Almudena López Molina | Fotografía de Berta Delgado - El Rey de Harlem

Esta novela (que se publica ahora por primera vez) fue finalista del Premio Nadal y hará que huyas de las redes sociales

Almudena López Molina fue finalista del Nadal en 2022 con esta novela, Cómo encender un fuego. Ahora se publica por primera vez este texto que nos invita a que valoremos las relaciones personales.

 |   | 22/11/2024

Almudena López Molina

Editorial: El Rey de Harlem

Año de publicación original: 2024

Abril. 2019. Ves Notre Dame arder a través del teléfono. Ves como esta maravilla Patrimonio de la Humanidad cuya primera piedra se puso en el siglo XII se reduce a escombros. El mundo entero se conmociona. Pero tú no sientes absolutamente nada. Así comienza Cómo encender un fuego. Su protagonista, Sara Celeste, es una diseñadora gráfica que el 15 de abril de 2019 se da cuenta de que esta emocionalmente apagada.

Lo que para otros es una tragedia colectiva, para ella no pasa de ser una escena en su móvil, más ruido en la infinita cascada de imágenes que ofrece la vida digital. Y esa falta de reacción enciende una alarma en su interior: algo anda mal, algo falta, algo duele.

Desde esa chispa inicial, Almudena López Molina nos lanza de lleno a un viaje profundamente personal e inquietante. Sara no se detiene en la resignación; al contrario, convierte su vacío en un motor para explorar los límites de su sensibilidad. En una especie de experimento visceral, decide enfrentarse tanto al dolor como al placer en su estado más puro, buscando romper con la inercia de la desconexión que define su día a día.

No es solo un viaje introspectivo. Es una radiografía de nuestra época

Pero este no es solo un viaje introspectivo. Es también una radiografía de nuestra época, donde la hiperconexión digital nos aísla más de lo que nos une.

La narración, escrita en primera persona, nos mete de lleno en la mente de Sara. López Molina juega con los límites del género, moviéndose entre el diario íntimo, el flujo de conciencia y el ensayo social. El resultado es un texto que parece hablarnos directamente, desarmándonos con su honestidad y su tono impaciente, como si la autora estuviera tan apurada por descubrir respuestas como lo está su protagonista.

Es un ritmo que no da tregua, que avanza y retrocede, que se siente como el torbellino mental de alguien tratando de entenderse.

La conexión perdida

Uno de los grandes aciertos de la novela es su reflexión sobre los vínculos humanos en una era donde las redes sociales parecen sustituir las relaciones reales. López Molina no se conforma con criticar el estado actual de las cosas; en cambio, indaga en el cómo llegamos aquí. ¿En qué momento las pantallas dejaron de ser herramientas para convertirse en muros? ¿Qué nos llevó a aceptar el espejismo de la conexión como suficiente?

Estas preguntas atraviesan la narrativa, elevándola más allá de la historia de Sara y convirtiéndola en un espejo para el lector.

Pero no todo es crítica social. Sara Celeste es un personaje lleno de matices, cuya búsqueda es tan externa como interna. A medida que experimenta con los extremos del dolor y el placer, no solo explora su capacidad de sentir, sino también el miedo, la soledad y el deseo de pertenecer. Es esta complejidad la que hace que la novela no se sienta como un tratado, sino como una experiencia, una conversación íntima entre la autora y quien se atreve a abrir sus páginas.

Almudena López Molina no se conforma con criticar el estado actual de las cosas. Indaga en el cómo llegamos aquí

El estilo de López Molina es otro punto fuerte. La autora utiliza un lenguaje directo y apasionado, cargado de imágenes vívidas que prenden fuego en la imaginación del lector. Y aunque el tono puede ser impaciente, nunca pierde la lucidez. Cada palabra está cuidadosamente elegida para golpear donde más duele y para iluminar las sombras que solemos evitar mirar.

Cómo encender un fuego es también un retrato de una generación a la que, como dice López Molina, "le cambiaron las reglas del juego a mitad de la partida". La novela no solo narra el viaje de Sara, sino también el de quienes crecieron con la promesa de un mundo conectado y se encontraron con el vacío de las notificaciones.

López Molina no busca ofrecer respuestas fáciles, pero sí invita a la reflexión, a cuestionar el papel que jugamos en esta desconexión colectiva y, más importante aún, cómo podemos salir de ella.

Una lectura que enciende

Al ir pasando las páginas de esta obra, es difícil no quedarse pensando en nuestra propia relación con las emociones, las pantallas y los demás. La autora ha creado una obra que no solo se lee, sino que se siente, que remueve y que, como su título sugiere, enciende algo en su lector.

¿Es esta novela para todo el mundo? Quizá no. Su tono impaciente y su estructura poco convencional podrían desafiar a quienes buscan historias lineales o respuestas cómodas. Pero para quienes estén dispuestos a enfrentarse a una obra que los invite a pensar, a sentir y, sobre todo, a reconectar, Cómo encender un fuego es una llama que no querrán apagar. Nunca es tarde para aprender a sentir de nuevo.

El texto, presentado al Premio Nadal en 2022 sin seudónimo, fue seleccionado entre las cinco novelas finalistas el año en el que ganó Inés Martín Rodrigo con Las formas del querer. Ahora, la editorial El Rey de Harlem la recupera y la publica por primera vez.