REGULA GENES Y PROTEÍNAS ESENCIALES
Revelan la función de una proteína clave para el buen funcionamiento del hígado
Científicos españoles han descubierto la función principal de la proteína PASK para que el hígado funcione correctamente tanto en ayuno como con el estómago lleno, con el fin de mantener los niveles correctos de glucosa y lípidos en sangre. Dicha proteína se encarga de regular genes y proteínas fundamentales en la detección de glucosa y, además, altera la señalización de insulina. Como consecuencia, la respuesta a los cambios nutricionales que regulan el metabolismo de glucosa y lípidos se ve afectada.
Cuando el hígado responde de manera inadecuada a estados de ayuno o alimentación aparecen ciertas patologías como la obesidad, hígado graso, diabetes o problemas cardiovasculares. Motivados por esto, científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas en la Universidad Complutense de Madrid han estudiado el papel principal de la proteína PASK en el buen funcionamiento del hígado en respuesta a estados de ayuno y alimentación para mantener los niveles adecuados de glucosa y lípidos en sangre.
La función del hígado es mantener el equilibrio metabólico en todo momento. Las células del organismo piden todo el tiempo glucosa para poder actuar y es el hígado quien se encarga de mantener siempre cubiertas las necesidades energéticas del resto del organismo. Esto lo hace produciendo glucosa, cuando escasea, y la almacena en forma de glucógeno o produciendo lípidos cuando hay exceso de nutrientes. Asimismo, se denomina metabolismo hepático a la generación, almacenamiento o gasto de glucosa y lípidos por el hígado.
Para que todo salga correcto, debe haber una perfecta coordinación de mecanismos moleculares, en los cuales intervienen sensores de glucosa, proteínas que participan en la síntesis o degradación de glucosa o lípidos, y proteínas que controlan la señalización por insulina, entre otros.
Los investigadores del CIBERDEM han observado que esta proteína regula genes y proteínas claves en la detección de glucosa y altera la señalización de insulina. "De esta forma, PASK estaría controlando el metabolismo hepático y la homeostasis de glucosa y lípidos de todo el organismo", concluyen.