Nutrición y ejercicio
Si tienes más de 65 años, cuidado con las dietas restrictivas: a veces es mejor tener unos kilos de más que perder masa muscular
Así lo asegura un estudio de la Asociación Dietética Británica, avalado también por nutricionistas y médicos geriátricos españoles: las dietas restrictivas pueden conllevar problemas por la pérdida de masa muscular.
A veces las dietas muy restrictivas las carga el diablo, más aún si se tiene más de 65 años. Porque muchas veces se pierde masa muscular y no grasa, y es la grasa -si nos sobra- lo que realmente debemos perder y eliminar, más aún la llamada grasa abdominal. Esto es, es importante perder grasa pero no músculo y para ello, es clave llevar una dieta saludable y hacer ejercicio físico.
Así lo asegura un estudio de la Asociación Dietética Británica que es avalado también por nutricionistas y médicos geriátricos españoles: las dietas restrictivas pueden conllevar problemas por la pérdida de músculo.
"Una dieta estricta no tiene por qué ser sinónimo de salud, menos aún si tienes más de 65 años porque no siempre va a traer beneficios", afirma Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).
Y es que "el riesgo que tienen los mayores es perder capacidad muscular", añade por su parte la Dra. Naiara Fernández, de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG): "El riesgo que tienen los mayores es perder capacidad muscular"; algo clave para nuestra salud.
Es cierto que la grasa no es tan mala como pensamos porque puede actuar como reserva de energía ante enfermedades o pérdidas de apetito, sin embargo los expertos avisan: siempre en su justa medida. "La grasa tiene que estar en nuestro organismo, pero en unos niveles adecuados", asegura Vanessa Martín, digestiva y nutricionista del Instituto Valenciano Digestivo IVADI. Es decir, es importante evitar el exceso de grasa y tener un peso adecuado.
También por otro lado, es importante tener en cuenta dónde se localice esa grasa: un exceso de grasa corporal en la zona del abdomen, lo que llamamos obesidad abdominal o central, puede conllevar un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por tanto, y según añade de Hollanda, "si no hay comorbilidad y el IMC no llega a 30, no tiene sentido poner énfasis en que pierda kilos per sé, sino en que mejorar el estilo de vida: evitar abusar de la bollería y tomar suficientes proteínas para evitar la pérdida de músculo". Se trata al fin y al cabo de llevar una dieta saludable y no olvidarnos del ejercicio físico, que es clave para conservar esa masa muscular.
"Es clave hacer ejercicio físico, no solo andar, sino también realizar ejercicios de fuerza muscular", sostiene la doctora Fernández. Esto es, no sólo se trata de hacer ejercicio de tipo aeróbico como es caminar sino que también es importante realizar ejercicio de fuerza, tal como indican las recomendaciones de ejercicio físico de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por ello y tal como indica la doctora de Hollanda, no debemos focalizarnos en el peso en sí, ya que a veces solo es un valor. Lo importante es comer de forma saludable y hacer ejercicio. Y como indica el estudio británico, lo importante -a medida que envejecemos- son los nutrientes, la vitamina D y la hidratación.
Más Noticias
Las 10 claves para mantener un cerebro saludable y prevenir el riesgo de enfermedades neurológicas ¿Es bueno para la salud tomar leche sin lactosa si no tienes intolerancia? La respuesta clave de una nutricionista La obesidad tiene memoria: científicos españoles y suizos confirman la existencia del efecto yo-yo ¿Por qué orinamos más cuando tenemos frío? Así es lecanemab, el nuevo fármaco contra el alzhéimer indicado para personas con deterioro cognitivo leve
Pero también es muy relevante, tal como señalan los británicos, "disfrutar lo que se come y comer de la forma que más le guste". Y además, se puede comer sabroso sin necesidad de sal, sustituyendo ésta por todo tipo de especias y experimentando con los sabores y los alimentos.