Hazle un favor a tus hijos y léete este libro: todo lo que tienes que saber para alejarles del trauma
En Trauma, el psicólogo Rafa Guerrero, experto, entre otras muchas cosas, en trastornos del aprendizaje y problemas de conducta, ha escrito el libro definitivo para saber reconocerlo, tratarlo y evitarlo en los más pequeños.
Rafa Guerrero
Editorial: Libros Cúpula
Año de publicación original: 2024
La palabra trauma viene del griego τραῦμα, que significa herida. Porque eso es lo que es: una herida del alma que no se ha cerrado, que no ha curado porque sobre ella se ha echado silencio y tiempo, dos medicamentos habituales que, sobre todo en los niños, pueden provocar serios problemas emocionales y de comportamiento.
Un trauma es una herida del alma que no se ha cerrado porque sobre ella se ha echado silencio y tiempo
"No llores por eso", "déjalo correr", "no quiero oírte hablar más de ese tema" son respuestas muy comunes que, como padres, damos a nuestros hijos. Pero lo único que estamos haciendo es negarnos a hablar de los sentimientos que surgen en los más pequeños ante situaciones que les cuesta comprender y asimilar. Y al no elaborar un relato que facilite su asimilación, su cerebro lo aparta, lo bloquea, alejándole del dolor, pero también provocándole aislamiento, desatención y problemas para socializar.
Desproteger a nuestros menores
Vivimos en una sociedad completamente traumatizada, aunque no seamos conscientes. Normalizamos los traumas que nos provocaron de niños y, como adultos, no hemos sabido en muchos casos solucionarlos y, por ello, trasladamos los mismos problemas a nuestros hijos. "A mí me educaron así y no salí tan mal" es una de las frases más nocivas en cuanto a educación que se pueden construir.
"A mí me educaron así y no salí tan mal" es una de las frases más nocivas en cuanto a educación que se pueden construir
El maltrato, físico y verbal, el chantaje, las relaciones de poder o el abandono emocional son mecanismos de educación tan extendidos que no somos consientes del problema que estamos creando. Por eso, el psicólogo Rafa Guerrero ha tratado, en Trauma, de visibilizarlo y hacernos conscientes a todos de la responsabilidad de nuestros actos.
Porque, aunque el trauma puede afectarnos también en la vida adulta, es en la infancia cuando más necesitamos la protección de nuestros mayores. Como bien explica Guerrero, nuestro cráneo tiene que ser pequeño y flexible para pasar por el canal del parto, por ese motivo llegamos al mundo con el cerebro sin desarrollar, completamente vulnerables.
Es en esos años de formación cuando no somos capaces de procesar acontecimientos que superan nuestros recursos emocionales. En esos momentos, la ayuda de un adulto es imprescindible para, con tacto y afecto, ayudar al niño a elaborar un relato que le ayude a asimilar ese acto. Porque del sufrimiento no nos vamos a poder escapar jamás. Todos sufrimos y sufriremos. Pero si no tenemos ayuda, ese dolor se puede convertir en trauma.
Manual para padres preocupados
No sé si ustedes son padres o madres. Si no lo son, no sé si tienen cerca a algún sobrino, hijo de amigos o vecino. La influencia que podemos ejercer en los más pequeños, sobre todo si son sangre de nuestra sangre, es inmensa. Esa responsabilidad muchas veces paraliza al padre preocupado, que teme tanto traumatizar a su hijo como sobreprotegerle.
Este libro, escrito por un reputado experto en la materia, nos va a ayudar a caminar por ese estrecho camino que separa la desprotección del agobio. Porque Rafa Guerrero, psicólogo, Doctor en Educación, Experto en Psicología Educativa, Máster en Psicoterapia Breve, no solo nos va a enseñar a detectar los efectos de un trauma y a tratarlos, sino que también nos va a ayudar a prevenirlos.
Al reconocer y tratar mi propio trauma no solo estoy mejorando mi vida emocional, también estoy limpiando el camino de mis hijos
Y qué quieren que les diga, a mí leerlo me ha tranquilizado. Me ha ayudado a saber que lo que mis padres provocaron en mí en mi infancia, sin ninguna maldad, tenía un por qué. Pero sobre todo me ha ayudado a saber que, al reconocerlo y tratarlo, al ir a terapia y corregirlo, no solo estoy mejorando mi vida emocional, sino que también estoy limpiando el camino de mis hijos de trabas y problemas.
Ojalá seamos capaces de mantenerlo despejado hasta que sean capaces de caminar por sí mismos. La suerte es que ahora sabemos que pedir ayuda no es síntoma de debilidad. Y este libro puede ayudarnos, y mucho.