Una figura de leyenda

¿Quién es Rita, la Cantaora y qué significa la expresión 'Que lo haga Rita'?

La expresión "¡Que lo haga Rita la Cantaora!" es famosa en el habla cotidiana para rechazar tareas indeseables. Pero, ¿de dónde proviene esta frase? ¿Quién es realmente Rita la Cantaora?

Rita la Cantaora, en una imagen publicada en la revista La Estampa.laSexta.com

Quizás en algún momento de tu vida hayas recurrido a la frase: "¡Que lo haga Rita la cantaora!". Expresiones como esta, que denotan la negativa a hacer tareas poco deseables, u otras como: "¡Eso no lo hace ni el Tato!", son muy recurridas en discursos informales.

Pero, ¿de dónde surge la expresión "que lo haga Rita"? Y, más importante aún, ¿quién es Rita, la cantaora? ¿Existió realmente?

La frase "que lo haga Rita" es una expresión idiomática y coloquial, es decir, una expresión fija y culturalmente entendida en contextos informales. En realidad, no tiene un significado literal y su sentido se deriva de un uso culturalmente compartido.

Qué significa la expresión "Que lo haga Rita"

La frase "que lo haga Rita" se utiliza para comunicar rechazo, desinterés o negativa a realizar una tarea o acción. Quien la emplea está indicando que no tiene ninguna intención de hacer algo, sugiriendo de manera figurativa que se lo dejen a "Rita".

La frase "que lo haga Rita" se usa en conversaciones cotidianas, no en contextos formales o escritos de manera seria. Muchas veces se utiliza con un tono de humor o sarcasmo, restando seriedad a la negativa. En resumen, si no eres español, puede ser complicado entenderla bien.

¿Quién es Rita, la Cantaora?

Quizás te sorprenderá saber que Rita, la cantaora, la de la famosa frase, existió de verdad. De ella se habla incluso en varios libros dedicados al flamenco, como 'Las voces que no callaron. Flamenco y revolución', de Juan Pinilla. Y hasta tiene un artículo con su biografía en la web de la Real Academia de la Historia.

El nombre completo de esta cantaora era Rita Giménez García. Nació en Jerez de la Frontera, Cádiz, en 1859, y falleció en 1937 a la edad de 78 años en Castellón. No obstante, algunas fuentes sitúan su nacimiento en Sanlúcar de Barrameda. Desde pequeña, Rita destacó en el cante, comenzando su carrera en su ciudad natal. Un día, un agente teatral la descubrió y se la llevó para actuar en los cafés cantantes y tablaos flamencos más famosos de Madrid, según recoge el libro de Pinilla. Su debút madrileño tuvo lugar en el famoso café Romero, que estaba en la calle Alcalá, donde ahora está el Palacio de la Equitativa.

Rita la Cantaoratambién destacó en el baile, en especial por bulerías, razón por la cual también se la pudo conocer por Rita la Bailaora.

Cuando su carrera artística parecía comenzar su declive, hizo amistad con el bailaor Patricio el Feo, que la llevó a vivir a Carabanchel Alto. En este barrio conoció al Manuel González Flores, un conductor de camiones con volquete, viudo y con una hija y cuatro nietos, con quien se casó.

¿Connotación positiva o negativa?

Rita la Cantaora se hizo famosa en el barrio de Carabanchel Alto por su desparpajo jerezano y sus frases ingeniosas, tanto que su figura se fue envolviendo en leyenda. En su época surgió el popular dicho de "eso, a Rita la Cantaora", u otros parecidos, de los que se deriva una connotación negativa aludiendo a la falsedad de las palabras, o bien por algo que no se pretende hacer.

No está muy claro si, en origen, esta frase tenía una connotación positiva o negativa.

Algunos autores creen que comenzaron siendo expresiones positivas, debido a la disposición de Rita, la cantaora, para arrancarse un baile o un cante cada vez que un espectador se lo pedía y complacer así a su público.

Tenía tanta fama que incluso otros artistas recomendaban sus servicios cuando no les ofrecían suficiente dinero como para actuar ellos mismos. De este modo, se acuñó la expresión "que lo haga Rita la Cantaora" para aquellas ocasiones en las que uno no está dispuesto a realizar una acción.

Otros autores creen que precisamente su facilidad para el baile y el cante y popularidad en los cafés cantantes de su época hizo desperatar las envidias de sus rivales que degeneraron la frase en algo negativo, que con el paso del tiempo se generalizó.

Amaba tanto su trabajo, que lo hacía sin importarle que el dinero que ganara fuera demasiado poco, e incluso a hacía funciones dobles solo porque se lo pedían.

En 1935, la periodista y escritora Luisa Carnés la entrevistó para la revista la Estampa, como recoge un artículo de la web feminista Lapoderío.com. Junto con más artistas del flamenco, Rita habla sobre su vida y su decadencia, afirmando que podría haber tenido todo, y casarse con cualquier hombre, pero que vivía siendo pobre. Aún cantaba, pero ya no en grandes teatros. Ya por entonces, el artículo habla de que, para muchos, Rita era solo la del refrán: ¡Anda, que te ven, Rita la Cantaora!

De hecho, según la bibliografía sobre esta mujer, la última actuación en público de Rita la Cantaora tuvo lugar en 1934, en el Café de Magallanes. En la citada entrevista, así se refería a aquella actuación: "Lo del año pasao no se me orviará mientras viva. Tos los viejos reuníos. ¡Aquello! Ahora no hay más que buena vose y fandanguillos, cosa fina, pero na... Se acabó la sabiduría der cante y del baile" [SIC], aseguraba Rita antes de subrayar con nostalgia: "Lo púe ser tó" [SIC].

Cuando estalló la Guerra Civil, al quedar una parte del frente de Madrid ubicado en Carabanchel, las autoridades evacuaron a sus habitantes, una parte de los cuales fueron trasladados a Zorita del Maestrazgo, un pueblo de la provincia de Castellón donde pasó sus últimos días.