La novela que rescata la sanguinaria historia de 'la Tigresa' para retratar la guerra sucia entre ETA y los GAL
Clara Usón retrata la dureza de los años de plomo en una historia sobre la que planea la figura de la terrorista Idoia López Riaño, 'la Tigresa', responsable de 23 asesinatos.
Clara Usón
Editorial: Seix Barral
Año de publicación original: 2024
25 de abril de 1986. Son las siete de la mañana en Madrid, y como de costumbre, un Land Rover de la Guardia Civil patrulla el cruce de las calles Juan Bravo y Príncipe de Vergara. Todo parece normal hasta que el todoterreno cruza la esquina. En décimas de segundo cambia todo. Nunca habían visto una explosión igual. Aquel Seat 124 lleno de explosivos y aparcado estratégicamente un par de horas antes por la etarra Idoia López Riaño cumplió su función y mató a cinco guardias civiles.
La década de 1980 estuvo marcada por la extrema violencia del terrorismo de ETA y los GAL. Un contexto desolador en el que aparece Idoia, conocida como 'la Tigresa', e integrante del mortífero comando etarra Oker.
Idoia, conocida como 'la Tigresa', era integrante del comando etarra 'Oker'
La historia de Idoia transcurre en paralelo a la de Miren, una adolescente que vive atrapada entre los dos nacionalismos enfrentados: ETA y el terrorismo de Estado de los GAL. Hija de un policía de la vieja escuela y principal objetivo de ETA, sueña con huir de un Euskadi teñido de sangre y miedo.
Las dos protagonistas tienen sus raíces en Barakaldo, una ciudad industrial que sufre bajo el peso del desempleo y la violencia de ambos bandos. Es un periodo sombrío en Euskadi, marcado por el terrorismo, y Clara Usón no se limita a exponer solo esa realidad.
'Las fieras' es una profunda exploración de la condición humana en tiempos de terrorismo
La autora se adentra en temas delicados e íntimos, como el enigma de por qué una joven (Idoia), hija de inmigrantes españoles, adopta una ideología que, en muchos aspectos, la margina. Usón, a su vez, vincula el nacionalismo extremo con una creencia religiosa que lleva a sus seguidores a creerse más allá del bien y del mal. También examina el machismo presente en ETA y la atracción mediática que despierta Idoia, una figura que combina encanto y brutalidad.
A través de una narrativa intensa y personajes bien construidos, Las fieras se transforma en algo más que un thriller cautivador, convirtiéndose en una profunda exploración de la condición humana en tiempos de terrorismo.
Machismo en ETA
La figura de Idoia López Riaño está rodeada de misterio, con una leyenda que la presenta como una mujer seductora, con vínculos con policías y una vida nocturna que la llevaba a discotecas. Estas historias, contadas en su mayoría por hombres, permanecen sin confirmación ni refutación en Las fieras, lo que deja su imagen en un terreno ambiguo.
El terrorismo, tradicionalmente relacionado con los hombres debido a la asociación entre violencia y el género masculino, provoca una reacción mucho más impactante cuando es perpetrado por una mujer. La sociedad, acostumbrada a ver a las mujeres en roles de cuidado y protección, se escandaliza más ante la violencia femenina, lo que revela una perspectiva machista predominante en la opinión pública. Clara Usón aborda este fenómeno en su obra, examinando cómo estas expectativas de género influyen en la percepción de la violencia.
Se convirtió en un símbolo cargado de connotaciones negativas, reflejo de un sesgo machista en su trato
Idoia López Riaño, apodada como 'la Tigresa' por la policía y conocida dentro de ETA como Margarita, se convirtió en un símbolo cargado de connotaciones negativas, reflejo de un sesgo machista en su trato. A pesar de su historial como asesina, la narrativa en torno a su figura estuvo impregnada de insultos misóginos, una reacción que raramente se observa con los hombres en situaciones similares.
Clara Usón, en su libro, profundiza en esta historia, mostrando cómo la imagen de Idoia se entrelaza con una percepción distorsionada por su género.
Retratarla como una terrorista "guapa" se convirtió en una estrategia para captar la atención del público
Aunque se la consideraba un ícono masculino, Idoia no encajaba en ese molde. Era una mujer muy presumida, algo que no pasó desapercibido para sus compañeros de comando, quienes criticaban su estilo provocativo, sus llamativos ojos azules y su gusto por el maquillaje.
Estos aspectos de su apariencia la distinguían en un entorno que demandaba discreción, y los medios no tardaron en explotar su imagen atractiva. Retratarla como una terrorista "guapa" se convirtió en una estrategia para captar la atención del público, enfatizando de nuevo el trato desigual que recibía por ser mujer.
Idoia López Riaño, hoy
En junio se cumplieron siete años desde que Idoia recuperase la libertad tras haber pasado 23 en prisión. Desde su liberación, su vida ha dado un giro radical. Al salir, regresó al País Vasco y se integró como voluntaria en la asociación Detente y Ayuda, una organización dedicada a apoyar a quienes lo necesitan.
Idoia López Riaño, liberada en 2017, fue responsable de 23 asesinatos
Pese a los intentos por reconstruir su vida, el peso de su pasado sigue presente en la memoria colectiva. Como miembro de ETA, Idoia fue responsable de 23 asesinatos, la mayoría de ellos mediante disparos en la cabeza, y también se le atribuyen otros doce crímenes, incluido el atentado en la plaza madrileña de la República Dominicana en 1986, donde perdieron la vida doce guardias civiles.