MALAMADRE JEFA AL HABLA

"¿Pero usted le dijo que parara?" Sobre el vejatorio interrogatorio del juez Carretero a Elisa Mouliáa

Elisa Mouliáa, en un momento de su declaración ante el juez Adolfo Carretero. | laSexta
  Madrid | 23/01/2025

"Si el sistema judicial permite este trato, ¿quién nos protege? Hemos visto cómo se intenta quitar valor a las denuncias anónimas que muchas mujeres hacen en redes sociales porque tienen miedo a hacerlas públicas. ¿Nos extraña?"

¿Pero usted le dijo que parara? ¿Se lo dijo, que estaba siendo violentada? ¿Y no consintió nada? ¿Pero quién le decía solo sí es sí? ¿No sería que usted sí quería algo con ese señor, y este señor, al no corresponderle ahora le denuncia? Son algunas de las frases que le espetó el juez Adolfo Carretero a Elisa Mouliaá en su juicio contra Iñigo Errejón.

Tuve que ver el vídeo, escucharlo, con toda la repugnancia que me estaba generando, varias veces, porque os prometo que creía que no era real. No podía imaginar que ese interrogatorio vejatorio e insoportable lo estuviera haciendo el juez del caso. ¿En qué momento se permite esto? ¿Así nos protege el sistema? Estamos perdidas, pensé.

Este señor ya ha juzgado a Elisa antes de preguntarle. No es solo el tono y la agresividad con la que le pregunta, es que directamente no le deja expresarse, le corta, le intimida, le reprocha, le violenta y le pone constantemente en duda. Me pongo en la piel de ella y me tiembla el cuerpo entero. Con sus palabras no solo pone en duda su verdad, la juzga, la maltrata, la condena, la culpabiliza, la ridiculiza… Es denunciable que un juez haga así su trabajo. Y lo peor de todo es que, según me han informado, suele ser su modus operandi, porque no es la primera vez que interroga con esas formas denunciables a una mujer víctima de acoso sexual.

Hace unos meses entrevisté a Alauda Ruíz de Azúa y me contó que, para trabajar el guion de la serie Querer, habían estudiado muchos casos reales, hablado con víctimas de violencia machista, con psicólogas y abogadas. Por tanto, la serie reflejaba la realidad de muchas mujeres que habían sufrido y el difícil camino por el que pasaban hasta denunciar. Y pese a todo, las preguntas que le hacen a Miren, protagonista y víctima en la serie, se quedan cortas ante el despropósito que hemos presenciado en los vídeos que se han hecho públicos del juicio contra Errejón. Y es entonces cuando piensas: "La realidad supera a la ficción", incluso cuando la ficción se basa en hechos reales.

¿Y por qué no denunció antes?, es una de las preguntas horribles que suelen hacerle a las víctimas cuando por fin, después de muchos años, dan el paso. Con historias como esta, nos queda claro que hay que ser muy muy valiente y estar muy apoyada para poder hacerlo. Porque pasar por algo así provoca un daño irreparable. Si el sistema judicial permite este trato, ¿quién nos protege? Hemos visto cómo se intenta quitar valor a las denuncias anónimas que muchas mujeres hacen en redes sociales porque tienen miedo a hacerlas públicas. ¿Nos extraña? Intentan callarnos a todas. Intentan cambiar la mirada y culpabilizar a las mujeres que han sufrido acoso sexual, porque son ellas las que tenían que parar, las que tenían que decir basta.

¿Hasta cuándo el foco en nosotras? ¿Cuándo empezarán a mirarlos, a cuestionarlos a ellos? Que los que tienen que tener vergüenza son ellos y ahora también los jueces que actúan como Adolfo Carretero. Que los que tienen que dejar de acosar, violar y maltratar son los hombres, que se ven con el derecho de violentar y poseer nuestros cuerpos. Este juez, al que habría que cesar del cargo, lo deja claro no solo con sus acusaciones y violencia verbal, sino con ese tono lascivo a la hora de preguntarle por lo que ocurrió. Qué poco respeto, qué maltrato. Como dice Cristina Fallarás, parece hasta divertirse exponiendo lo vivido, sintiéndose dueño y señor no solo de esta historia, no solo de este cuerpo, sino de las historias y de los cuerpos de todas.

Pero lo que no sabe es que estamos todas aquí y que ese trato vejatorio no ha sido solo con Elisa, sino con todas las mujeres que sí la creemos.