Retrato robot de Unabomber distribuido durante su búsqueda | Fbi

Nadie en su sano juicio cometería un atentado, pero puede que este libro te haga cambiar de idea

Theodore Kaczynski, más conocido como Unabomber, mantuvo en jaque a la CIA y al FBI a través de actos terroristas. Por primera vez en nuestro país, una editorial publica sus manifiestos y textos.

 |   | 12/12/2025
Theodore Kaczynski

Editorial: Errata Naturae

Traductor: Marcos Nava

Año de publicación original: 2025

Hay textos que deberíamos cogerlos con pinzas, algunos incluso deberíamos guardarlos en una de esas bolsas de plástico con cierre que sirve para almacenar pruebas periciales. Este en concreto cae de pleno en el segundo grupo. La editorial Errata Naturae presenta en nuestro país, por primera vez, los textos de Unabomber, el terroristadoméstico que mantuvo en jaque dos décadas al FBIy la CIAen Estados Unidos.

Ensayos y manifiestos que conforman este Desde un bosque lejano, la culminación del ideario de Ted Kaczynski y la base de cuanto pensó y medró en la cabaña de Montana desde la que preparó sus atentados. Lejos de convertir dichas ideas en objeto de una curiosidad morbosa, nos encontramos a un ensayista tremendamente inteligente y, aún más alarmante, algo convincente en sus conclusiones, tres décadas después de su arresto.

Un Thoreau explosivo

Una biografía resumida de Kaczynski podría comenzar con un plano secuencia que empieza en una familia obrera, sin oportunidades, becas de estudio y elogios de profesores hasta llegar aHarvard con solo 16 años. Su protagonista consigue un puesto como profesor en la universidad de Berkeley y luego fundido a negro y todo queda borroso.

Kacynski lo dejó todo para vivir en una cabaña en los bosques de Montana

En la década de los 70, Ted lo dejó todo para vivir en una cabaña en los bosques de Montana, emulando a Thoreau en la laguna de Walden. Se dedicó a menesteres más terrenales que sus investigaciones matemáticas. Mientras tanto, en aquel lugar remoto empezó a fabricar bombas caseras, disimuladas en paquetes postales. Sus objetivos eran oficinas, vuelos comerciales y todo aquel que colaborase con lo que, en su opinión, era el motivo del inminente colapso de la civilización: la industria tecnológica.

El resultado fueron tres víctimas mortales y veintitrés heridos a lo largo de 17 años y un millón de dólares como recompensa. El propio Unabomber prometió cesar los atentados siempre y cuando The Washington Post publicase un Manifiesto de 30.000 palabras en el que explicaba los motivos. Aquella tirada de casi un millón de ejemplares le convirtió en uno de los autores de ensayo político más leído de los años 90.

Un apocalipsis inminente

Desde un bosque lejano nos ofrece este y otros textos. Nos asomamos a ellos con la cautela que provocaron sus envíos, pendientes de que puedan explotarnos en las manos en cualquier momento. Aunque nos encontramos con un razonamiento que se acerca más a Karl Marx, al ecologismo y los movimientos antiglobalización que a un paquete de C4.

Kaczynski ordena su pensamiento en torno a los grandes males de la modernidad. El desarrollo de una sociedad tecnológica que pone en jaque la individualidad humana, la ausencia de respuesta por parte de la izquierda estadounidense y el acoso constante a la ecología y al medio ambiente.

Nos asomamos a sus textos con la cautela que provocaron sus envíos

Para hacerles frente, Unabomber reclama una vuelta al "hombre primitivo", intentando hacer una analogía entre nuestra propia —y supuesta naturaleza— y el mundo al que nos ha arrojado el progreso. Y si no terminan de entender se lo traducimos: nadie va a cambiar las cosas así que somos nosotros mismos (y nuestras acciones violentas) los únicos encargados de frenar al capitalismo.

Si bien todo cuanto aparece como causante de nuestros males —entre los que incluía un profético y alarmante aumento de los problemas mentales hace ya tres décadas—, lo que como contemporáneos nos hace fruncir el ceño es la arbitrariedad que existe entre su denuncia y la naturaleza de sus atentados.

Defiende que solo nuestras acciones violentas pueden detener el capitalismo

En una ocasión, Kaczynski colocó un explosivo en un avión comercial que no causó víctimas mortales. El supuesto objetivo era precisamente su piloto, un tótem de esa misma sociedad moderna contra la que atentaba. En su diario expresó los remordimientos por el resto de pasajeros que se disipaban a los pocos días, lamentando que el daño que infringió el artefacto no fuesen más graves, denunciando a su vez lo molesto que le resultaba el sonido de las turbinas sobre su casa.

Carta abierta a los Estados Unidos

Podríamos enmarcar este Bosque lejano en la misma tendencia que llevó a Carta a Estados Unidos de Osama Bin Laden a ser recuperado por toda una generación de estadounidenses que entendieron sus palabras desde una dimensión distinta. Parte de los males que denunciaba el líder de Al Qaeda en 2001, hoy se enmarcan en un ideario político que apunta hacia la política exterior abusiva, el control de la población y la erosión del tejido democrático.

En 2024, muchos jóvenes estadounidenses leyeron la carta por primera vez. Muchos de ellos no conservan recuerdos directos de los ataques sobre el World Trade Center o la invasión de Irak, pero habían experimentado las consecuencias causadas por ambos acontecimientos. Las políticas antiterroristas que no evitaron la escalada del terrorismo islámico y el consecuente ascenso de la ultraderecha, amparada precisamente en ser continuadoras de esas mismas políticas previas.

En 2024, muchos jóvenes estadounidenses leyeron la 'Carta a Estados Unidos' de Osama Bin Laden

Sin embargo, ambos textos están profundamente marcados por el arbitrio a la hora de escoger sus víctimas. Uno de los ejes principales del juicio de Unabomber fue el de la enajenación mental y la esquizofrenia, una táctica que pretendía evitar la pena de muerte y que Kacynski rechazó de pleno. ¿La razón? Simplemente no estaba loco ni se desdecía de sus conclusiones.

La ventana de Unabomber

Sin embargo, dichas conclusiones adolecen por dos flancos. La primera tiene que ver con su marcado tono roussoniano, donde la solución a nuestros males pasa por la recuperación de una suerte de naturaleza humana primitiva, un 'buen salvaje' que sirve como intuición de que realmente existe algo potable dentro del ser humano, aunque dicho sea de paso, lo bueno nunca esté en consonancia con la vida en comunidad para su autor.

En segundo lugar, nos asalta una duda lógica. Si Kacynski vivió aislado durante dos décadas en un bosque de Montana, ¿de dónde extraía sus conclusiones? ¿Qué relación estableció con movimientos reformistas como el antiglobalización que marcaría el resto de la década, el feminista o el ecologista?

Si Kacynski vivió aislado durante dos décadas, ¿de dónde extraía sus conclusiones?

No sabemos qué mundo veía a través de la ventana de su cabaña. Conocemos, sin embargo, el paisaje que le rodeaba. La acusación que trató de aplicarle la pena de muerte, planteó la posibilidad de llevar la propia cabaña a la sala de juicio para convencer al juez de que nadie en su sano juicio viviría en un lugar así.

El periodista de The New Yorker, William Finnegan, escribió en 1998 que el único fallo a aquel golpe de efecto en la sentencia que finalmente habría de encerrarle de por vida era que "habían olvidado transportar también hasta allí los árboles, pájaros y ríos que tanto amó mientras vivía alejado de todo".

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