'Más rápida que la vida'

Dorothy Levitt: la mujer que adelantó a un imperio mirándole por el retrovisor

En 'Más rápida que la vida' (Ediciones B, 2020), la escritora Celia Santos se centra en la vida de Dorothy Levitt, la primera mujer piloto de carreras del Reino Unido.

Isra Alejandre Carbajo | Madrid
| 19/02/2020

Dorothy Levitt fue la mujer más rápida del mundo. "Fue la primera inglesa en participar en una carrera de coches. Y fue, sin quererlo, la inventora del espejo retrovisor", asegura Celia Santos, autora de 'Más rápida que la vida' (Ediciones B, 2020).

Como muchos de los inventos, lo descubrió por pura necesidad. "Su intención no era inventar nada. Su intención era ganar ventaja en las carreras". Y vaya si ganaba ventaja... "Ella cogía su polvera, la asomaba por la ventanilla o por el lateral para ver quién venía detrás".

Dorothy Levitt | Wikimedia Commons

La primera piloto de carreras del Reino Unido

Pero Dorothy Levitt no fue piloto de carreras así, como quien chasquea los dedos. En 'Más rápida que la vida', la autora nos cuenta los obstáculos que tuvo que superar. "He respetado las fechas, los datos, las carreras que ganó, los premios que recibió". Aunque hay tantas lagunas que a Celia Santos no le ha quedado más remedio que imaginar algunas cosas, por ejemplo, a su mejor amiga. "Candela Ríos, que es su íntima amiga y yo he querido que fuera española, de Ríotinto".

Lo que es 100% verídico es todo lo que Dorothy hizo en su vida. "Era periodista. Era una gran feminista, defensora de los derechos de la mujer. Era amazona, jugadora de póker, piloto de lanchas de motor...".

Dorothy Levitt | Wikimedia Commons

Amenazas por ser mujer

Por hacer lo que hizo y adelantarse a su tiempo, Dorothy recibió amenazas. Abrió el camino que muchas otras siguieron. "Dorothys hay muchas. Pero ella sí que es cierto que el legado que dejó fue el de buscar la libertad y la independencia económica y espiritual", dice la escritora.

A principios del siglo XX, ir a más de 100 km/h era como ir hoy a 300. Pero a Dorothy no le tembló el pulso. Porque a ella le gustaba mirar a los demás por el retrovisor.