'Mi Rusia': el relato del escritor ruso perseguido por Putin que predijo la invasión de Ucrania
Mijaíl Shishkin es el novelista ruso contemporáneo más premiado. Ha reeditado en español su libro Mi Rusia, una predicción tan acertada de lo que se avecinaba que no ha tenido que cambiar ni una coma.
Mijaíl Shishkin
Traductor: Pablo Alejandro Arias Pérez
Editorial: Impedimenta
Año de publicación original: 2021
No es un ensayo al uso de la Rusia actual, es la historia personal y colectiva de su patria. En Mi Rusia, Mijaíl Shishkin ha conseguido revelar una fotografía panorámica de su país natal, del que fue expulsado. Presenta un interesante bagaje histórico que explica lo que representa hoy el régimen de Putin.
Es a la vez una declaración de amor y una denuncia pública de la problemática historia y sociopolítica que ha llevado hasta la situación actual.
Predijo la invasión a Ucrania
El libro fue originariamente escrito en alemán, porque se dirigía al público occidental. Se escribió solo unos años antes de la invasión de Ucrania y ya predijo lo que sucedería con tal exactitud que en su reedición solo ha añadido un prólogo y un epílogo.
"Occidente no quiere enfadar al imprevisible socio ruso que ataca a otros países y se jacta de sus nuevas armas de destrucción masiva"
En el prólogo añadido a la edición en español se afana por trazar analogías con nuestra historia reciente, de hecho arranca hablando de su interés por la guerra civil española y su transición posterior hacia una democracia, y en ese sentido añade la siguiente cuestión: "España logró (esa transición) sola. ¿Podrá hacerlo Rusia?".
También aborda los complicados equilibrios en el tablero global con respecto a Oriente y Occidente. "Occidente no quiere enfadar al imprevisible socio ruso que se dedica a atacar a otros países y se jacta de sus nuevas armas de destrucción masiva. Bajo ningún concepto quiere provocar una guerra. Pero esta es una visión equivocada. El Ulus de Moscú ya está en guerra contra Occidente", predecía en su escrito.
Críticas al régimen de Putin
No escatima en denuncias al todopoderoso Putin y a los tentáculos de su influencia. Y su análisis nos ayuda a comprender los condicionantes que dificultan que la población rusa vislumbre un régimen democrático en el corto plazo. También la complicada relación entre el gobierno y la ciudadanía. "La población rusa está infectada por una conciencia tribal", reza su texto.
"De nuevo hay una dictadura que, para protegerse a sí misma, llama a sus súbditos a defender el país"
Dirige sus críticas más afiladas al sistema de propaganda que comienza en la misma escuela y que se basa en lo que denomina la educación patriótica. "Todos los regímenes se sirven del amor a la patria para engatusar a los ciudadanos y esto va a seguir siendo así. De nuevo hay una dictadura que, para protegerse a sí misma, llama a sus súbditos a defender el país", expone en su obra.
Traza una especie de árbol genealógico de un poder que tilda de corrupto en Rusia desde hace décadas. Y lo hace en paralelo a sus vivencias personales y familiares, desde recuerdos de niño en casa de su abuela hasta un compendio de referencias bibliográficas a intelectuales contemporáneos y de siglos atrás que han nutrido su enriquecido trasfondo.
La cultura como salvavidas
"La única arma de la nueva oposición rusa es la palabra. En la lucha entre dictadores y la palabra libre, siempre ha terminado por vencer la palabra. En el histórico duelo ruso entre el poeta y el zar, este último no tiene ninguna posibilidad", recoge en su libro. Y es que Shishkin no se ha amedrentado con las constantes amenazas que recibe desde su exilio en Suiza. Sigue desenvainando un discurso crítico con el que confía en asestar la estocada necesaria que revolucione el Kremliny lleve a la ansiada libertad y democracia.
En el histórico duelo ruso entre el poeta y el zar, este último no tiene ninguna posibilidad"
Rezuma esperanza con potentes reflexiones y la inquebrantable convicción de que la cultura puede y debe empujar a su patria hacia esa transición democrática que se antoja casi utópica. Nos quedamos con su voluntad de firmar esos "textos-redención" que devuelvan "la dignidad a la literatura rusa". El poder y el deber de llevar a la literatura lo que la realidad aún no es capaz de acoger.
El libro atrapa y emocionan especialmente esos brotes verdes que observa, sobre todo, en la población joven. Lo refleja con gran acierto en una anécdota que cuenta al final de la obra. Una chica de unos dieciséis años que se concentraba en la Plaza Pushkin de Moscú, a pesar de la represión policial. Preguntada por una periodista, reconoció tener miedo, y cuando le preguntó que por qué estaba ahí, contestó: "Esos de arriba nos han quitado el país. He venido para que no me quiten el futuro". Y Shishkin apuntala que ciudadanas como ella son el futuro y la esperanza para Rusia.