Psicología
El poder del 'por si acaso' y otras 5 explicaciones psicológicas de por qué tenemos 'FOMO' por comprar lotería de Navidad
Contexto El FOMO es un concepto que define nuestro miedo a quedarnos fuera de algo importante que, en el caso de este sorteo, puede ser aún más pronunciado. Dos expertos nos explican algunas de las claves de por qué compramos tanta lotería.
¿Por qué compramos tanta lotería de Navidad? ¿Por qué si nuestro amigo compra un décimo, lo compramos nosotros también, por si acaso? Según los últimos datos publicados por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), cada español gastará de media más de 70 euros (71,67) en la lotería de Navidad, una media de algo más de tres décimos por persona. Pero todo sabemos que quien juega a la lotería, juega y, seguro, se gasta mucho más. Porque... ¿y si toca?
Ahora bien, ¿si sabemos que las posibilidades de que nos toque el gordo o un premio importante son ínfimas, por qué gastamos tanto dinero en lotería, sin, además, jugar a otros juegos de azar o sorteos, durante el resto del año? ¿Por qué tenemos una especie de FOMO (sólo) con la lotería de Navidad?
El FOMO (Fear Of Missing Out) es el temor a estar perdiéndonos experiencias que otras personas están viviendo, es un fenómeno surgido sobre todo en redes sociales, ya que vemos a personas publicando experiencias y planes en sus redes y nosotros también queremos estar en esos sitios.
Algo así pasaría también con la lotería: si nuestra empresa juega 3 décimos, queremos esos 3 décimos porque ¿qué pasaría si a los demás les toca y a mí no? Si nuestra amiga compra el décimos de su bar de confianza, nosotros también... Por si acaso.
Un FOMO exacerbado por la presión social
Según explica a laSexta la psicóloga María Padilla, directora del centro Capital Psicólogos, "el FOMO es un concepto que define nuestro miedo a quedarnos fuera de algo importante, y en el caso de la Lotería de Navidad, este miedo puede ser aún más pronunciado".
Esto es, aclara, "no se trata solo de perder la oportunidad de ganar dinero, sino de no formar parte de una experiencia colectiva. Esta tendencia se ve exacerbada por la presión social: si en tu trabajo o grupo cercano todos compran, es probable que sientas que necesitas hacerlo también, aunque sea 'por cumplir'".
Además, señala, "el FOMO en la lotería se alimenta de historias anecdóticas y casos excepcionales: 'El grupo de vecinos que ganó el premio', 'La familia que lo repartió entre todos'. Estas historias refuerzan la creencia de que perderse la compra del billete equivale a quedarse fuera de algo extraordinario".
Por su lado, y según explica el experto en Recursos Humanos, Fernando Botella, autor del libro 'Esencial' y CEO de Think&Actio, "el FOMO explica la compra y es lo que deberíamos intentar controlar porque es el factor psicológico más importante que nos lleva a la compra. De alguna forma, todos queremos estar en todo, participar en todo y esta es la trampa social. Se produce una especie de crisis de psicología social que va contra natura y esto hace que tengamos esa necesidad de comprar lotería".
El JOMO sería el fenómeno contrario: el placer de disfrutar de los momentos que realmente nos hacen sentir bien sin tener que ir o vivir esas experiencias por "presión social" o por esa ansiedad de querer estar en todo.
Otras explicaciones psicológicas por las que compramos lotería de Navidad
1. El poder del 'por si acaso'
Esto es sin duda uno de los factores principales que nos empuja a participar en la Lotería de Navidad: el pensamiento mágico del 'por si acaso'. "A pesar de conocer las estadísticas (una posibilidad entre 100.000 de que te toque el Gordo), hay algo profundamente humano en no querer perderse la posibilidad de cambiar nuestra vida en un instante. Este 'por si acaso' está profundamente conectado con el FOMO, porque la idea de ser los únicos en nuestro entorno que no ganen (cuando otros lo hacen) nos resulta insoportable", explica Padilla.
2. La dimensión social de la Lotería de Navidad
En este caso, añade la psicóloga, entra en juego un aspecto fundamental: la Lotería de Navidad no es solo una apuesta, sino un evento social y cultural. Por lo que "no participar puede significar quedar fuera de esa conversación compartida sobre la suerte, los números elegidos y las ilusiones. Este miedo a quedar excluido alimenta nuestro deseo de estar en 'todas las salsas': comprar el décimo del trabajo, el de la familia, el del bar, e incluso el de la comunidad deportiva. No hacerlo nos hace sentir como si estuviéramos rompiendo un lazo social".
3. El fenómeno del 'refuerzo intermitente'
Compramos tantos décimos o participaciones porque "aunque la probabilidad de ganar sea baja, el acto de participar activa en nosotros la esperanza y la dopamina asociada con la posibilidad de la recompensa. Cada billete adicional que compramos refuerza esa ilusión, porque sentimos que estamos aumentando nuestras probabilidades de éxito, aunque en realidad no sea así", explica.
Sin embargo, este comportamiento también puede relacionarse con otro sesgo: el sesgo de aversión a la pérdida. Esto es, "para muchas personas, no participar en la lotería no es una elección neutral; se percibe como una pérdida potencial, especialmente si los demás a tu alrededor sí lo hacen", añade Padilla.
4. El sesgo de la disponibilidad
En en este caso, explica Botella, "si tu tienes un número y juegas, yo también quiero jugar; si puedes acceder a un premio, yo también quiero; no es por ganar sino por el acceso a ganar que tiene que ver con el sentido de pérdida (yo no quiero perder para que tu ganes)".
5. Ilusión de control
Por último, existe otro motivo relacionado que es la ilusión de control, es decir, "si algo va a cambiar en mi, voy a poder controlar mi futuro, mi vida, pero esto es ilusorio", concluye Botella.