VOCACIONES CIENTÍFICAS EN LA INFANCIA

Los buenos resultados en STEM dependen de los cuidados en la primera infancia

pobreza infantil y desarrollo del cerebro | Sinc
Constantes y Vitales
  Madrid | 16/06/2023

Existe un vínculo entre los cuidados infantiles de alta calidad, que reciben los niños y niñas cuando son bebés y están en edad preescolar, y los buenos resultados que estos obtienen en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas hasta la escuela secundaria, según una investigación de la Asociación Americana de Psicología.

Los resultados del estudio, publicado en la revistaDevelopmental Psychology, sugieren que la calidad de los cuidados en la primera infancia puede sentar unas bases sólidas para un trayectoria de éxito en STEM.

Por ello, como afirma el autor principal, el doctor Andrés S. Bustamante, invertir en el cuidado infantil de calidad y la educación de la primera infancia podría ayudar a remediar la subrepresentación de las poblaciones racial y étnicamente diversas en los campos STEM.

Como muchos estudios han demostrado, el cuidado de mayor calidad en la primera infancia está asociado a una mejor preparación escolar de los niños pequeños de familias con bajos ingresos. Pero no han analizado tanto cómo son los efectos de la atención infantil temprana y cómo se extienden a la escuela secundaria y en qué materias específicamente.

Con el ánimo de investigar estas cuestiones, los investigadores examinaron los datos de 979 familias que participaron en el Estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Juvenil de Estados Unidos, desde el nacimiento del niño en 1991 hasta 2006.

Para ello, observadores formados visitaron guarderías y centros preescolares de todos los niños que estaban matriculados durante 10 o más horas a la semana y que tenían 6, 5, 24, 36 y 54 meses.

Valoraron entonces dos aspectos del cuidado infantil: la medida en que los cuidadores proporcionan un entorno cálido y de apoyo, y la cantidad de estimulación cognitiva que proporcionaban mediante el uso de un lenguaje rico, la formulación de preguntas para sondear el pensamiento de los niños y la retroalimentación para profundizar en la comprensión de conceptos por parte de los niños.

Los investigadores analizaron después el rendimiento de los alumnos y alumnas en las asignaturas STEM de primaria y secundaria, y para medir su éxito, examinaron las puntuaciones de los niños en las partes de matemáticas y razonamiento de un examen estandarizado en los cursos tercero a quinto.

Por otra parte, para medir el rendimiento en secundaria, los investigadores analizaron las puntuaciones obtenidas en los exámenes estandarizados y el curso de ciencias más avanzado realizado por los alumnos, el curso de matemáticas más avanzado realizado, la nota media en los cursos de ciencias y la nota media en los cursos de matemáticas.

Descubrieron con ello que ambos aspectos de la calidad de los cuidados predecían un mayor rendimiento en STEM en la escuela primaria tardía (tercer, cuarto y quinto curso), lo que a su vez predecía un mayor rendimiento en STEM en la escuela secundaria a los 15 años.

Para los niños de familias de bajos ingresos, el cuidado sensible y receptivo en la primera infancia fue un predictor más fuerte del rendimiento STEM en la escuela secundaria en comparación con los niños de familias de ingresos más altos.

La hipótesis de los investigadores residía en que la estimulación cognitiva estaría más estrechamente relacionada con los resultados en STEM, porque este tipo de interacciones sientan las bases de la exploración y la investigación, que son fundamentales en el aprendizaje de STEM.

Sin embargo, vieron que la sensibilidad y la capacidad de respuesta del cuidador era igual de predictiva de los resultados STEM posteriores, lo que pone en relieve la importancia del desarrollo socioemocional de los niños y los entornos que apoyan las habilidades cognitivas y socioemocionales.

La investigación y la teoría sugieren que las prácticas de atención temprana de alta calidad apoyan una base sólida para el aprendizaje de las ciencias. En conjunto, los resultados destacan la estimulación cognitiva del cuidador y la sensibilidad y capacidad de respuesta en la primera infancia como un área de inversión para fortalecer las materias STEM, particularmente para los niños de hogares de bajos ingresos.

Chicas, la ciencia nos necesita

Este es el llamamiento, más que el lema, que lanza la nueva campaña de Constantes y Vitales, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Mujer y la Niña en la Ciencia, cuya conmemoración es el sábado, 11 de febrero. Desde este jueves, y durante todo el mes, el movimiento de Responsabilidad Corporativa de laSexta, emprendido junto a Fundación AXA, se vuelca en construir referentes femeninos que ayuden a romper estereotipos de género y despertar la vocación científica entre las niñas y adolescentes e inspirar el liderazgo científico femenino.

Que la ciencia las necesita es una máxima queConstantes y Vitalesquiere hacer sonar con fuerza a través de tres mujeres reales que han llegado a lo más alto con el objetivo de que muchas más sientan que también pueden conseguirlo:

La físicaAlba Cervera Lierta, coordinadora de la puesta en marcha del primer ordenador cuántico europeo en el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS);

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La bióloga molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)Sara García Alonso, primera mujer española candidata a astronauta por la Agencia Espacial Europea (ESA).

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La bioingeniera del Instituto de Bioingeniería de Cataluña (IBEC) Nuria Montserrat Pulido, que crea órganos en miniatura bioimpresión 3D, protagonizan la campaña. Tres mujeres científicas reales, cercanas, que buscan inspirar a las más pequeñas y les brindan su apoyo.

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Ese es el impulso que quiere transmitir ‘Chicas, la ciencia nos necesita’: generar confianza entre las estudiantes para embarcarse en carreras STEM (por sus siglas en inglés, Science, Technology, Engineering and Mathematics), para ayudarles a superar prejuicios sobre sí mismas y sobre el mundo profesional. Del mismo modo, apostar por el liderazgo científico para que ellas participen en la toma de decisiones, ya que existe un techo de cristal en la carrera científica condicionado por factores sociales, culturales, de maternidad o financiación.