Abriendo boca
¿Cuáles son las patatas fritas más saludables?
"Renunciar a unas buenas patatas fritas es difícil. No hay un plato más internacional y que más pueda gustar a casi todo el mundo"...
Desde que vinieron de América hasta nuestras tierras y, aunque primero fueron alimento para el ganado y después un manjar para nuestras mesas, por su versatilidad, su precio y sus propiedades nutricionales las patatas están actualmente en los recetarios de todo el mundo.
Pero también es verdad que su mala fama de "engordar" siempre las ha perseguido. Algo que, de primeras, podemos decir que es falso. De hecho, se pueden plantear hasta dietas de adelgazamiento que tengan patatas entre sus ingredientes. Eso si, no todo vale, especialmente cuando hablamos de cantidad, frecuencia y forma de cocinado.
¿Engordan las patatas fritas?
Aunque también crecen de la tierra, desgraciadamente, las patatas no se consideran una verdura. Fundamentalmente porque se componen de hidratos de carbono, pero no por ello ya las tenemos que tachar de engordar y sacarlas de la ecuación cuando hablamos de una dieta saludable y equilibrada.
De hecho, son ricas en fibra, vitamina C, vitaminas del grupo B, y en minerales como el potasio, hierro o el magnesio. Además, si miramos sus calorías en crudo, tiene incluso menos que las calorías que puede aportar el arroz o la pasta cocida. Y sin embargo, parece que no tienen tan mala fama como este tubérculo.
Composición nutricional de 100 gramos de patata
Energía: 73 kcal
Grasas: 0,2 g
Proteínas: 2,2 g
Fibra: 1,7 g
Vitamina C: 19 mg
Niacina: 1,15 mg
Potasio: 525 mg
Hierro: 0,7 mg
Magnesio: 20 mg
Por lo tanto, ¿la patata engorda? No. Mientras las cocinemos de una forma adecuada, no sean perennes en nuestros platos y las vayamos alternando con otras guarniciones, y la cantidad sea proporcionada (no más de un cuarto del plato), la patata puede estar en nuestros menús semanales sin ningún tipo de problema.
¿Cuál es la mejor forma de cocinar la patata?
El punto clave de este alimento no se encuentra tanto en la patata en sí, si no en cómo las cocinamos. Porque influir, influye y mucho cuando de calorías se trata. La diferencia que puede haber entre una patata frita, cocida, al microondas o al horno es tan grande, que es donde de verdad está la clave de su fama.
100 gPatatas crudasPatatas cocidasPatatas fritasPatatas 'chip
Energía 73 kcal 86 kcal 273 kcal 455 kcal
Grasas 0,2 g 0,2 g 14,03 g 19,5g
Evidentemente, preparaciones como al vapor, cocidas, al microondas o al horno siempre van a ser muchísimo más saludables que fritas. Salvo esta última forma de cocinarlas, el resto hace que podamos disfrutar las patatas como guarnición varias veces en semana sin ningún tipo de problema.
Mención a parte tienen los snacks tipo patatas 'chips' o aperitivos a base de patata. Sus calorías pueden multiplicarse hasta por cinco y sus grasas otro tanto de lo mismo. De hecho, ni considero 'patata' este tipo de alimentos, por llamarlos de alguna manera, ya que muchas veces su ingrediente principal no es patata, si no su fécula. Además del exceso de grasas, sal y azúcares que acompañan.
Mientras que las patatas fritas puede ser un alimento de consumo ocasional, para comer un par de veces al mes, los aperitivos pasan a ser algo de consumo opcional (no pasa nada si no lo comes) y muy limitado.
¿Cómo son las patatas fritas perfectas?
Renunciar a unas buenas patatas fritas es difícil. No hay un plato más internacional y que más pueda gustar a casi todo el mundo. Y, aunque las patatas fritas congeladas precocinadas parecen que han ganado terreno, nada tienen que ver con unas buenas patatas fritas caseras que, si se saben hacer correctamente, podemos controlar que no se disparaten de calorías.
¿Cómo? Solo necesitamos dos cosas: un buen aceite y unas buenas patatas. De hecho, puede parecer sencillo, pero tiene sus trucos. Por ejemplo, la temperatura del aceite. Se recomienda que el aceite esté hirviendo, lo más caliente posible, pero sin que llegue a humear (porque significa que estamos degradando el aceite y que empieza a generar compuestos tóxicos).
Si conseguimos ese punto exacto con el aceite, nada más caer la patata en él, generará una costra a su alrededor crujiente. Algo que tanto nos gusta y que, a su vez, impedirá que entre un exceso de aceite a su interior. Dicho de otra manera, al absorber las patatas menos aceite, tendrán menos calorías que si las echamos con el aceite más frío.
Y como no, si luego las dejas reposar un poco encima de un papel de cocina absorbente, también podrás eliminar el exceso de grasa interior, quitándole otras tantas calorías. Eso sí, con todo y con eso, por muy “caseras” que las hagamos, las patatas fritas no dejan de ser eso, fritas, y por lo tanto, son algo de comer un par de veces al mes (como mucho).