Psicología infantil
Qué hacer para que los niños no sufran en los divorcios: "Que no reciban las balas de la guerra de sus padres"
Sí, con una buena gestión del divorcio o de la separación de los padres, es posible que los niños no sufran o no tengan problemas psicológicos por la ruptura. La psicóloga Silvia Álava nos cuenta todas las claves a tener en cuenta.
Cuando se produce una ruptura sentimental en una pareja con hijos, ésta deja de serlo pero ninguno de los dos dejan de ser padres o madres.Por eso, y según los expertos es importante que haya un buen divorcio y una buena gestión de la separación para que los niños/as sufran lo menos posible.
Yclara-mente mucho se está hablando de todo esto durante las últimas 48 horas, por la famosa canción queShakira ha dedicado a Piqué, pero sin hacer valoraciones sobre este caso (que bastantes cosas hay ya) y extrapolándolo a lo mundano y cotidiano de nuestro entorno, expliquemos las claves para tener un buen divorcio.
Porque sí, es posible que los niños no sufran con las rupturas de sus progenitores, siempre y cuando haya una buena gestión de la separación, que sabemos que no son nada fáciles y que como ya explicamos en este artículo, también deben atravesar su duelo. Y ese duelo siempre lleva consigo una fase de dolor muy importante.
"La evidencia nos dice que, si sabemos separarnos cuando tenemos hijos pequeños, no tendría por qué haber problemas con los niños/as", afirma a laSexta.com Silvia Álava (@silviaalava), doctora en Psicología y directora del área de psicología infantil del Centro Álava Reyes (Madrid).
Sin embargo, "cuando no hay una buena gestión de la separación, los estamos utilizando para hacer daño al otro progenitor o están los niños recibiendo las balas perdidas de la guerra de sus padres, las probabilidades de que desarrollen problemas psicológicos se incrementan mucho más", asegura esta experta, autora de Queremos hijos felices (donde precisamente hay un capítulo dedicado a esto).
Y es que al final, muchas veces, "son los hijos los que se quedan en medio de la guerra que tienen sus padres y ellos tienen que estar a otra cosa, y sobre todo tienen que estar protegidos por sus propios padres. No tienen ellos que recibir esas balas".
Claves para gestionar un buen divorcio cuando hay niños
Fundamentalmente, podemos decir que, según Silvia Álava, existen 4 claves básicas que debemos tener en cuenta cuando tenemos hijos pequeños, sean niños o adolescentes (no olvidemos que los adolescentes no son adultos) y nos estamos separando o divorciando de nuestra pareja.
1. Explicarle bien a los niños que sus padres se van a separar
Esto es fundamental. Contarles bien a los pequeños que sus padres/madres se van a separar pero que ellos no tienen culpa ninguna y que les van a seguir queriendo igual. De hecho, "muchas veces con los más pequeñitos funciona muy bien la palabra novios: vamos a dejar de ser novios, vamos a vivir en casa separadas, pero te vamos a querer igual... Con los más mayores, sí podemos decir pareja", señala Álava.
Pero es muy importante insistir en que "son cosas de pareja y que nada tienen que ver los niños"; y esto hay que dejarlo claro porque a veces tienden a pensar que es por su culpa y no es así, debemos decirles que las cosas de pareja son precisamente eso, cosas que pertenecen solo a dos personas".
2. Explicarles a los niños cómo va a ser su vida a partir de ahora
Algo fundamental para los pequeños es que, una vez les contamos que sus padres/madres van a separarse, les expliquemos muy bien cómo va a ser su vida a partir de ahora: en qué casa van a vivir, quién los va a llevar ahora al colegio... Todo lo que necesitan saber para su día a día, todas esas cosas prácticas. Y además es importante que les involucren en esto. Por ejemplo, "si van a tener un segundo dormitorio en casa del otro progenitor, que sean ellos quienes vayan a elegir la decoración y que se sientan parte de su nuevo hogar".
Y así lo explicaban también aquí varias expertas en psicología y mediación: es importante "formular la separación procurando que sus hábitos cambien lo menos posible y que sigan en relación con las respectivas familias (abuelos, tíos, primos...)". La estrategia común que tenga en esto la pareja es fundamental, es decir, tal como aseguraban las expertas, para que los hijos/as sufran lo menos posible, la pareja tiene que llegar a un buen acuerdo en la forma en que se van a separar y a una buena planificación y organización de cómo será ahora la vida de sus hijos/as.
3. Nunca contarles los motivos de la ruptura (son cosas de pareja)
"No, nunca debemos contarles a los niños los motivos de la ruptura", asegura Álava. "Nunca tenemos que contar el porqué se ha roto la pareja, los niños/as no tienen que tener más información de la que les atañe a ellos mismos", insiste la experta. Y es que "hay muchos adultos que están dolidos porque su ex ha tomado la decisión de terminar y cuando se lo cuentan a sus hijos/as no son capaces de discernir con claridad y tienen que darse cuenta de que esto es un tema de adultos".
Porque por mucho que deje de ser tu pareja, "no va a dejar de ser el padre/madre de tus hijos y necesitamos que la relación sea lo mejor posible. Necesitamos una relación buena y sana, por ello en ningún momento podemos descalificar a la expareja, porque al final ese niño/a se va a quedar con los dos", señala.
4. Que no haya o que no sigan las faltas de respeto
Normalmente, antes de que la pareja se separe, hay malos momentos, probablemente palabras duras, faltas de respeto... pero cuando la pareja decide romper, "no tiene que haber ya esas faltas de respeto hacia el otro/a delante de los hijos, porque la pareja ya no existe, para algo nos hemos separado".
Y esto es importante porque "la mala relación con nuestra expareja puede afectar al vínculo de seguridad y de apego que queremos que nuestros hijos desarrollen con los dos progenitores. Por eso es importante dejar siempre a los niños al margen", asegura Álava. Al margen del dolor y de todo lo que podamos sentir nosotros, como pareja, con la ruptura y la separación.
Por no hablar, claro está de "esas separaciones y divorcios en los que se usa a los menores para hacer daño a las parejas, cuando el principal daño se lo están haciendo a los hijos. Los niños tienen que estar siempre al margen y como decíamos antes, no llevarse ellos las balas perdidas de la guerra", insiste y concluye esta especialista.
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