Cargando...

TRABAJOS SUCIOS

El retiro soñado por el juez García de Dios

"El magistrado fue objeto de algún expediente y alguna sanción por parte del Consejo del Poder Judicial, nada tan grave como para impedirle jubilarse tranquilamente y poder dedicarse a ver vídeos de policías cometiendo delitos, tal y como dijo en TV3"...

Antidisturbios frente a los manifestantes en la Via Laietana de Barcelona | EFE

Soy un firme defensor de nuestro sistema judicial y, sobre todo, de los que forman parte de su engranaje. Durante estas tres últimas décadas de ejercicio del periodismo de sucesos y tribunales he tenido ocasión de tratar con muchos jueces, fiscales y funcionarios, casi siempre anónimos, que con su trabajo diario hacen funcionar eso que llamamos Estado de Derecho. Los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, son el ejemplo perfecto de esto, del primer escalón de la Justicia. Allí nadie quiere convertirse en estrella, casi todos reman en la misma dirección y procuran no poner palos en las ruedas. Aunque siempre hay excepciones. En Plaza de Castilla, concretamente en el Juzgado de Instrucción 6, ejerció como magistrado Ramiro García de Dios, jubilado el pasado año.

Su labor como juez de control del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) le valió el Premio de Derechos Humanos 2016, otorgado por la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE), "por su valiente y decidida labor de garantía y defensa". García de Dios, miembro de Juezas y Jueces para la Democracia, ha hecho gala, siempre que ha tenido ocasión, de su ideología, que tiene como único eje cuestionar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad, lo que él siempre ha envuelto con la cobertura del "garantismo".

El programa de TV3 'Preguntes Freqüents' no podía desaprovechar la ocasión y entrevistó el pasado sábado, 3 de noviembre, al magistrado, que, cumpliendo el guion previsto, dio a su público y al del programa lo que esperaban. Así, el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, con el que coincidió como juez de instrucción en Bilbao, "era un juez mediocre y autoritario, complaciente con el subsistema policial (sic), lo que le permitió convertirse en ministro del Interior". Preguntado por los disturbios en Cataluña, el ex juez dijo que había visto muchos vídeos en los que Policía y Mossos habían cometido "actos presuntamente delictivos, especialmente delitos contra la integridad moral". No se le oyó ni una sola palabra sobre las decenas de agentes heridos –alguno de ellos sigue hospitalizado- ni sobre la violencia con la que se emplearon una buena parte de los manifestantes. García de Dios, ante un público y una entrevistadora entusiasmados con su discurso, no quiso defraudar y sugirió que la Policía manipula pruebas, por ejemplo, colocando "una bolsita con un pedrusco" a alguien que lo "único que ha hecho ha sido no correr lo suficiente". La receta para evitar estos abusos es, según el exjuez, "tener una sana y prudente desconfianza del aparato policial".

Esta "sana desconfianza" llevó hace unos años al entonces juez a negarle al Grupo de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid un mandamiento para solicitar a una empresa de telefonía el tráfico de llamadas y los posicionamientos del móvil de una prostituta desaparecida. Los agentes le insistieron en que la desaparición era de alta riesgo, que esa información era importantísima para poder averiguar, por ejemplo, quién había sido su último cliente o dónde había podido ser capturada. Nada convenció al magistrado García de Dios, que invocó a su habitual garantismo para denegar las peticiones de la Policía. Días después, apareció el cadáver de la prostituta, tal y como avisaron los investigadores. La actitud del juez provocó una queja de la entonces comisaria de la UDEV Madrid al Consejo General del Poder Judicial, que salvaguardó la independencia del juez.

La jubilación de García de Dios llegó pocos meses después del asesinato de Jenny, una dominicana que murió el 18 de septiembre de 2017 de un disparo en la cabeza cuando salía de su casa en Vallecas (Madrid). El Grupo de Homicidios solicitó al juez el registro del domicilio de la víctima y un mandamiento para conocer el tráfico de llamadas del teléfono de la mujer asesinada, madre de un hijo. El juez, haciendo valer su "sana desconfianza" y garantizando los derechos de no se sabe muy bien quién, denegó todo. Nada más jubilarse, en febrero de 2018, su sucesor dio el visto bueno a las mismas peticiones de la Policía, que a día de hoy continúa trabajando para detener al asesino.

En los casi 20 años que García de Dios estuvo al frente del juzgado 6 de Madrid, se sucedieron episodios de comedia bufa. En una ocasión, suspendió un juicio porque los policías que acudieron como testigos iban de uniforme –estaban en su turno de trabajo-. Según el juez, lo hacían para "amedrentar al detenido". El magistrado fue objeto de algún expediente y alguna sanción por parte del Consejo del Poder Judicial, nada tan grave como para impedirle jubilarse tranquilamente y poder dedicarse a ver vídeos de policías cometiendo delitos, tal y como dijo en TV3. Ni siquiera él hubiese soñado con un mejor retiro.

Manuel Marlasca
  Madrid | 10/11/2019