'Criaturas imposibles' nos lleva a un mundo lleno de animales mitológicos que ojalá fuese real
Katherine Rundell se interna por primera vez en la fantasía y nos entrega una aventura llena de magia con unos personajes que te llevarás contigo para siempre.
Katherine Rundell
Traductora: Isabel Murillo
Editorial: Destino
Año de publicación original: 2024
Tener mascota mola. Da igual ser de perros o de gatos. Se han convertido en nuestros fieles amigos y muchos de nosotros ya no sabemos estar sin ellos. Los canes y mininos son los más comunes en nuestras casas, pero luego también están los que se ponen exóticos y tienen loros, tarántulas y hasta serpientes. ¿Pero os atreveríais a tener un grifo como mascota?
Sí, me refiero a esos animales mitad león, mitad águila. No me he vuelto loco. ¡Es que quiero uno! En Criaturas Imposibles, la coprotagonista tiene un grifo como animal de compañía. Ahora miro a mi gata y la pobre se me antoja poca cosa. No vuela, no tiene pico ni plumas. Menos mal que sí que tiene garras y cola, así siento que tengo medio grifo. Evidentemente es ficción, pero, en este libro se siente todo tan real, que ojalá poder tener uno en casa.
Una sorprendente obra que arranca con un bestiario de seis páginas dedicadas a todos los animales mágicos con los que nos vamos a encontrar
La primera incursión de Katherine Rundell en el género fantástico es una sorprendente obra que arranca con un bestiario de seis páginas por las dos caras dedicadas en exclusiva a todos los animales mágicos con los que nos vamos a encontrar en este libro. Además del grifo (quiero uno, ¿lo he dicho ya?) hay unicornios, sirenas, esfinges, mantícoras o centauros. Todos estos os suenan, pero también hay otros que os van a sorprender por lo originales que son. Aquí solo os voy a decir sus nombres: Kludde, Karkadann, Longma o Twrch Tryth por nombrar los más extraños.
Me he dejado fuera uno adrede porque están tan de moda últimamente que si no los mentamos parecería que falta algo y aquí no es el caso. En Criaturas Imposibles por supuesto que hay dragones. ¿Cómo no iba a haberlos? Y ahora que por fin he captado del todo vuestra atención respondo a la siguiente pregunta: ¿hay algo más en este libro aparte de una sucesión de animales inventados a cada cuál más extraño? Pues sí. Lo hay. Una historia que engancha demasiado.
Una tierra al margen de la Tierra
Criaturas imposibles se sitúa en nuestro mismo planeta Tierra. Pero en una región secreta, oculta a la vista de (casi) todo el mundo. Situado en algún lugar del océano Atlántico existe El Archipiélago, un territorio plagado de islas en el que todavía existe la magia. Gracias a ella, todos esos animales mitológicos que nos hemos encontrado en cientos de cuentos y relatos, existen.
En El Archipiélago los animales mágicos conviven con el ser humano. Y no siempre pacíficamente porque hay algunos especímenes muy peligrosos. Todos llevan habitando ese territorio desde el principio de los tiempos pero el resto del planeta les hemos olvidado. El problema es que El Archipiélago agoniza. No se sabe por qué pero la magia es cada vez más débil y, sin ella, los animales están empezando a morirse.
El Archipiélago agoniza. No se sabe por qué pero la magia cada vez es más débil y sin ella los animales se mueren
Ajeno a esta situación nos encontramos con Christopher Forrester, un adolescente corriente que desconoce su verdadera naturaleza. Su madre y abuelo son guardianes, protectores de la única entrada conocida que separa El Archipiélago del resto del mundo. El chaval acabará, sin pretenderlo con un grifo bebé entre sus manos. Uno propiedad de Mal, una chica de El Archipiélago perseguida por un asesino.
No sabe por qué quieren darle caza pero parece que el motivo tiene que ver con el hecho de que la magia esté desapareciendo. Ella y Christopher unirán sus destinos para averiguar qué está pasando y, de paso, tratar de salvar el destino de El Archipiélago antes de que sea demasiado tarde.
Fantasía de 24 quilates
Estos son los mimbres que Katherine Rundell ha tejido para convertir Criaturas imposibles en todo un fenómeno. En seis meses ha conseguido vender 220.000 ejemplares solo en Reino Unido y, además, las buenas ventas han venido acompañadas también de premios. Algunos osados ya la comparan con Tolkien. Pero yo no soy de hacer comparaciones. Lo único que puedo decir es que el libro engancha como pocos y que se lee de una sentada. Olvidaos de tomos inabarcables. Este libro supera por muy poco las 400 páginas. Una contención que se agradece porque va como un tiro y porque es luz. Es una aventura casi ochentera. Naif, tierna y con un carisma que desborda sus páginas.
Hay partes que recuerdan a 'La historia interminable', otras a la saga de 'Narnia' y a 'El hobbit'
A poco que te guste la fantasía te vas a encontrar dentro de un mundo y de una historia de la que no vas a querer salir. ¿Referentes? Tiene varios. Para que os hagáis una idea de lo que os podéis encontrar, hay partes que recuerdan a La historia interminable, otras a la saga de Narniay sí, esto tengo que reconocerlo: ese sentido de la aventura sin pretensiones puede recordar un poquito a El hobbit.
Hay que tener en cuenta que esta novela es la primera entrega de una trilogía que Rundell tiene en mente. Así que tenemos Criaturas imposibles para rato. Y esto es algo que solo podemos celebrar porque la literatura de calidad, la que entretiene, la que engancha, esa que te lleva a mundos imposibles y que te hace volar, hay que celebrarla siempre.