Qué es la otitis: síntomas y tratamiento

La otitises una de las infecciones de oído más comunes, sobre todo en la infancia, casi siempre producida por una humedad excesivaen el conducto auditivo. Se calcula que el 70% de los niños ha tenido algún episodio de otitis media. Si lo has vivido de cerca sabrás que es muy doloroso y molesto. Te contamos por qué aparece esta infección, sus síntomas, cómo tratarla y cómo prevenir la otitis.

La otitis suele tener un desenlace favorable, pero hay que darle la importancia que tiene. Casi todas las infecciones de oído desaparecen en tres días, pero a veces los síntomas pueden durar hasta una semana. Una otitis mal curada puede dejar consecuencias serias en las estructuras del oído medio, que lleguen a afectar a la audición.

El oído medio es una cavidad llena de aire que transforma las ondas sonoras en vibraciones y las transmite al oído interno. Desde el punto de vista anatómico, el oído medio está compuesto por tres diminutos huesos (martillo, yunque y estribo), la ventana oval, la ventana redonda y la trompa de Eustaquio. El tímpano, por su parte, está ubicado en el oído externo, es muy fino. Mide aproximadamente de 8 a 10 mm de diámetro y se estira mediante unos pequeños músculos. La presión ejercida por las ondas acústicas es lo que hace que vibre.

Pide ayuda médica, una cita con un especialista en otorrinolaringología, ante cualquier infección que afecte a esta delicada zona. Según la Organización Mundial de la Salud, en el 90% de los casos, la otitis media mejora sin complicaciones, pero este tipo de infecciones pueden llegar a provocar daños permanentes e incluso pérdida de audición.

A veces aparecen complicaciones debido a la agresividad del germen que ha provocado la infección, la resistencia bacteriana al tratamiento, o a no realizar este de manera adecuada o durante el periodo de tiempo completo, por ejemplo.

Qué es la otitis: los 5 tipos

La otitis es la inflamación de distintas estructuras del oído a causa de, generalmente, una infección bacteriana. Hay varios tipos de otitis según la zona del oído a la que afecte.

• 1. Otitis externa
• 2. Otitis media
• 3. Otitis media crónica
• 4. Otitis media secretora
• 5. Otitis barotraumática

Teniendo en cuenta la duración de la infección, se habla de:

• Otitis aguda: duración de los síntomas de entre 0 y 3 semanas.
• Otitis subaguda: los síntomas duran de 3 a 12 semanas.
• Otitis crónica: los síntomas duran más de 12 semanas.

La otitis externa:

La otitis externa provoca inflamación, enrojecimiento e hinchazón del conducto auditivo externo (el tubo entre el oído externo y el tímpano). Por lo general, solo uno de los oídos se ve afectado. Esta enfermedad es muy común en verano (también se le llama otitis del bañista) porque la exposición repetida al agua puede hacer que el conducto auditivo sea más vulnerable a la inflamación. El uso de productos irritantes, los tapones de cerumen en los oídos pueden causar esta otitis. La otitis externa provoca, entre otros síntomas, picores y un dolor intenso.

La otitis media:

Como indica el nombre, la otitis media es la infección del oído medio, que provoca, además de la inflamación, la acumulación de líquido detrás del tímpano. Aunque cualquier persona puede padecerla, son los bebés de entre seis y 15 meses son los más afectados. Las bacterias que provocan la otitis media suelen ser: Streptococcus pneumoniae, Moraxella catarrhalis y Haemophilus influenzae no tipificable. Y su tratamiento habitual es con amoxicilina (en pacientes que no son alérgicos a la penicilina).

La otitis media crónica:

Se habla de otitis media crónica cuando la infección en el oído medio y/o de las celdas aéreas mastoideas en presencia de una perforación de la membrana timpánica es recurrente. Los síntomas asociados con esta enfermedad incluyen: pérdida de audición, otorrea (secreción del oído de diferentes tipos de líquido corporal), otalgia (dolor de oído) y ocasionalmente vértigo.

La otitis media secretora:

Este tipo de otitis puede desarrollarse después de una otitis media aguda que no se haya curado por completo o debido a la obstrucción de una trompa de Eustaquio (esta conecta el oído medio y la parte posterior de la nariz). Sus síntomas se pueden alargar durante semanas e incluso meses. Las alergias y el aumento de tamaño de los adenoides son causas comunes de obstrucción de la trompa de Eustaquio. También puede deberse a un tumor, pero estos casos son menos frecuentes. La otitis media secretora puede ocurrir a cualquier edad, pero es más usual que se produzca en los niños.

La Otitis barotraumática:

¿Alguna vez te han dolido (muchísimo) los oídos en el avión? Entonces puede que ya sapas qué es la otitis barotraumática. Se produce cuando el tímpano se estira y se tensa, se producen un conjunto de lesiones traumáticas del oído medio ligadas a un desequilibrio de presiones importante entre la caja timpánica y el aire ambiental. El barotrauma provoca dolor de oído y pérdida de audición por las presiones desiguales que se desarrollan a ambos lados del tímpano. Esto ocurre más comúnmente cuando se desciende para aterrizar en un avión y también lo experimentan los buzos. El aire a ambos lados del tímpano debe tener la misma presión para que el tímpano vibre y funcione normalmente. El barotraumatismo ótico es el dolor de oído o el daño a la membrana timpánica causado por cambios rápidos de presión. El tratamiento de la otitis barotraumática suele consistir en antiinflamatorios, descongestionantes y/o antibióticos aunque hay veces en las que hay que hacer una intervención quirúrgica para drenar y cerrar la perforación.

Diez síntomas de la otitis

Por lo general, no es complicado saber si uno sufre una infección de oído. Puede ser más difícil cuando se trata de bebés, niños o personas con dificultades de expresión. En ocasiones se necesita ayuda para confirmar el origen del malestar. Esta lista de síntomas es una guía, pero será un médico quien dé un diagnóstico. Puede ser que realice una timpanometría para confirmar los hallazgos. Los síntomas de una infección de oído suelen empezar de manera repentina y entre ellos están:

1. Dolor dentro del oído

2. Fiebre

3. Malestar general

4. Cansancio

5. Picor e irritación dentro y alrededor del oído

6. Piel escamosa dentro y alrededor del oído

7. Supuración que sale del oído

8. Dolor con la palpación del pabellón auricular o incluso al cepillar el cabello

9. Dificultad para oír bien

10. Posibles mareos y pérdida de equilibrio

En el caso de bebés y niños pequeños, estas son algunas de las señales que pueden indicar que padecen otitis:

• Frotarse o tirarse de la oreja
• Estar irritables o inquietos
• Inapetencia
• Pérdida de equilibrio
• No reaccionar a algunos sonidos

Para darte un diagnóstico, por lo general el profesional de la salud que te atienda tendrá que:

• Examinar el canal auditivo externo con otoscopio. El canal auditivo puede estar enrojecido, de color plateado, hinchado y escamoso. Puede haber escamas de piel u otros desechos.

• Examinar el tímpano (membrana timpánica) para asegurarse de que no esté roto o dañado. Si la vista del tímpano está bloqueada, el doctor limpiará el canal auditivo con un pequeño dispositivo de succión o un instrumento con un pequeño aro o cuchara en el extremo.

Cómo prevenir la otitis

Prevenir las infecciones de oído no siempre es algo sencillo. Se puede hacer algo cuando se trata de la humedad o la higiene, pero cuando los oídos se infectan o hay episodios repetidos de otitis media o de otitis aguda debido a un virus respiratorio sincitial o al parainfluenzae adenovirus (resfriados, la gripe, etc.) la prevención es casi imposible.

No obstante, para ayudar a evitar las infecciones del oído interno podemos:

1. Llevar al día la vacunación de los niños.

2. Evitar que los niños estén en ambientes con humo.

3. No dar a los niños chupete después de los 6 meses.

4. No introducir bastoncillos ni los dedos en los oídos.

5. Utilizar tapones o un gorro de natación para los oídos.

6. Evitar que entre agua o champú en los oídos.

En ocasiones, debido a catarros o alergia, la excesiva producción de moco hace que la trompa de Eustaquio se obstruya e inflame, impidiendo que el adecuado drenaje de los mismos y provocando la sensación de tener los oídos taponados. Sigue los siguientes consejos para aliviar esa situación tan incómoda.

Eliminar el moco de los oídos de forma natural

1. Gravedad. Cualquier afección que provoque congestión de los senos paranasales puede provocar también congestión de los oídos. Para aliviar esta congestión de moco en el oído podemos girar la cabeza hacia el lado donde esté el oído que molesta levantando el pie contrario (a pata coja) y girar suavemente el cuello de la tal manera que favorezcamos la caída del líquido. También hay gente que da pequeños saltitos.

2. Solución salina. El primer paso es sonarse los mocos. Después hay que inclinar la cabeza hacia un lado e irrigar la fosa nasal de arriba con una jeringa con 5 cc de solución salina o agua de mar. Lo ideal es que el agua fluya por la otra fosa nasal.

3. Vapor de agua. Una ducha caliente, un baño o hacer simplemente poner un recipiente con agua caliente y ponerse encima de los vapores tapándose con una toalla es un buen sistema para ablandar el moco. Una vez que esté en un estado más líquido será más fácil que drene.

4. Calor. Aplica el calor también en apósitos o compresas. La finalidad es la misma que con el vapor de agua. Todo lo que podamos hacer para facilitar la movilidad del moco acumulado será de ayuda a la hora de expulsarlo.

Por último, recuerda: si sospechas que hay un objeto extraño dentro del canal auditivo, no intentes extraerlo y acude al médico lo antes que puedas.

Las infecciones del oído externo, también conocidas como otitis externa, suelen estar causadas por el agua que queda en el oído después de nadar o bañarse, lo que constituye un caldo de cultivo ideal para las bacterias. Es posible que el enfermo sienta dolor, picor, enrojecimiento y drenaje de líquido claro o una secreción de pus.

Las infecciones de oído suelen resolverse sin tratamiento, pero si los síntomas son graves o duran más de dos días, el médico puede tener que recetar antibióticos.