Psicología

"No olvides que tú también fuiste adolescente": las 3 claves de la profesora Diana Al Azem para mejorar la relación con tu hijo

La profesora de secundaria y escritora ofrece a laSexta.com algunas claves para afrontar esta etapa de nuestros hijos de la mejor forma posible. "Es clave entender la diferencia entre "ayudar" a un adolescente o "salvarlo".

Sabemos que la adolescencia es una de las fases más vulnerables que existen para una persona: el cuerpo está en continúa evolución y la personalidad se va forjando casi, a pasos agigantados. Sin embargo, el papel de las familias es crucial, porque aunque parezca que los/as adolescentes no escuchan a sus padres y madres, realmente sí lo hacen. Y además, necesitan que lo hagan.

Es por ello que, con más de casi 700.000 seguidores en Instagram, Diana Al Azem, profesora de secundaria, escritora y fundadora y CEO de Adolescencia Positiva se lanzó a escribir un libro sobre adolescencia para ayudar a las familias a tener una mejor relación con sus hijos. Así nació el reciente libro: '¡Quiero entenderte!: Claves para comprender y manejar (de forma positiva) el nuevo paradigma de la adolescencia' (Plataforma Actual).

"En las tutorías con los padres me daba cuenta que lo que estos me contaban sobre sus hijos no tenía nada que ver con lo que yo veía en clase. La percepción era completamente diferente y fui consciente de que realmente no había comunicación entre ellos. Los padres no conocían realmente a sus hijos", explica.

Fue de verdad por este motivo -dice- por lo que "vi imperiosa necesidad de enseñar a los padres que sus hijos son algo más que expectativas. Es importante que las familias vean a sus hijos por quienes realmente son, que abran su mente y dejen las creencias y los juicios a un lado para vivir la adolescencia como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje, y no como una etapa horrible que hay que pasar cuanto antes".

No olvidemos que un día también fuimos adolescentes

Muchas veces no es fácil para las familias ver cómo su niño/a se convierte de repente de todo un adolescente que necesita su espacio, sus momentos de independencia y que cada vez requieren menos ayuda de su familia. Pero eso no significa que no quieren y que no necesiten que estemos ahí.

"Independientemente de lo compleja que es la etapa en sí, está en las manos de los adultos sobrellevarla con una actitud más positiva o, por el contrario, soportarla a duras penas. No debemos olvidar que nosotros también fuimos adolescentes, y si recordamos las luchas internas que hemos vivido, las inseguridades, los cambios físicos, hormonales y sexuales que acompañan esta etapa, nos daremos cuenta de que para nosotros tampoco fue fácil", expone la profesora.

Así, en este sentido -añade- "qué bonito sería sentir que las personas más importantes de mi vida (mis padres) entienden por lo que estoy pasando y son pacientes antes mis cambios continuos de humor. Recordemos que los jóvenes aprenden de lo que ven a su alrededor, y si nosotros como padres no somos capaces de dar ejemplo, ¿cómo pretendemos que ellos se comporten de manera respetuosa y calmada?".

Los jóvenes aprenden de lo que ven a su alrededor, y si nosotros como padres no somos capaces de dar ejemplo, ¿cómo pretendemos que ellos se comporten de manera respetuosa y calmada?

Diana Al Azem, profesora de secundaria y escritora

Al mismo tiempo, debemos entender que la adolescencia es una etapa crucial para adquirir recursos que les hagan ser personas independientes el día de mañana, "por lo que si les sobreprotegemos o evitamos a toda costa que cometan errores, flaco favor les estaremos haciendo", aconseja la profesora.

Es por ello crucial, en este caso, diferenciar entre "ayudar" a un adolescente o "salvar a un adolescente": "Cuando yo ayudo a mi hijo, estoy cooperando con él o ella en cualquier asunto que requiera mi acompañamiento; cuando le "salvo", asumo la responsabilidad de su bienestar", explica. Así un consejo que podemos dar desde estas líneas es el siguiente.

"La próxima vez que nos veamos en una situación de este tipo, hagámonos la pregunta de si "¿estoy ayudando a mi hijo/a o le estoy salvando y, por lo tanto, evito que se responsabilice?" En este sentido, y por la propia naturaleza evolutiva, los adolescentes necesitan pasar más tiempo con sus amigos que con sus padres. Su cerebro se prepara para salir del nido familiar y nos toca aceptar que así debe ser".

3 claves para mejorar la relación con nuestros hijos adolescentes

Por último, las 3 claves o consejos que ofrece Al Azem para mejorar la relación con nuestros hijos y ofrecerles realmente la ayuda que necesitan son fundamentalmente:

  • Conectar con ellos, aplicar la escucha activa y la empatía, y no minimizar sus problemas aunque nos puedan parecer irrelevantes.
  • Es importante que vayamos soltando la cuerda y les otorguemos, poco a poco y según edad, algo más de independencia. Esto incluye toma de decisiones sobre, por ejemplo, cómo quieren vestir, cómo se quieren organizar con los estudios, qué peinado quieren llevar, etc. Ojo, todo lo que suponga un posible daño a su salud física o mental debe seguir siendo una línea roja.
  • Buscar un espacio en el día que nos permita pasar tiempo de calidad con ellos: una peli, salir a cenar juntos, una excursión, ir de compras, hacerles partícipes de las decisiones familiares…

"Es importante que los adolescentes sientan que su opinión también es importante para la familia y que se sienten de verdad parte de ella", finaliza Al Azem.

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