La vida al pil-pil

Las maniobras para acallar un partido llegan siempre y en primer lugar desde otro partido

"Somos profesionales y debemos recoger la pluralidad de nuestro parlamento aunque no simpaticemos en lo más mínimo con la formación o incluso nos agreda..."

Mireia Vehí, diputada de la CUP en el Congreso, nos mandaba esta semana un mensaje a "los compañeros y compañeras de los medios de comunicación públicos y privados" en el que se nos responsabilizaba de la fuerza parlamentaria de Vox, por haberles hecho "una campaña televisiva increíble". Nos pide la diputada que no entrevistemos a los miembros y cargos del partido de ultraderecha. Añadía en su alocución desde el estrado de la cámara baja que "nadie nos obligue por razones de importancia" a recoger declaraciones de Vox para acabar pidiéndonos "desobediencia y objeción", y así luego no tener que lamentar la presencia de los de Abascal en las instituciones.

Señora Vehí, cuando laSexta Noche comenzó a hacerse eco de los nuevos partidos que emergían en la política nacional y decidió incorporarlos a la mesa de debate junto a las formaciones tradicionales hubo protestas muy similares desde ámbitos diversos. "Son antisistema" dijeron del partido de Iglesias, "peligrosos comunistas con el único afán de desestabilizar el país". Pero su irrupción en la política nacional con grandes resultados en elecciones europeas, vascas o municipales les convirtió en actor importante para la vida política española. Hoy forman parte de la primera coalición de Gobierno.

Con esto no pretendo comparar Unidas Podemos con Vox bajo ningún concepto, pero sí remarcar que las principales maniobras para acallar un partido llegan siempre y en primer lugar desde otro partido.

En laSexta nos hemos especializado en fiscalizar a nuestras fuerzas políticas, en tratar de arrojar luz sobre los oscuros rincones de nuestra vida pública, denunciar corruptelas, golfadas, escándalos y resaltar la hemeroteca siempre tan cruel con nuestros próceres. Pero también en no acallar la voz de ninguna formación, por pequeña o incomoda que sea, si es legal. Y Bildu, Vox o la CUP lo son. Es quizá lo único que comparten.

Vox ha vetado a laSexta en numerosas ocasiones, como en la última noche electoral. Honor que compartimos con otros medios como La Ser, Huffington Post o Eldiario.es. Ese veto es, según la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Asociación de Prensa de Madrid (APM), una "grave vulneración del derecho constitucional a la libertad de expresión que ataca también a la libertad de prensa e información. Pilares fundamentales de la democracia".

Para mí es sólo falta de valor a la hora de afrontar las preguntas de los profesionales. Atacar al mensajero para ganarse el aplauso de la parroquia más exaltada y evitar tener que retratarse frente a sus incongruencias y mensajes extemporáneos. Pero nosotros nunca seremos como ellos, señora Vehí.

Somos profesionales y debemos recoger la pluralidad de nuestro parlamento aunque no simpaticemos en lo más mínimo con la formación o incluso nos agreda. Preguntar nunca será blanquear. Ustedes hacen preguntas y debaten con quienes aprobaron el 155 y no por ello comparten objetivos. Por mucho que silenciemos a un partido este no dejará de existir, la diferencia está en hacerlo de forma responsable e informar con rigor y honestidad, preguntando sin miedo y con insistencia. Denunciando aquellos mensajes que contengan odio, homofobia o xenofobia. En mi casa hay gente muy buena haciendo eso. ¡Ya podría yo tener su habilidad!

No nos pida usted a los medios algo que sí quiere hacer, callar a Vox, está en sus manos. A instancia del Congreso se puede iniciar el procedimiento para ilegalizar un partido. Si quieren callar a alguien, no nos encargue un trabajo que ustedes pueden hacer. Consiga usted la mayoría necesaria para ello. Si no le gusta lo que votan los ciudadanos, tal vez la respuesta esté en ustedes. En atraer a más gente a su formación menguando aquellas que considera un peligro. La autocrítica puede ser un buen comienzo para analizar el crecimiento de la ultraderecha. No culpe a los periodistas de hacer campaña a la ultraderecha- Es hacerse trampas al solitario.

Me gustaría acabar recordando una anécdota en la que creo que es usted protagonista junto con su madre, Consol Cantenys, alcaldesa socialista en Vilafant (Girona). Por lo visto hubo polémica al acudir usted invitada a la puesta de largo de la nueva lista de la munícipe.

Allí, rodeada de la plana mayor del PSC a nivel provincial, emocionó al público con palabras llenas de afecto hacia su madre y un reconocimiento de la influencia que Consol tuvo en su propia vida política. Al leerlo me ha parecido un gesto precioso y valiente. Le costó a usted críticas dentro de la CUP por avalar a un alcalde socialista, pero demostró usted ser un ser humano con principios, de los que anteponen a su gente a la disciplina de partido o empresa. A mí su gesto me ha emocionado.

Suerte señora Vehí.

laSexta/ El Muro/ Iñaki López