'El descontento': el retrato ácido (y divertido) de una generación hastiada y atiborrada a lorazepam
Beatriz Serrano deconstruye en su primera novela la angustia y el vacío que arrastra esa juventud que ya está en la treintena.
Editorial: Temas de hoy
Año de publicación original: 2023
Les prometieron todo pero han acabado teniendo muchísimo menos de lo que esperaban. La generación millennial nació en el seno de familias de clase media o media alta en su mayoría. Sus padres les dieron todo lo que necesitaban. No conocieron ni la escasez ni las estrecheces y pensaron que nunca tendrían que conocerlas. Tenían oportunidades por doquier.
El problema es que, a diferencia de la generación inmediatamente anterior, les pilló de por medio no una, sino dos crisis económicas que han dado al traste con el estado del bienestar como lo teníamos entendido. Si a esto le sumamos una pandemia que hizo que todos nos replanteásemos nuestro modo de vida da como resultado una generación tremendamente desencantada.
No viven mejor que sus padres, como pasaba hasta hacia bien poco. No encuentran la felicidad.
La generación engañada
Trabajos precarios (cuando los hay), sueldos de chiste, precios por las nubes, dificultad para acceder a una vivienda digna. Ellos han seguido el guion pactado por la sociedad exactamente igual que los que les han precedido, pero a ellos les han engañado.
Es una novela que grita 'basta ya'. Y lo hace sin perder el humor por el camino
Es decir, se han formado lo mejor que han podido, han accedido al mercado laboral, han ocupado puestos como población activa pero el rédito ante tal esfuerzo no ha sido correspondido en los mismos términos.
Toda esta situación es el caldo de cultivo en el que nace El descontento. Es una novela que grita 'basta ya'. Y lo hace sin perder el humor por el camino. La ópera prima de Beatriz Serrano nos cuenta la historia de Marisa, una publicista que está hastiada de una vida laboral que ni le llena ni le motiva.
Ni un briefing más...
Sabe cuándo adular, cuándo socializar para seguir siendo socialmente aceptada, y tiene muy claro qué decir y en qué momento para que sus jefes la tengan en un altar. Les roba ideas a los alumnos universitarios que tutela usándolas en el trabajo sin pudor... y encima gustan. Vamos, que es una farsante de campeonato. Ha llegado a un puesto cómodo pero está hastiada. Es incapaz de aceptar seguir trabajando cinco días a la semana hasta que le llegue la jubilación (si es que sigue existiendo cuando le toque).
Es una situación de angustia vital tan insoportable que pasa sus días laborales con vino y lorazepan mientras que los fines de semana se pasa a las drogas ilegales.
Es una obra tremendamente interesante que sabe disimular esa angustia que impregna todos sus capítulos
El descontento es una obra tremendamente interesante y que sabe disimular esa angustia que impregna todos sus capítulos para que sigas leyendo. La novela de Beatriz Serrano es ácida, divertida e incómoda. No podemos obviar la amargura que esconde en sus páginas como tampoco podemos obviar un final que, sólo por él, merece la pena cada una de las páginas de esta obra. Ni se nos ocurriría desvelarlo aquí. Es mucho mejor leerlo, y una vez hecho, cerrar el libro y reflexionar.
Pensar cómo el neoliberalismo que lo inunda todo ha sido capaz de anular a la generación más preparada de nuestra historia . La ha reducido a un puestucho de oficina en la que ve pasar las horas mientras desea que llegue el momento para irse a su zulo de 30 metros cuadrados que paga a precio de milla de oro. Es una forma muy pesimista de ver el mundo. Pero si por algo ha destacado el ser humano es por adaptarse y por darle la vuelta a las dificultades. Ojalá esta vez también podamos hacerlo.