Buenos amigos vs amistades tóxicas
El psicólogo Álvaro Bilbao explica cómo detectar las "malas compañías" en la adolescencia
El autor del famoso libro 'El cerebro del niño explicado a los padres' habla con laSexta.com sobre esta época de cambios que es la adolescencia y sobre cómo los chicos/as escuchan más a las familias de lo que éstas creen.
Si hay una época de cambios y de vulnerabilidades, ésta es la adolescencia. Y como en cualquier etapa de la vida, se necesita ayuda. Es más, aunque pensemos que no, los chicos y chicas quieren que les ayudemos. Los adolescentes no son ajenos a las emociones, problemas y experiencias de la vida y como ninguno de nosotros adultos, puede con todo ni tampoco, aunque lo parezca, se creen autosuficientes.
Y de esto sabe mucho el doctor en Psicología y neuropsicólogo Álvaro Bilbao, famoso entre padres y madres por ser el autor del libro 'El cerebro del niño explicado a los padres'. Él, mejor que nadie, sabe por experiencia que los adolescentes necesitan ayuda y que, a su manera, la piden.
"He dado muchas conferencias en colegios y centros escolares y los adolescentes prestan mucha atención a lo que les cuento. De hecho, al terminar, hacen muchas más preguntas que cuando doy charlas a los padres", confiesa a laSexta.com.
Porque los chicos/as necesitan respuestas y comprender todos los cambios por los que están pasando. Sin embargo, como familias, debemos entender que "el cerebro del adolescente necesita tener momentos de soledad en su cuarto, que los chicos necesitan pasar tiempo solos/as, al igual que también necesitan estar con sus amigos mucho más que con sus familias", explica el psicólogo. "Es más una necesidad que tiene el cerebro adolescente que un deseo", añade Bilbao.
Es por ello que parece que no nos hacen caso como padres, pero lo cierto es que sí lo hacen, y así lo señalan muchos estudios neurológicos. La clave está eso sí, en cómo nos acercamos a ellos/as: "En conectar con ellos/as".
Y de todo esto habla Bilbao en su último libro publicado 'Prepárate para la vida. 7 claves para orientar a jóvenes y adolescentes', dirigido a chicos/as entre 14 y 20 años y a sus familias. Una necesidad que le surgió precisamente de todas estas charlas, cuando vio que efectivamente, los chicos/as quieren y necesitan ayuda.
Buscar buenas compañías y alejarte de las relaciones tóxicas
Como escribe Bilbao en su libro, "la vida es superación, adaptación y cambio". Y cada etapa tiene sus "retos y desafíos" y que pese a todo, es importante recordar dos cosas. La primera es que "cuando alcances una cima, celébralo" porque luego llegará el momento de subir más montañas. Y la segunda es que "de poco sirve superar un obstáculo tras otro si no eres capaz de disfrutar del camino".
Y en todo este camino que tendrá que recorrer el adolescente se encontrará con buenos y no tan buenos amigos, que son como hemos dicho antes, con las personas que quiere y necesita estar. Y dentro de esas amistades se encontrará con "relaciones o amistades tóxicas", aquellos "amigos" que no conviene tener.
"La mitad de los adolescentes tienen algún conflicto con sus amigos o amistades", explica Bilbao. Por lo que es importante que aprendan a detectar las señales de alarma. "Y el mejor indicador para saber si una amistad nos conviene o no es ver cómo nos hace sentir esa persona cuando se va, esto es, cómo nos ha hecho sentir cuando hemos estado con ella", explica Bilbao dirigiéndose directamente al adolescente.
El mejor indicador para saber si una amistad nos conviene o no es ver cómo nos hace sentir esa persona cuando se va, esto es, cómo nos ha hecho sentir".
Esto es, si nos hace sentir mal porque de algún modo nos desprecia, no tiene en cuenta nuestras opiniones, no nos hace sentir válidos y competentes, etc. "Debemos entender que esa persona no es buena para nosotros", explica Bilbao. Y cuanto antes nos alejemos de ella, mejor. Igualmente, si esa persona nos da una de cal y otra de arena, esto es, si hay veces que se porta bien con nosotros pero otras no.
"Las personas que nos ignoran y nos dan afecto de forma intermitente pueden ser muy dañinas", dice el experto a los adolescentes, por lo que "no hay razón para rodearte de personas que te hacen sentir mal". Es muy importante, les recuerda Bilbao, "elegir bien a nuestras amistades porque no hay mayor fuente de seguridad que tener buenos amigos".
Por lo que es clave alejarnos de las personas que nos hacen sentir mal; que escuchemos nuestras emociones y que nos acerquemos a aquellas personas que sí nos hacen sentir bien.
Así puedes ayudar a tu hijo/a a alejarse de las malas amistades
Es cierto que no es fácil alejarse de esas personas tóxicas, si nos cuesta cuando somos adultos imaginémonos un adolescente. Y es por ello que los padres/madres pueden ayudar a hacerlo. Y la gran pregunta es: ¿Cómo pueden las familias ayudar a sus hijos a alejarse de esa amistad tóxica y que no le hace bien?
Lo primero que debemos tener en cuenta como familias es que los adolescentes sí quieren nuestra ayuda y que como hemos dicho al principio nos escuchan más de lo que creemos. Por lo que no debemos decirle sin más, aléjate de ese amigo/a. Porque "es como si a un adulto le dijeran que para solucionar un problema que tiene, debe vivir unos días en la calle", expone Bilbao.
No debemos decirle sin más: aléjate de esa amigo: hay que acercarse a nuestro hijo desde la pregunta y no desde la crítica a esa mala amistad
Por lo que es clave la forma en que se lo decimos y sobre todo, la forma en que nos acerquemos a nuestro hijo/a adolescente. De este modo, es fundamental acercarnos a él desde la pregunta y no desde el ataque al amigo.
Esto es, no podemos empezar criticando al amigo/a, porque el joven se alejará directamente, sino que debemos preguntar a nuestro hijo/a cómo está, cómo nos hace sentir esa persona, explicarle que no le vemos bien cuando viene de estar con ese amigo...
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En definitiva, se trata de "ayudarles a abrir la mente, porque el cerebro del adolescente tiene aún poca flexibilidad", explica el psicólogo. Por ello, lo más importante es acercarnos a ellos a modo de ayuda, no a modo de ataque y conectar con ellos. Después ya le podremos dar los mensajes que queramos. "Y no olvidemos que los adolescentes nos escuchan", insiste y concluye Bilbao.