HALLAZGO IMPORTANTE
Descubren un nuevo órgano humano llamado intersticio
Investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de la Universidad de Nueva York (EE.UU) y el centro de salud NYU Langone han descubierto un nuevo órgano en el cuerpo humano. Se trata de una red de tejidos de conexión llenos de líquido, que están situados debajo de la piel y, desde ahora, se conoce como el intersticio.
El estudio, publicado este 27 de marzo, supone un importante hallazgo. Este nuevo órgano ha pasado desapercibido porque las técnicas de observación no permitían observarlo. Se hablaba de un espacio intersticial, situado entre la piel y sobre los órganos, pero no de un órgano propiamente dicho.
En concreto, el intersticio se encuentra bajo la superficie de la piel, dentro del tracto digestivo, los pulmones y los sistemas urinarios, alrededor de las venas y las arterias y la fascia entre los músculos, según informa NYU Langone en un comunicado de prensa.
Se trata de una red de tejido interconectado y con compartimientos llenos de fluidos que "actúan para absorber el impacto y previenen que los tejidos se rompan mientras los músculos, órganos y vasos bombean, se aprietan y pulsan como parte de sus funciones diarias", afirma el estudio.
El nuevo órgano tiene una gran importancia para el funcionamiento de todos los órganos y determinadas enfermedades. Entre las que destaca el cáncer, porque en ocasiones se puede propagar por este órgano. Porque, según explica NYU Langone, esta nueva capa funciona como una "autopista de fluidos, lo que explicaría por qué el cáncer que lo invade tiene mayores probabilidades de diseminarse",
Podría ser uno de los órganos más grandes del cuerpo
El intersticio contiene aproximadamente el 36% del fluido del cuerpo y este estudio lo define como "uno de los órganos más grandes del cuerpo".
La pregunta ahora es: ¿Por qué no lo habían visto antes? El órgano siempre estuvo allí, pero debido a la forma de examinar el tejido –cortándolo en delgadas trozos para ser examinado bajo el microscopio– eliminaba los fluidos, haciendo que las estructuras del intersticio colapsaran y fueran imperceptibles.