Un largo camino - Ishmael Beah
"Me quedé despierto toda la noche, esperando con ansia la luz del día para volver por completo a mi nueva vida, redescubrir la felicidad que había conocido de niño, la alegría que había permanecido viva dentro de mí durante el tiempo en que solo permanecer vivo era un reto".
Ishmael Beah
Traductora: Esther Roig
Editorial: Big Sur
Año: 2007
Sinopsis: 1993. Ishmael, su hermano Junior y su amigo Talloi han decdido recorrer 26 kilómetros para participar en un concurso de rap. Lo que no imaginaban es que la guerra se crucaría en su camino.
Un grupo rebelde ha atacado a la población de Mattru Jong, en Sierra Leona, e Ishmael, de apenas 12 años, se ve obligado a huir hacia la selva, esquivando cadáveres.
Junto a otros niños, Ishmael recorre los pueblos cercanos en busca cobijo y comida. Hasta que es reclutado por las fuerzas armadas del Gobierno. Estas son las memorias reales de un niño soldado. Las memorias de Ishmael Beah.
Por qué recomendamos 'Un largo camino', de Ishmael Beah
'Un largo camino' transcurre por un pasillo. Un corredor estrecho y bien prensado por el que el lector avanza, página tras página, cómodamente, sin tropezar. En ese pasillo no hay decoración, no hay cuadros, no hay ornamentos. Es austero y sencillo, recto, pulcro. Y sin embargo, te lleva directamente al infierno.
El que vivió Ishmael Beah en su niñez. El que convirtió la etapa más inocente de su vida en una carnicería. Pero ese horror no está edulcorado para evitar imágenes desagradables. Ni está engordado con adjetivos superlativos. No hay siquiera demasiadas referencias a sentimientos ni sensaciones. Solo una descripción concreta y directa de los hechos. Porque los hechos son, en sí mismo, suficiente horror para mil vidas.
Por eso, esta lectura es claustrofóbica, desasosegante. Porque las cuatro paredes de ese pasillo que Ishmael Beah construye con sus palabras aprietan el alma del lector. La oprimen. Y no la sueltan. Leer entonces resulta casi una obligación, avanzar para no caer. Y la historia, sin remedio, te pasa por encima.
Lo ha hecho con más de dos millones de lectores en todo el mundo. Contando de primera mano una guerra civil que asoló Sierra Leona durante más de once años y en la que murieron cerca de 50.000 civiles.
Ishmael fue uno de los casi 100.000 niños que fueron reclutados como soldados en diferentes conflictos de las últimas dos décadas. Y es esa normalidad, esa ausencia de excepcionalidad, la que hace de su historia el mayor cuento de terror de nuestros días.