TODO ESTÁ EN BOURDIEU
Feijóo y una historia sobre terrorismo ultra en el PP
"No solo es que Feijóo sea el delfín de quien se protegía por terroristas sanguinarios, sino que el pasado de todo el PP gallego desde que recibía el nombre de Alianza Popular está plagado de la peor radicalidad de extrema derecha"...
Una de las mayores mentiras que se han dicho en la política contemporánea versa sobre la moderación de Alberto Núñez Feijóo. Algunos estábamos advertidos porque nuestros mayores referentes en periodismo vienen de Galicia y nos hemos conformado culturalmente leyendo sus crónicas y las piezas que realizaban en El País Galicia antes de que liquidaran la sección.
La intervención más dura de la sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo no fue la de Óscar Puente, a pesar del ruido de la caverna, sino la del propio candidato cuando se dirigió a Bildu de una forma rastrera y sucia, sin importarle la verdad e instrumentalizando el dolor que algunos a los que se dirigía sí tuvieron que masticar mientras a él le pillaba de regatas. Hay que ser de moral muy laxa para, dirigiéndose a Oskar Matute o Jon Iñarritu, decirles que su jefe es Josu Ternera. El líder del PP tendría que avergonzarse aunque solo sea para respetar la memoria de aquellos que sí pusieron la cara y su integridad física cuando ETA mataba mientras Alberto Núñez Feijóo se iba de regatas con narcos. Porque habrá que repetir las veces que haga falta, gente como Oskar Matute se posicionaban en contra de ETA cuando esta aún mataba. No ahora, que es muy fácil ir de héroe y capitalizar las resistencias que otros llevaron a cabo contra la violencia.
Hagamos un ejercicio de memoria recordando de qué es heredero y partícipe Alberto Núñez Feijóo y cuál ha sido la vinculación del PP, en especial el gallego, con el terrorismo de extrema derecha. Feijóo se permitió la indecencia hacer una broma con la Triple A para hacer un juego de palabras antes de las elecciones del 28M con Almeida, Ayuso y Absoluta en un mitin en Madrid. Puede que le pudieran los viejos recuerdos de militancia, y esto no es ejercicio retórico, porque su partido, el PP Gallego, tuvo una vinculación directa con terroristas de extrema derecha de la organización terrorista Triple AAA, de los que se sirvió y a los que protegió.
La Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) era una organización terrorista creada bajo el mandato de José López Rega en el último mandado de Perón, lo que se denominó tercer peronismo. López Rega, como ministro de Perón, consideró que era necesario reprimir al peronismo de izquierdas y montó una organización terrorista para perseguir a políticos, periodistas, activistas e intelectuales de izquierdas. En el año 1975, López Rega fue enviado como embajador a Madrid y se trajo consigo una serie de guardaespaldas que eran terroristas de la Triple A. Entre esos hombres estaba Rodolfo Almirón. El hombre de confianza del exministro argentino estuvo encausado por un total de doce asesinatos que ocurrieron en Argentina entre 1974 y 1976 como jefe de operaciones de la banda terrorista. Rodolfo Almirón, el terrorista sanguinario de la Triple AAA, acabó como jefe de seguridad de Manuel Fraga en los años 80. El escándalo fue descubierto por la revista Cambio 16 que publicó un amplísimo reportaje con la vinculación del terrorista con el PP de Galicia, entonces Alianza Popular. El guardaespaldas de Fraga fue el responsable del asesinato del sacerdote Carlos Múgica, un párroco peronista, seguidor de la Teología de la liberación y cura villero al que el terrorista asesinó en 1974 al salir de dar misa en la Iglesia bonaerense de San Francisco Solano además de estar implicado en el asesinato de una de las fundadoras de las Madres de la Plaza de Mayo.
En el momento de la publicación de la exclusiva por Cambio 16 la justicia argentina perseguía al terrorista por diversas causas pero eso no significó una desvinculación de Manuel Fraga de Almirón. Primero, porque consideraban que era un magnífico responsable de seguridad, y segundo, porque Fraga era un ultra que se rodeaba de ultras y necesitaba a los más criminales a su lado. Almirón llegó a ser guardaespaldas de Manuel Fraga al entrar en la empresa de seguridad de un hijo de un exministro franquista que tenía relación con José López Rega. El terrorista fue defendido como abogado para lograr el secuestro de Cambio 16 por un joven abogado llamado Alberto Ruiz Gallardón. La derecha española siempre ha defendido a los suyos.
La herencia que recibió Feijóo como líder del PP haría aconsejable más prudencia a la hora de juzgar con severidad la herencia que han recibido otros partidos, porque en el caso del líder del PP nunca jamás ha mostrado un discurso que muestre indicios de perdón o distancia con el pasado del partido del que ahora es presidente. No solo es que Feijóo sea el delfín de quien se protegía por terroristas sanguinarios, sino que el pasado de todo el PP gallego desde que recibía el nombre de Alianza Popular está plagado de la peor radicalidad de extrema derecha. Estos días, después de la investidura, apareció un artículo laudatorio hasta la arcada en La Voz de Galicia hacía Alberto Núñez Feijóo firmado por Xosé Luis Barreiro Rivas. La glosa del exvicepresidente de la Xunta me hizo recordar al presidente del ejecutivo gallego del que formó parte y que se llamaba Gerardo Fernández Albor y que tuvo como pasado glorioso haber sido piloto de la Luftwaffe nazi llegando al cargo de teniente. El PP de Galicia no solo aparece en Fariña, sino en las peores páginas del fascismo y la extrema derecha y Alberto Núñez Feijóo es notario y heredero de ese legado. No hay lecciones de moral que pueda darnos la derecha española.