'Las semillas del silencio', la historia de la institución religiosa que crio a más de 650.000 'hijos del vicio'
Soraya Romero Hernández pone luz y taquígrafos a su árbol genealógico con una novela que nos mete de lleno en las tramas de la Inclusa de Madrid, donde fueron abandonados cientos de miles de bebés.
Autora: Soraya Romero Hernández
Editorial: Kailas
Fecha de publicación original: 2023
Se les llamaba 'hijos del vicio'. Fueron más de 650.000 bebés que nacieron y fueron abandonados en la Inclusa de Madrid. Uno de esos bebés bastardos fue Gerónima López de la Cruz, y Las semillas del silencio es la investigación de su linaje familiar rellenada con ficción.
Su bisnieta, Soraya Romero Hernández, decide hacer una donación de médula y a través de una aplicación con un mapa de ADN que le muestra sus coincidencias genéticas investiga sobre sus antepasados. Un familiar le indica que su bisabuela fue 'inclusera' y decide buscar en el archivo regional de Madrid sobre su procedencia real.
La Inclusa de Madrid
La novela ofrece una fotografía nítida de esta institución en la que se repartieron niños y niñas durante cuatro siglos. Águeda, la protagonista, sufre en sus propias carnes ese embarazo de la vergüenza que hará que oculte su maternidad hasta la última consecuencia.
Pertenece a los López de Ulloa, una familia burguesa del Madrid de finales del siglo XIX. Su madre, doña Roberta, trama un plan para que pueda seguir adelante con su vida y casarse con su prometido. Águeda acaba interna en la Inclusa y con ella vivenciamos cómo era la experiencia de esconder el pecado y que el bebé fruto de esa relación ilegítima fuera arrebatado de sus manos.
"Águeda quiso protestar y se aferró a la niña, pero apenas tenía fuerzas", leemos en el texto. "Así que Sor Inés se la arrancó de los brazos sin demasiada dificultad. Incapaz de gritar sus ojos vidriosos eran el vivo reflejo de la desesperación. Si no te hubieras abierto de piernas hace nueves meses ahora no te estarías lamentando".
Mujeres y bebés sentenciados por la moral
Con la afilada pluma de la cruda realidad que vivían las mujeres de la época, la ficción nos lleva a una empatía total con esas madres que sufrían el escarnio y la vergüenza y que pasaban el trance traumático de entregar a sus bebés, unas veces por el estigma social y otras por situación de falta de recursos.
También nos aproxima a esa incertidumbre vital de las criaturas que crecían con la losa de no saber de dónde venían ni comprendían por qué habían sido abandonadas. Muchas de ellas, como la bisabuela de Soraya, resultaban necesarias como mano de obra para el campo.
Llenando los vacíos de su historia
Destaca la extensa labor de documentación de la autora que presenta una novela emotiva y brillante. En ella transitamos por ese Madrid ilustrado con todo lujo de detalles. Incluso presenta pequeños cameos de personajes históricos como Emilia Pardo Bazán, el poeta José Martí o el pediatra Mariano Benavente.
El relato se articula en forma de capítulos que pivotan individualmente en torno a cada personaje, profundizando en sus adentros, pero entrelazándose con el resto de identidades de la novela. Las implicaciones personales de su propia familia hacen de potente levadura que hace crecer los nudos narrativos y le otorga una épica muy especial.
El resultado es una ficción que se erige como el mejor homenaje para un libro de familia incompleto quelogra honrar la memoria de su bisabuela, que murió sin saber quién era.