Uno de los mejores libros del año es la increíble biografía de una artista que no existe
Alabada por crítica y público, Catherine Lacey sorprende con Biografía de X, una novela dentro de una novela. Un ejercicio de ilusionismo que es, también, una historia alternativa de Estados Unidos.
Catherine Lacey
Traductora: Núria Molines Galarza
Editorial: Alfaguara
Año de publicación original: 2023
Traductora: Núria Molines Galarza
Esta novela es un magistral ejercicio de ilusionismo. Se trata de una novela dentro de una novela que se presenta de la siguiente manera: tras las dos primeras páginas habituales con el nombre del libro (Biografía de X), de la autora (Catherine Lacey) y de la traductora (Núria Molines Galarza), nos encontramos con una nota de la propia escritora: "Esta es una obra de ficción".'Biografía de X' es una novela dentro de una novela, un magistral ejercicio de ilusionismo
A continuación, un puñado de páginas, una especie de fundido a gris que da paso a la nueva novela. Se sigue llamando Biografía de X, pero ahora la autora es C. M. Lucca y la traductora Marion Saralegui Lanz. Todo lo que ocurre a partir de aquí es un intrigante juego de proyecciones en el que, por momentos, se hace difícil discernir qué es real y qué imaginado.
Una autopsia literaria
Todo empieza cuando la autora en la ficción, la periodista C. M., se propone investigar la vida de su difunta mujer, la gran artista X. Cuanto más indaga en esa especie de autopsia literaria, que parte de su muerte para conocer las incógnitas de su vida, más se da cuenta de lo poco que conocía sobre ella. Y todo ese misterio que envuelve a X, sus diferentes identidades y personalidades, enriquece muchísimo relato.
Aunque todos hablan de X, pocos parecen conocerla realmente
C. M. se lanza a escribir su biografía porque no está de acuerdo con las memorias planteadas por otro periodista, Theodore Smith. Ella quiere honrar su memoria, y para ello se meterá de lleno en los lodos que han salpicado su trayectoria vital. Porque aunque todos hablan de X pocos parecen conocerla realmente.
De la mano de la autora (ficticia) iremos conociendo las capas de una controvertida artista, mujer de performance, activista y casi terrorista, que se irá revelando con toda definición en la novela como una fotografía analógica. Una mujer que se cruzó con otros artistas como David Bowie, Lou Reed o Susan Sontag, y cuya vida sirve para trazar una historia alternativa del siglo XX en Estados Unidos.
Los Estados (des)Unidos
La trama transcurre en un universo distópico, en un Estados Unidos desmembrado en tres pedazos, con tres regímenes distintos. La reunificación tiene lugar en 1996 y nos evoca las heridas recientes de Irlanda del Norte o los antiguos territorios soviéticos.
La trama transcurre en un Estados Unidos desmembrado en tres pedazos
Este planteamiento otorga al argumento matices muy interesantes como los roles de género invertidos en el territorio del norte, marcadamente feminista, en el que Emma Goldman llega a ser vicepresidenta y donde, a raíz de un atentado perpetrado por terroristas del sur, los artistas hombres son quienes piden cuotas para poder estar en los museos.
Una ficción muy real
Hay que reconocerle a Catherine Lacey la habilidad de introducirnos de lleno en un universo ficticio que se nos presenta como extremadamente real. Nos mete en un 'mito de la caverna' en el que nos perdemos entre sombras y objetos proyectados. Leeremos, por ejemplo, numerosas anécdotas de personajes reales como el artista Richard Serra al que, por cierto, dedica un sarcástico vacile riéndose de su ego.
X es un personaje ficticio, pero el libro incluye fotos y documentación de ella
Otro de los aciertos es que en las más de 400 páginas incluye un nutrido álbum de fotos. X es un personaje ficticio, pero le ponemos cara, leemos documentación referida a ella, vemos los lugares que marcaron las incógnitas de su vida, y realidad y ficción se mezclan irremediablemente. Blancos y negros crean esa gama de grises que funde el relato ficticio en su principio y final.
En las últimas páginas, la autora real, Lacey, nos regala un compendio de notas que aclaran cómo se han construido las referencias ficticias enraizadas en los hechos reales que allí se exponen. Un broche final que viene precedido por la apoteósica despedida en la que la autora ficticia amortaja el recuerdo en un completo ejercicio de apuntalar el duelo por la muerte de su mujer reconstruyendo el puzle de su vida.