Psicología

¿Crees que tienes complejo de salvador? Una psicóloga explica lo bueno y lo malo de este síndrome

Las personas con este síndrome o complejo asumen el papel de protector/a en las relaciones interpersonales, motivadas por la necesidad de sentirse más que valoradas. La psicóloga María Padilla nos explica todas las claves.

En breve

Puedes querer agradar a todo el mundo, a tu familia y amigos, a tu pareja y poner por delante las necesidades ajenas antes que las tuyas y puedes por todo ello, tener complejo de salvadoro salvadora (también conocido como síndrome del salvador). Y sí, hay personas que tienen ese "don" o este problema, porque efectivamente, a veces, este complejo se puede convertir en un verdadero problema, no solo para quien lo tiene sino para quienes le rodean.

Las personas con el complejo de salvador son tendentes a "asumir el papel de rescatador o protector en las relaciones interpersonales, motivadas por la necesidad de sentirse más que valoradas, importantes. No conciben otra manera de relacionarse con los demás", explica a laSexta.com María Padilla, psicóloga y fundadora deCapital Psicólogos.

Las personas con el complejo de salvador/a tienen a asumir el papel de rescatador o protector en las relaciones interpersonales y no conciben otra manera de relacionarse con los demás

María Padilla, psicóloga

En sus relaciones de amistad, las personas con el complejo o síndrome del salvador/a, continúa esta profesional, tienden invertir emocionalmente más de lo normal en ayudar a sus amigos, a veces sacrificando sus propias necesidades en el proceso. "Pueden sentirse incómodos con los límites y tener dificultades para establecer una relación equilibrada".

Por su parte, en las relaciones de pareja, "las personas con complejo de salvador/a pueden buscar activamente a alguien que necesite ser "salvado" o que dependa de ellas emocionalmente. Y esto puede llevar a dinámicas de codependencia, donde uno asume el papel de salvador y el otro de necesitado, en lugar de cultivar una relación basada en la igualdad y el apoyo mutuo".

Es por ello que a veces puede convertirse en un problema, aunque en la mayoría de casos, este complejo puede suponer algo así como un "don" o un beneficios. ¿Cuál serían entonces las cosas buenas de tener ese complejo? ¿Y las malas? ¿Cuándo podría el complejo de salvador convertirse en un problema?

Lo bueno y de lo malo de tener el 'complejo de salvador/a'

El aspecto negativo del complejo del salvador, explica Padilla, radica en la tendencia a sobreponerse a las necesidades propias en beneficio de los demás, lo que puede llevar al agotamiento emocional y la falta de autonomía.

Sin embargo, y por otro lado, puede tener un aspecto positivo: brindar apoyo genuino y compasión a quienes lo necesitan, siempre y cuando se establezcan límites saludables y se fomente la independencia", añade la experta, quien considera que realmente este síndrome o complejo, siempre que se cumplan esos requisitos, sería más bien un "don".

Pero cierto es que este complejo conlleva una responsabilidad. Y es la de saber que se tiene ese poder. "Si no, siempre se esperará lo mismo de los demás mientras que, en cambio, los demás no lo tendrán en cuenta y la persona con complejo de salvador se decepcionará o se sentirá como 'el tonto/a que siempre lo da todo'", advierte.

Parecido sería en el plano sentimental o de pareja, pero todo sería en este caso, mucho más intenso: "Por mucho que guste dar, al final si la persona con complejo de salvaora si tienes un imán con personas más egoístas al final echa de menos también para ellas ese cuidado. Porque los humanos estamos también diseñados para ser atendidos", aclara la expeta.

Pero también puede ser que "el cuidador/a pueda asfixiar por adelantarse a las necesidades que la otra persona ni siquiera tiene y no le deja expresar sus inquietudes porque antes de abrir la boca ya tiene los deseos en la mesa".

Es por ello que este complejo es positivo tanto para las personas que lo tienen como para las que las rodean, "cuando se toma consciencia de lo que se posee y se aprendes a utilizarlo para beneficio de todos, manteniendo por tanto, un equilibrio entre lo que se da y lo que se recibe, aunque sea en diferentes áreas".

Y se convierte, por otro lado, en malo cuando "la persona salvadora vive en la frustración constante y sientes que solo ella da y no encuentras a nadie cerca a su altura. Cuando quiere cambiarlo pero a pesar de mil esfuerzos no puede y repite una y otra vez el patrón por encima de tus propias necesidades o bienestar", explica.

El complejo de salvador se vuelve problemático cuando...

Y el complejo de salvador se vuelve problemático cuando impide el desarrollo de relaciones equilibradas y saludables, perpetuando la dependencia emocional y la falta de autonomía en los demás, explica la experta.

‌Y cuando "este comportamiento se convierte en un patrón arraigado que afecta negativamente la calidad de vida de la persona y de quienes la rodean".

Por lo que "es importante abordarlo mediante terapias basadas en el aprendizaje humano, en el cerebro y la personalidad para promover una autoestima más sólida y relaciones más saludables", finaliza Padilla.

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