TODO ESTÁ EN BOURDIEU
El PSOE pastorea a la izquierda
No hay medida ni decisión que ponga en riesgo la lealtad de Unidas Podemos y Pedro Sánchez lo sabe, con lo que eso implica a la hora de mostrar fuerza negociadora. Este gobierno es lo que el PSOE quiere que sea, cede cuando quiere y se enroca cuando no.
El PSOE es el verdadero custodio de la puerta. Su papel, esencial para que las estructuras pervivan tal como se quedaron en el paso de la ley a la ley, es no dejar pasar a nadie nuevo al exclusivo club del Estado. Un rol, que asume con placer, defendiendo con fiereza cualquier intento de penetración al conocimiento de los secretos de la corte a cualquier agente perteneciente a las periferias del poder. El PSOE tutela la democracia y a los ciudadanos. Se cree con la potestad para elegir qué se debe conocer y cuál es la madurez del pueblo para asumir verdades incómodas que se produjeron en la sala de máquinas del Estado.
La nueva propuesta de ley de secretos oficiales tiene como fin último evitar que se sepan los hechos ocultos de la historia reciente de nuestro país que implican a figuras fundamentales de la Cultura de la Transición y que cuestionarían el relato de un proceso modelo guiado por figuras intachables. Conocer la verdad sobre los GAL implicaría conocer el papel real de Felipe González y muchos de los popes del socialismo español, pero además, conocer la verdad sobre el 23F permitiría incidir en las zonas en sombra del papel del rey Juan Carlos I y los servicios secretos españoles en el intento de golpe de Estado. Conocer la verdad sería tumbar de manera concreta el relato sobre el que se sustentó el paso de la dictadura a la democracia. Por eso no lo conoceremos nadie con conciencia política a día de hoy. Los documentos se desclasificarán cuando no haya una generación a la que le importe y tenga capacidad de influencia política.
La propuesta del PSOE implica desclasificar los documentos de más alto secreto a los 50 años con la posibilidad de ampliarse 15 años más. Lo que implica de facto que una persona viva en edad de votar en el momento en el que se sucedieron los hechos tendría que esperar a cumplir 83 años para tener acceso o conocimiento de los hechos. Los implicados morirían antes de que se produjera la verdad revelada y la posibilidad de iniciar procesos por sus hechos o que al menos tuvieran que dar explicaciones por sus actos. Pero al PSOE nada de esto le genera coste y sabe que no le generará ningún problema en el gobierno.
El custodio de los secretos no teme. Pedro Sánchez es consciente de que no le generará ningún coste y que cualquier medida de este tipo que blinde el oscurantismo y no profundice en la mejora democrático del Estado podrá sacarla con el PP si los socios de gobierno se le ponen farrucos. Los socios en el gobierno, y los parlamentarios, se quejarán, protestarán, puede que voten en contra si el PSOE no se mueve un ápice de sus postulados en el debate parlamentario pero la ley saldrá y el gobierno continuará como si nada hubiera pasado. No hay medida ni decisión que ponga en riesgo la lealtad de Unidas Podemos y Pedro Sánchez lo sabe, con lo que eso implica a la hora de mostrar fuerza negociadora. Este gobierno es lo que el PSOE quiere que sea, cede cuando quiere y se enroca cuando no. La sensación cada vez más punzante es que Pedro Sánchez pastorea a la izquierda y logra siempre lo que se propone.