SEGÚN UN ESTUDIO
Un diurético común podría convertirse en un tratamiento contra el alzhéimer
La bumetanida, una píldora diurética oral que se encuentra disponible de manera común, puede constituir un nuevo tratamiento contra la enfermedad del Alzheimer. Las personas que toman este fármaco presentan una prevalencia notablemente menor del alzhéimer que quienes no lo toman.
Una investigación financiada por el Instituto Nacional del Envejecimiento (NIA) y publicada en la revista Nature afirma que la bumetanida, una píldora diurética de uso común, puede ser un candidato potencial como tratamiento contra la enfermedad del Alzheimer.
En el estudio se realizó un análisis cuyos resultados mostraron que las personas que tomaban este fármaco presentaban una prevalencia significativamente menor de la enfermedad frente a quienes no lo tomaban.
Uno de los principales factores de riesgo para la aparición tardía del alzhéimer es una forma del gen de la apolipoproteína E, llamada APOE4. Sabiendo esto, los investigadores observaron los datos de 213 muestras de tejido cerebral e identificaron las firmas de expresión genérica del alzhéimer.
Con ello, pudieron determinar a qué niveles se activan o desactivan los genes específicos portadores de APOE4, para después comparar estas firmas con las de más de 1.300 medicamentos aprobados por la FDA, donde cinco de ellos presentaron una firma de expresión genérica que podría ayudar a neutralizar la enfermedad.
El fármaco más fuerte fue la bumetanida, utilizado para tratar la retención de líquidos causada, a menudo, por problemas médicos como enfermedades cardíacas, del riñón y del hígado. Los científicos probaron la bumetanida en modelos de ratón de alzhéimer y en neuronas humanas derivadas de células madre pluripotentes inducidas.
Con todo ello, descubrieron que el tratamiento de ratones que expresaba el gen humano APOE4 disminuía los déficits de aprendizaje y memoria. Estos efectos neutralizadores también se produjeron en los modelos celulares humanos, dando lugar a la hipótesis de que las personas que ya tomaban este medicamento deberían presentar menores tasas de la enfermedad.
Para comprobar esto, los científicos dividieron las historias clínicas de 5 millones de personas en dos grupos: los adultos mayores de 65 años que tomaban bumetanida y un grupo equivalente que no la tomaba.
Finalmente, el análisis demostró que los individuos con riesgo genético que tomaban bumetanida tenían una prevalencia entre el 35% y el 75% menor de la enfermedad del Alzheimer frente a quienes no lo tomaban.
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