Shane Parrish | Fotografía de Peter Hurley - Editorial Planeta

'Pensar con claridad', las claves de un exespía para tomar decisiones como si fueses un tiburón de Wall Street

Shane Parrish trabajó en los servicios de inteligencia canadienses. Su experiencia le ha valido para convertirse en uno de los hombres más influyentes en Wall Street, entrenando a empresarios de alto rango en la toma de decisiones.

 |   | 21/11/2023

Autor: Shane Parrish

Traductora: Gema Deza Guil

Editorial: Planeta

Año de publicación original: 2023

Acababa de terminar la carrera cuando Shane Parrish fue contratado por una agencia de seguridad dependiente del servicio de inteligencia canadiense. Era el verano de 2001. Semanas después varios aviones se estrellaron en puntos estratégicos de Estados Unidos, incluyendo las Torres Gemelas de Nueva York. Su cometido, trabajar en ciberseguridad, en principio poco emocionante, se convirtió en epicentro de la política internacional.

Con menos de 30 años se vio dirigiendo equipos con una responsabilidad decisiva, de la que dependían vidas humanas. Allí descubrió que la toma de decisiones estaba influida por un montón de factores que se alejaban de la razón. Y que lo que en un primer momento puede parecer una buena idea, basada en la reflexión, con el tiempo descubres que ni siquiera ha surgido de tu propio pensamiento.

El gurú de Wall Street

Analizó a las personas que mejores decisiones tomaban, leyó todos los estudios sobre cognición y habló con los mayores expertos en la materia. Comprendió que esos modelos mentales que utilizaba como espía eran extrapolables al ámbito empresarial e incluso al personal. Así que decidió crear un blog anónimo en el que canalizar todo lo que iba aprendiendo. Un lugar en el que explicar cuál era la mejor manera de tomar decisiones. De pensar con claridad.

Lo principal a la hora de pensar con claridad es dejar a un lado lo que nos viene predeterminado por la sociedad

Rápidamente, aquel espacio online se convirtió en un referente en Wall Street. Los responsables de las mayores compañías financieras del mundo, aquellos que tenían que tomar las decisiones que más ceros movían del planeta, le consideraron un gurú. Y Shane Parrish empezó a dar charlas, a hacer viajes para aconsejar a grandes directivos, a formar a personal de alto rango.

Y sus consejos fueron efectivos. Porque Parrish aprendió que lo principal a la hora de pensar es dejar a un lado los sesgos preconcebidos, lo que nos viene predeterminado por la sociedad, por nuestros sentimientos o nuestro ego. Dejar esa primera respuesta instintiva a un lado y ser lo más racional posible no solo en los momentos clave, sino en el día a día.

Manual para pensar con claridad

Y es que, como bien explica en Pensar con claridad, la clave está en el día a día. En crear en nosotros una respuesta racional a cada estímulo. Obligarnos a detener el instinto y abrir en nuestra mente un claro para reflexionar: aplicar técnicas de análisis y objetividad ante lo que sucede. Así, cuando lleguen los momentos clave, nos será más fácil tomar decisiones correctas y que nos beneficien.

El mejor aval de Shane Parrish es el tremendo éxito de su blog, su podcast y sus libros

Esta técnica, defiende Parrish, la ha depurado gracias a la experiencia, la lectura de estudios realizados por científicos y las entrevistas con expertos en la materia. Pero, en definitiva, es una técnica propia, sin rigor científico ni garantía indiscutible de éxito. Eso sí, el libro es ameno y está muy bien argumentado, con múltiples referencias bibliográficas y ejemplos concretos que trae el autor de primera mano.

El mejor aval de Shane Parrish es, sin duda, su condición de gurú de algunas de las personas más ricas del mundo y el tremendo éxito de su blog, su podcast y sus libros. Este Pensar con claridad lleva el mismo camino. Con excelentes referencias de algunos de los nombres más destacados de esa literatura que reúne filosofía y autoayuda con lecciones de liderazgo, como James Clear, autor de Hábitos atómicos o Mark Manson, autor de El sutil arte de que (casi todo) te importe una mierda.