrera. El éxito fue tal que, desde entonces, han visto la luz otras tres: El ángulo muerto, Dócil y Malart.

Ahora, trece años después de su lanzamiento, Destino reedita aquella primera historia cambiándole el nombre por una frase que el propio Malart pronuncia en la investigación: El verdugo de Gaudí. Lo hace con motivo del lanzamiento de la serie 'Ciudad de sombras', en Netflix, basada en esta misma novela.

Una adaptación más que lógica, ya que la novela de Sáinz de la Maza es terriblemente visual y con un ritmo tan alto que parecía predestinada a convertirse en una producción audiovisual, con la dosis justa de misterio, carga emocional, impacto mediático y componente humano.

Además, esta producción ha terminado siendo el trabajo póstumo de Verónica Echegui. La inolvidable actriz asumió el papel de Rebeca Mercader pocos meses antes de fallecer en agosto de este mismo año.

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