EL PATIO
Ayuso empuja a Casado
"A partir de ahora, el líder del PP tiene una difícil misión: tiene que elegir cómo quiere ser para convencer al resto de España. ¿Quiere ser como Isabel Díaz Ayuso? ¿O quiere ser como Alberto Núñez Feijoo? ¿O quiere ser él mismo? ¿O es posible ser todo a la vez?..."
La victoria de Isabel Díaz Ayuso es una victoria para Pablo Casado. El Presidente del Partido Popular tiene un objetivo: llegar a Moncloa. Y a partir de hoy, en Génova, lo ven más cerca. Porque Ayuso se ha presentado en estas elecciones como la gran alternativa a las políticas de Pedro Sánchez y ha conseguido ganar la batalla que ella misma comenzó.
El candidato socialista, Ángel Gabilondo, se ha esforzado en desvincularse de la Moncloa, centrando sus mensajes en Madrid y defendiendo que él habla por sí mismo. Pero lo cierto es que los madrileños y las madrileñas han decidido que prefieren a Díaz Ayuso frente al PSOE de Sánchez. La alternativa en Madrid al Gobierno de coalición de España es Isabel Díaz Ayuso. Pablo Casado quiere que esa alternativa cale en toda España y las urnas se llenen de votos para el PP. Desde el balcón de Génova, celebrando la victoria, Casado ha sentenciado que hoy se ha producido una "moción de censura contra el Sanchismo" y que "Madrid es el Km. 0 del cambio en España".
Bien sabe el Presidente del Partido Popular que a Moncloa se llega a base de victorias electorales territoriales, por eso defiende que las elecciones en Madrid son un punto de inflexión en la política nacional. El discurso de que el Gobierno de coalición del PSOE y de Unidas Podemos es el de las mentiras, los insultos y la incompetencia le ha servido a Génova para conservar el Gobierno de Madrid y será un discurso que seguiremos escuchando a los políticos del Partido Popular en los meses venideros.
La victoria de Díaz Ayuso ofrece otras dos alegrías a Casado. La primera es la paulatina desaparición de Ciudadanos. Los populares han conseguido la tan anhelada reunificación del centro derecha. Han acabado con el partido de Inés Arrimadas en Madrid y eso les ofrece un camino más fácil en los próximos comicios territoriales, porque parece complicado que el partido naranja recupere el terreno perdido.
Y la otra alegría para la dirección popular es que no necesitarán el voto favorable de Vox para seguir gobernando Madrid. Porque el plan de Casado también pasa por hacer que el partido de Santiago Abascal sea irrelevante y recuperar a todos los votantes que se fueron a la formación de ultraderecha.
España empieza en Madrid, aseguran hoy en Génova pero no todo es tan fácilmente extrapolable. A partir de ahora, el líder del PP tiene una difícil misión: tiene que elegir cómo quiere ser para convencer al resto de España. ¿Quiere ser como Isabel Díaz Ayuso? ¿O quiere ser como Alberto Núñez Feijoo? ¿O quiere ser él mismo? ¿O es posible ser todo a la vez?