Psicología
¿Crees que tienes síndrome postvacacional? Descubre cuáles son sus síntomas y cómo prevenirlos
¿Cómo sé si tengo síndrome postvacacional? ¿Cuándo debo preocuparme por ello? Tres expertas en psicología nos dan todas las claves sobre este llamado síndrome o depresión postvacacional.
¿Cómo saber si tengo o no el llamado síndrome postvacacional o depresión postvacacional? Y es que este término tan coloquial que escuchamos tanto en esta época del año cuando empieza septiembre y la vuelta al cole, puede que no sea del todo preocupante.
Es importante explicar bien qué es exactamente este llamado síndrome postvacacional, cuáles son sus síntomas y sobre todo, cuánto duran esos síntomas para ver si realmente o no es algo por lo que debamos preocuparnos y pedir ayuda profesional.
Porque lo cierto es que es totalmente normal que nos cueste un poco volver de nuevo al trabajo y a la rutina, lo preocupante es cuando, pasado un tiempo, nos somos capaces de volver de nuevo a la a nuestra vida 'normal'.
"La depresión postvacacional (o síndrome postvacacional) no se considera un trastorno en sí, no tiene entidad clínica y no aparece en los manuales, por lo tanto no hay un acuerdo sobre cuáles son los síntomas que deben aparecer", explica a laSexta.com Ana Luque, psicóloga sanitaria del centro Área Humana (Madrid).
Sin embargo, sí podemos decir que a pesar de que es un tema poco investigado, "lo cierto es que afecta a muchas personas y aparece cuando no logramos adaptarnos de nuevo a la rutina, después de una larga temporada desconectados de nuestros compromisos del día a día", añade la experta.
Síndrome postvacacional: los síntomas que pueden aparecer
Es como si de golpe -continua explicando Luque- todo el bienestar que experimentamos durante el periodo vacacional se desvaneciese de repente dando lugar a un malestar. Y ese malestar se expresa en síntomas tan dispersos como: desgana, apatía, estrés, tristeza e irritabilidad, etc. que puede presentarse incluso antes de la reincorporación a la rutina, no permitiéndonos disfrutar de los últimos días de vacaciones. También es frecuente que aparezcan otros problemas o síntomas como dificultades para dormir, fatiga o ansiedad, etc.
- Tristeza
- Desgana y apatía
- Estrés
- Irritabilidad
- Problemas para dormir
- Apatía
- Ansiedad
Pero realmente este síndrome postvacacional o 'depresión postvacacional', que "no aparece en ningún manual diagnóstico de Psicología como trastorno, es un proceso adaptativo que nos produce esta serie de síntomas al retomar la rutina de trabajo", afirman por su parte Cecilia Martín Sánchez y Marina García Fuentes, psicólogas y directoras del Instituto de Psicología Psicode (Madrid, Valladolid y Alicante).
Y es que "retomar las obligaciones diarias lleva consigo un proceso de readaptación que puede desencadenar una respuesta de estrés: tenemos que hacer frente a las demandas del ambiente, a nuestras responsabilidades diarias y a lo que se espera de nosotros. Por lo que si nos vemos incapaces de hacer frente a todo ello, nos sentiremos estresados y pueden aparecer todos esos síntomas", explican.
Si los síntomas perduran, hay que consultar
Pero el problema real viene cuando esos síntomas perduran: "si este nivel de estrés se mantiene en el tiempo, es cuando sí es peligroso para nuestra salud. Pueden aparecer otra serie de enfermedades físicas y será necesario un tratamiento psicológico para resolverlo", aseguran Martín y García.
Por tanto, debemos estar atentos si estos síntomas o ese malestar que sentimos no desaparece en pocos días. O como explica Ana Luque: "Debemos preocuparnos si pasadas dos semanas se observa que la persona se encuentra durante la mayor parte del día triste, se muestra inquieta, preocupada o irascible y este estado de ánimo comienza a interferir en áreas importantes de su vida, como la relación con la familia o el rendimiento en el trabajo".
Y es que "los psicólogos consideramos que existe una diferencia entre la tristeza posterior a las vacaciones, que es temporal y finaliza una vez nos adaptamos de nuevo a la rutina, y las afecciones más graves, como una depresióno un trastorno de ansiedad, que pueden requerir atención psicológica y/o psiquiátrica", añade la experta. Por lo que es importante estar pendientes de esos síntomas y pedir ayuda profesional cuando veamos que ese malestar no se nos va.
Normalmente, este llamado síndrome postvacacional es más probable que aparezca -añaden Martín y García- en "aquellas personas a las que no les gusta su trabajo, que están 'quemadas' en él o si terminó agotado/a antes de las vacaciones. También se agravará si la persona tiene otros estresores en su vida, como pueden ser el desempleo, los problemas de pareja, las dificultades económicas, conflictos familiares y sociales, sentir que no es lo suficientemente bueno en su trabajo, etc.".
Consejos para prevenir el síndrome postvacacional
Lo más importante de todo es que como muchas cosas en la vida -aunque no todas las que nos gustarían- el síndrome postvacacional se puede prevenir. Para ello, Martín y García nos ofrecen una serie de claves o consejos que pueden ayudarnos.
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- Retomemos de forma gradual nuestras rutinas y no nos sobrecarguemos de tareas en esos primeros días.
- Pensemos que el ocio no se acaba sino que podremos disfrutar de él igualmente en nuestros días libres.
- Pensemos que volveremos a relacionarnos con nuestros amigos, compañeros de trabajo, de gimnasio... Y las relaciones sociales son muy positivas.
- Pensemos también en las ventajas que tiene volver al trabajo o los estudios como por ejemplo, a estimular nuestra mente.
- Ilusionémonos con pequeños retos y objetivos que nos aporten motivación y novedad en nuestras vidas.
- Es importante que planifiquemos nuestro autocuidado, el ejercicio físico, nuestros hobbies y las actividades gratificantes que nos aumentan el estado de ánimo.
- Retomar los hábitos saludables de comida sana, ejercicio y descanso nos ayudará a prevenir el síndrome postvacacional.
- Planifiquemos momentos de descanso en la agenda diaria y realicemos actividades relajantes como yoga, mindfulness, meditación, relajación, etc.
- Intentar desconectar mentalmente de todo lo relacionado con el trabajo cuando se termine la jornada laboral: no nos llevemos el trabajo a casa.