Casa de pueblo | Pixabay.com

Carcoma - Layla Martínez

"Eso es la familia, un sitio donde te dan techo y comida a cambio de estar atrapada con un puñaíco de vivos y otro de muertos".

AhoraQuéLeo
 |  Madrid | 12/12/2021

Layla Martínez

Editorial: Amor de Madre

Año: 2021

Sinopsis: Dos mujeres y una casa. Una nieta y su abuela, escondidas en una casa perdida en el páramo, en un pueblo en el que los vecinos les demuestran su odio a la luz del sol, pero a escondidas les piden ayuda.

Y mientras, dentro de esas cuatro paredes que parecen tener vida propia, la abuela conversa día y noche con las sombras que habitan los armarios, cuida de la santa que se aparece en la cocina y alimenta la eternidad de los muertos que han habitado allí.

La nieta no. La nieta asume su desgraciado destino, su vida en esa casa, su abuela desquiciante, mientras alimenta su rencor hacia todo y hacia todos y aprende que las sombras de la casa siempre han estado de su lado.

Por qué recomendamos 'Carcoma', de Layla Martínez

Una novela diferente. Y eso se agradece. Martínez crea una atmósfera que ahoga y sorprende, pero más impacta aún cuando se lee la despedida de la autora. Sin adelantar acontecimientos, podemos decir que Martínez, más que crear escenas (que también), las describe. ¿Qué ocurrió en esa casa? ¿Qué sigue ocurriendo? Dos voces casi inconfundibles nos relatan dos realidades tan simétricas como diferentes, paralelas y siniestras, pero al fin y al cabo reales como la vida misma.

Este libro tiene un poco de realismo mágico y de terror, pero sobre todo tiene una muy clara visión de clase. Una visión de clase que no alecciona, está ahí como lo están los guisos de la abuela, siempre los mismos, no hay para más.

Martínez lanza así ideas potentes que centellean, flashes que nos dejan claro que nadie se libra de la cruda realidad del día a día. Hay venganza, hay lucha entre estirpes de señoritos y estirpes de hombres malos y mujeres que sobreviven. Y hay apoyos mutuos y silencios que pesan. Acabar de leer este libro es quedarse un ratito como sin aire, digiriendo y degustando cada idea, que quedan flotando y palpitando en el aire. Como si fueran sombras. Sus sombras.