TODO ESTÁ EN BOURDIEU

Pablo Casado, cara al sol

Imagen de archivo de Pablo Casado en un acto | EFE
  Madrid | 23/11/2021

"Asumamos que Casado puede tener tan pocas luces, porque conociéndole es posible, no es descartable. Si así fuera, ¿por qué no ha salido todavía a pedir perdón a las víctimas por estar presente en ese acto y repudiar la misa?"

No creo que Pablo Casado fuera el 20N de manera voluntaria a una misa en honor a Francisco Franco. Lo creo de veras. Es un acto que se debe simplemente a la torpeza de su equipo, que es legendaria, y al nulo conocimiento que Pablo Casado tiene de su país. Cualquiera que conozca de manera superficial España sabe que una misa vespertina en la Catedral de Granada el día de la efeméride de la muerte de Francisco Franco es un lugar al que no asistir si no quieres verte envuelto en un aquelarre nacional católico. A mí, señor Casado, le aseguro que no me pasa.

No asistir voluntariamente a la misa no implica que una vez dentro fuera imposible obviar qué tipo de acto litúrgico era en el que estaba el líder de la oposición. Los que por trabajo tuvimos la desgracia que estar presentes en uno de estos actos organizados por la Fundación Francisco Franco sabemos que la memorabilia no es algo que se pueda ignorar. Los ramos de flores con las dedicatorias, las banderas anticonstitucionales, los gestos de los presentes y feligreses, los cánticos y gritos. La información publicada por eldiario.es confirma que esa misa no fue diferente a las que cada 20 de noviembre se realizan en honor al dictador y a José Antonio Primo de Rivera.

Cuca Gamarra en su intento por tirar balones fuera volvió a mencionar a ETA y acusar a la izquierda de sacar a Franco a pasear, como si hubiera sido Pedro Sánchez el que hubiera asistido a un acto de rechazo al dictador para desviar la atención y no Pablo Casado el que nos ha recordado que en España en 2021 la Iglesia sigue haciéndole misas y la apología de la dictadura sigue presente. Pero imaginemos que Pablo Casado es tan corto para aceptar que no sabía que un 20N se celebran misas en honor a Franco, que sea tan limitado como para no darse cuenta de que las ofrendas florales y la imaginería franquista estaban ahí para honrar a un dictador, que al escuchar las loas a Franco sea tan imprudente como para fotografiarse con un asistente a la misa en honor del genocida. Asumamos que Pablo Casado puede tener tan pocas luces, porque conociéndole es posible, no es descartable. Si así fuera, ¿por qué no ha salido todavía a pedir perdón a las víctimas por estar presente en ese acto y repudiar la misa?

En Chile estos días ha vencido la primera vuelta de las elecciones Jose Antonio Kast, un admirador de Pinochet que no ha tenido problema alguno en fotografiarse junto a un admirador con una camiseta que decía "Pinochet helicopter tours" en alusión a los vuelos de la muerte. En España, nuestro líder de la oposición no tuvo ningún reparo en fotografiarse con un admirador a la salida de una misa donde se cantaba el 'Cara al sol'. La deriva política de la derecha internacional que no encuentra su lugar le está llevando a espacios que hace solo diez años ocupaban posiciones marginales de la extrema derecha. La falta de liderazgo, la crisis interna con Ayuso moviéndole la silla y la presión de VOX están llevando a Pablo Casado a una posición de delirio ideológico que nuestro país no se merece. España precisa de una derecha que respete los consensos democráticos básicos mientras Pablo Casado se busca cara al sol.

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