Nueva investigación

Cuida tu corazón para proteger también tu cerebro (y prevenir enfermedades como el alzhéimer)

Así lo asegura una nueva investigación realizada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares y dirigida por el reputado cardiólogo Valentín Fuster. Las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten en etapas avanzadas en muchas ocasiones.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo y en España y para evitarlas es fundamental evitar losfactores de riesgo cardiovasculares (hipertensión, colesterol, obesidad, sedentarismo...). O bien, como aseguran los expertos, en el caso de tenerlos, es importante tenerlos controlarlos: haciendo esto se puede evitar hasta en un 80%.

Ahora una nueva investigación realizada por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), junto a la Fundación Pasqual Maragall y el Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC), ha confirmado la importancia de controlar esos factores de riesgo cardiovasculares también para cuidar nuestro cerebro y prevenir enfermedades como el alzhéimer.

"Las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten en etapas avanzadas en muchas ocasiones; sin embargo, hay pocos estudios longitudinales en personas de mediana edad, 50 años, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro", tal como reza este estudio que ha sido publicado en la revista 'The Lancet Healthy Longevity', cuyo uno de sus principales investigadores ha sido el reputado cardiólogo Valentín Fuster.

Muestra además el trabajo que "la aterosclerosis -el acúmulo de placas de grasa en las arterias- y sus factores de riesgo asociados, además de ser las principales causas de enfermedad cardiovascular, están también implicados en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia".

"Estos hallazgos abren la posibilidad de intervenir sobre un trastorno modificable, como las enfermedades cardiovasculares, para prevenir el desarrollo de las demencias, para las que no existe tratamiento para muchos pacientes. Cuanto antes empecemos a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejor será para nuestro cerebro", explica Fuster.

Igualmente, subraya que "a pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud cerebral puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida. por tanto, estos resultados corroboran que la detección por imagen de la aterosclerosis subclínica aporta información muy relevante. La relación entre el cerebro y el corazón es un tema fascinante y con este estudio hemos visto que empieza mucho antes de lo que se creía".

Declive metabólico cerebral y riesgo cardiovascular

Ya en el año 2021, tal como se explica desde el CNIO, los investigadores de este centro descubrieron que la presencia de factores de riesgo cardiovascular y de aterosclerosis subclínica -antes de que aparezcan los síntomas- en las arterias carótidas, que son las que suministran sangre al cerebro, en individuos de 50 años aparentemente sanos (que participan en el estudio PESA-CNIC-Santander) estaba asociada a un menor metabolismo de glucosa cerebral (el metabolismo de la glucosa cerebral está considerado un indicador de salud cerebral).

El PESA-CNIC-Santander, dirigido por el Dr. Fuster, es un estudio prospectivo que incluye a más de 4.000 participantes asintomáticos de mediana edad en los cuales se está evaluando exhaustivamente la presencia y desarrollo de aterosclerosis subclínica desde el año 2010. Los resultados han puesto de manifiesto que "aquellos que mantienen un riesgo cardiovascular elevado durante todo este tiempo sufren una disminución aún mayor del metabolismo cerebral medido a través de técnicas de imagen como tomografía por emisión de positrones (PET)".

"Hemos detectado un declive metabólico cerebral tres veces mayor que el de personas que se mantienen en bajo riesgo cardiovascular", tal como señala Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo y becaria INPhINIT de la Fundación la Caixa.

La glucosa es la principal fuente de energía de las neuronas y otras células cerebrales. "Si el consumo de glucosa cerebral disminuye durante varios años puede limitar la capacidad del cerebro de lidiar en un futuro con enfermedades neurodegenerativas o cerebrovasculares", añade por su parte el Dr. Gispert, experto en Neuroimagen del CNIC y del Barcelonaβeta Research Center. Para conocer más detalles sobre este estudio al completo, puedes acceder al propio informe del CNIO.

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