La autora que encuentra el terror hasta en una bombilla (y ha ganado el prestigioso premio Bram Stoker)
Con En ese infinito, nuestro final, Gemma Files confirma que es una de las grandes voces en la literatura de terror. En estos quince relatos lo más oscuro surge siempre de grietas en nuestra realidad más banal.
Gemma Files
Traductora: Pilar Ramírez Tello
Editorial: La Biblioteca de Carfax
Año de publicación original: 2021
¿Puede haber algo más terrorífico que pelear por tu vida contra ti mismo? ¿Puede haber un terror más atávico que el miedo a lo desconocido, a lo que se esconde allá donde la luz no llega? Gemma Files lo sabe bien. Y tiene muy claro que en este mundo moderno de mierda, nada nos puede dar más pavor (a nosotros, insignificantes personas pequeñas y alienadas) que nuestra cotidianidad se vuelva contra nosotros.
'En ese infinito, nuestro final' es una colección de cuentos en los que lo inexplicable se abre paso
Ganadora del prestigioso Premio Bram Stoker en 2021 y del Shirley Jackson en 2017 (los más importantes del género en Reino Unido y Estados Unidos respectivamente), la autora ha demostrado sobradamente su talento para aterrarnos. Y lo ha hecho siempre sin perder de vista la realidad que nos rodea. Asegura que cada relato surge de observar un instante de su vida y convertirlo en espeluznante.
De eso va En ese infinito, nuestro final. Una colección de cuentos en los que, a partir de un contexto común y lógico, lo inexplicable se abre paso, abriendo grietas en nuestra imaginación por las que se cuela el horror más inesperado.
Un mundo lleno de grietas
Porque esa es una de las claves de este libro y de la literatura de Files: las grietas. Pequeñas aberturas en las paredes, en los cuerpos, en los recuerdos e incluso en la literatura, por los que se cuela, primero goteando, pero después a borbotones, algo difícil de explicar, algo capaz de acabar con nosotros.
En los cuentos de Gemma Files hay grietas por las que se cuela, primero goteando, pero después a borbotones, algo difícil de explicar
En La iglesia de las montañas, uno de los relatos de este libro, lo que se abre es una pequeña grieta entre un recuerdo y la realidad. Y la protagonista del mismo no será capaz de asegurar si aquella escena de terror que vio en la tele de la casa de su abuela cuando era niña, la vio realmente en la tele o no. Y por ese pequeño espacio, de nuevo, lo más oscuro se abrirá paso.
O en Así están las cosas, por ejemplo, el relato que abre el libro. Allí la grieta se abre en los cuerpos de todo el planeta. Escrito antes de la pandemia del Covid, llama la atención esta historia sobre un mal que separa los cuerpos de todos los habitantes de la Tierra en dos seres iguales, destinados a eliminarse el uno al otro con violencia.
Un drama sin final
Para los amantes del terror, En ese infinito, nuestro final es un libro imprescindible. Porque Gemma Files apunta directamente a nuestro pecho, a aterrarnos con cosas tan habituales en nuestra vida que no solemos reparar en ellas. Como la casa del otro lado de la calle, que poco a poco, día a día, se acerca cada vez más a la nuestra... o como un apartamento de Airbnb en el que dejamos algo más que nuestros propios recuerdos.
Una bombilla, una madre... el dolor y lo extraño surgen de absolutamente cualquier parte y nada ni nadie está a salvo en un relato de Gemma Files. Con una prosa evocativa, generosa en descripciones, sobre todo de ambientes, esta autora canadiense es muy hábil para llevarnos de la mano a paisajes agradables que poco a poco se empiezan a torcer hasta agobiarnos e incomodarnos.
Gemma Files apunta directamente a nuestro pecho, a aterrarnos con cosas tan habituales en nuestra vida que no solemos reparar en ellas
Además, la mayoría de sus historias no tienen un final como tal. El drama se extiende, el horror se agranda pero no se resuelve. Se queda ahí y el cerebro de sus lectores es el encargado de procesarlo y asumirlo... pero jamás de aliviarlo. Y por si fuera poco, los relatos van salpicados con dibujos realizados por la propia autora, la mayoría tan inquietantes como sus textos.
Por eso, cuando terminen el libro, no nos culpen si empieza a mirar sus paredes, sus lámparas e incluso a sus vecinos de otra manera, sospechando que puedan esconder algo en su interior capaz de acabar con usted. Avisados quedan.