Viñeta de 'Etileno' | Carmen B. Mikelarena

Habla de la maduración de la fruta, está autoeditado (y es de los mejores cómics españoles que hemos leído)

En Etileno, Carmen B. Mikelarena utiliza el proceso de maduración de las frutas para presentar un asombroso cómic sobre las relaciones personales.

 |   | 29/04/2024

Carmen B. Mikelarena

Editorial: Autoeditado

Año de publicación original: 2024

El etileno es una hormona que segregan todas las frutas climatéricas, de ellas depende su maduración así como la de otros vegetales que se encuentren cerca de ellas. Cuando un fruto que no produce tanto etileno se coloca cerca de otro que sí que lo hace, este se echa a perder mucho más rápido. Los químicos aceleran sus procesos naturales por la mera proximidad, los revolucionan y modifican sus tiempos, lo quieran o no.

Carmen B. Mikelarena se enfrenta a esta misma transformación desde las viñetas de Etileno, haciendo metonimia con su contenido y su edición, en un cómic que ilustra la necesidad de evolucionar en plena crisis de la madurez y que llega autoeditado por la propia autora.

Cata, la protagonista de Etileno, se nos presenta en sus tapas como una especie de Ofelia en plena macedonia frutal, rozando la descomposición. Disputándose los restos con las moscas que relucen en motivos dorados cuando balanceamos su esmerada edición. Una tirada especial de 600 ejemplares concebida en colaboración con uou.impresiones y financiada gracias a las Ayudas Injuve a la Creación Joven 2023.

Entre 'Arthur' y 'Frances Ha'

Cata se enfrenta al coming of age que desintegra amistades y reubica a las personas. Sus personajes antropomórficos bien podrían ser una mezcla entre una versión más adulta de la serie infantil de dibujos Arthur y Frances Ha, aquella otra oda a la crisis previa a los 30 que tan bien retrató Greta Gerwig.

Mikelarena nos propone doce capítulos que rebuscan entre la ansiedad, la adicción a las tecnologías y los celos profesionales

La protagonista de Etileno trata de encontrar algo a lo que asirse, entre el desánimo de la falta de oportunidades y el ruido incesante de un mundo adulto que mira con condescendencia a quien espera poder vivir de su arte. Sus propias amistades se terminarán por convertir en jueces de sus decisiones. En busca de otro tipo de comunidades, Mikelarena nos propone doce capítulos que rebuscan entre la ansiedad, la adicción a las tecnologías y los celos profesionales.

Madurando en el cómic

Los diarios gráficos ya abundaban en las historias de Robert Crumb, pionero en la exposición sin ambages de su vida privada a golpe de dibujo. Aunque a finales de los 90 fueron los álbumes de historietistas como Julie Doucet o el recientemente fallecido Joe Matt que terminaron de apuntalar un cómic maduro y abierto a la autoficción y otras narrativas. En nuestro país, editoriales como Fulgencio Pimentel, publican desde hace años a muchos de estos autores cuya obra sigue resultando oscura en nuestro país.

Mikelarena es bien conocida en el mundo subterráneo que se mueve entre mercados de autoedición y fanzines

Mikelarena es bien conocida en el mundo subterráneo que se mueve entre mercados de autoedición y fanzines como los madrileños Pichifest o Libros Mutantes, por mencionar a algunos. Cada vez son más los autores independientes que aprovechan este tipo de encuentros para mostrar músculo y apostar por proyectos a espaldas al mundo editorial.

Con un amplio bagaje en certámenes y campus por toda Europa, su autora ha dado un salto cualitativo con Etileno. Un trabajo en el que la reflexión generacional se vuelve vulnerable a través de un estilo de dibujo que evoluciona junto con la historia y que sirve de escaparate de su propia obra.

Entre sus páginas hay cerámica pintada, témpera y lana, parte de una producción artística que ha podido exponer en museos como el Carmen Thyssen de Málaga o el Centro Cultural Condeduque de Madrid. Una mezcla de estilos y soportes que recuerda a la británica Tracey Emin, de quien se declara deudora en la página web desde la que publicita y vende sus piezas y libros.

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