Guía de la Venecia de Eva García Sáenz de Urturi: de la plaza de San Marcos al puente de Rialto
La escritora vasca nos conduce por algunos de los escenarios de la ciudad italiana donde ambienta su nueva novela, 'El ángel de la ciudad', la última entrega de la serie de Kraken.
Tras recorrer el Madrid de Almudena Grandes, la Barcelona de Carlos Ruiz Zafón, la Granada de Federico García Lorca, el Berlín de Paloma Sánchez-Garnica, el Tánger de María Dueñas y el Valle de Benasque de Luz Gabás, viajamos hasta Italia para pasear junto a Eva García Sáenz de Urturi una de las ciudades más bonitas y visitadas del país: Venecia.
Sin embargo, en esta ocasión, no es la Venecia turística la que vamos a recorrer... o no solo. Urturi quiere llevarnos por esa ciudad misteriosa, lúgubre y casi mágica que la ha inspirado para ambientar la última entrega de la saga de Kraken, 'El ángel de la ciudad'. En esta novela, la ganadora del Premio Planeta 2020 ahonda en la vida y en la historia de la madre del inspector Kraken, un personaje presente en todas las novelas anteriores pero que ahora se desnuda ante el lector.
La guía puede verse completa en el vídeo principal o visualizarse por partes a continuación.
Plaza de San Marcos
Arrancamos nuestro guía en la plaza más famosa del mundo: la plaza de San Marcos. Aquí quedamos con la escritora que, fascinada con esta ciudad, admite que Venecia le pega mucho a la saga Kraken: "Tiene un aura de romanticismo que no te quitas en ninguna escena, aquí todas las escenas te salen bellas".
Además de la belleza, a la novelista también le fascinan las leyendas y las supersticiones que durante toda su historia han acompañado a esta ciudad y que, a día de hoy, aún marcan e influyen en las rutinas de los venecianos.
Por ejemplo, los lugareños, al contrario que lo que hace la mayoría de turistas, nunca se paran entre las columnas del león alado y San Teodoro (el patrón de la ciudad) ya que es este punto es donde se realizaban las ejecuciones públicas.
Librería Acqua Alta
Este es, quizás, uno de los lugares más especiales de todo Venecia y probablemente una de las librerías con más encanto del mundo: Acqua Alta.
Harto de que los libros se inundaran cada vez que había una subida de agua en la ciudad, el dueño decidió construir una escalera con todos ellos y, ahora, esa escalera se ha convertido en la más fotografiada de toda Venecia. Lo que hizo el librero "tiene que ver mucho", cuenta Urturi, con "el carácter de los venecianos de sacar rédito a los desastres naturales".
Esta librería tiene un papel importante en 'El ángel de la ciudad' y en la vida de la madre de Kraken, por eso es parada imprescindible en esta guía pero, además, porque es uno de los lugares preferidos de la escritora, a la que siempre le gusta perderse entre las decenas y decenas de libros que inundan este destartalado lugar.
Como curiosidad, sepa que Acqua Alta acumula novelas en una góndola. Y no se olvide, tampoco, de visitar la parte trasera: frente a la puerta, que da a un canal, hay aparcada una góndola.
Barrio de San Polo
El barrio de San Polo es uno de los más animados y característicos de Venecia. Formado por laberínticas y pintorescas callejuelas, interrumpidas por puentes que cruzan canales, en San Polo se encuentran las típicas tiendas de artesanía tan características de Venecia: desde joyerías, hasta tiendas de telas o de máscaras. También hay muchas papelerías, de las que la escritora se declara adicta y las que recomienda visitar.
Apunte que este barrio toma su nombre de la iglesia de San Polo, y que es el más antiguo de la ciudad: aquí se asentaron los primeros habitantes, por ser el menos proclive de los seis distritos a las inundaciones. Por último, no olvide visitar el Mercado Central, que comenzó a funcionar en el siglo XX, para vivir y contemplar el costumbrismo italiano en todo su esplendor.
Campo San Lio
Como se apuntó al principio, la única plaza de Venecia es la de San Marcos. El resto son "campos" ("campi", que es el plural italiano) y este es uno de ellos. El campo San Lio está situado en el barrio de Castello, y está presidido por una iglesia que lleva el mismo nombre. En el medio hay un pozo. Este es otro de los elementos típicos de los campos italianos porque fueron esos pozos la solución que los venecianos encontraron para tener agua potable dentro de la ciudad (la gran parte del agua de Venecia es salobre, por ser mezcla de aguas marinas y fluviales).
Hubo pozos privados y pozos públicos hasta el siglo XIX, cuando se cerraron definitivamente. Sin embargo, permanecen cerrados decorando muchos espacios de la ciudad. El más famoso es el de bronce en el patio del Palacio Ducal.
Antes de abandonar el campo San Lio, sepa que es aquí donde Eva García Sáenz de Urturi coloca la pensión en la que se aloja Kraken cuando llega a Venecia, y donde aparecerá el primero de una serie de elementos clave en la trama de 'El ángel de la ciudad'.
Puente de Rialto
El puente de Rialto es uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Un puente que resulta impresionante no solo por su arquitectura (es el único puente cerrado de la ciudad y en los soportales se pueden encontrar pequeñas tiendas de cristal, máscaras y joyerías) sino también porque desde él se puede disfrutar una de las vistas más maravillosas de Venecia: las vistas al Gran Canal.
Y mientras contemplamos esta fotografía, Urturi nos cuenta que durante el trabajo de documentación para este libro descubrió multitud de leyendas fascinantes, "la mayoría de ellas relacionadas con las brujas y los diablos". Una de esas leyendas más famosas se desarrolla sobre este puente. Dice que el diablo se le apareció al arquitecto, Antonio da Ponte, y le dijo que le permitiría terminar el puente a cambio del alma de la primera persona que lo cruzara.
Para evitar la maligna profecía, da Ponte compró un gallo para soltarlo y que se llevara el alma del animal. Pero el demonio descubrió la artimaña, así que engañó a la mujer embarazada del arquitecto para que lo cruzara pero, en el último momento, pactó con el marido que no se llevara a su esposa, sino a su hijo no nacido. Desde entonces, dice la leyenda, se escuchaba el llanto de un niño en los aledaños del puente. Harto de escucharlo, un gondolero ofreció su alma al demonio a cambio de la del niño... y se suicidó.