Una luz que nunca se va
No somos nuestros trabajos
"No hay que llegar a nada. La vida no es una carrera, no estamos compitiendo, de hecho la meta es la misma para todas las personas, todas la cruzaremos queramos o no..."
Llegar a ser 'alguien' en la vida es una exigencia. No es suficiente con 'ser' (sea lo que sea eso) que además tenemos que diferenciarnos del resto, tenemos que importar, hacer algo grande, algo que sea recordado, algo que no se pierda en el tiempo, tenemos que pasar a la posteridad. Hemos de poner nuestro esfuerzo en distanciarnos de lo que viene dado, del mero hecho de respirar (que ya es mucho), para además deslumbrar de alguna manera: no podemos ser comunes, tenemos que encontrar nuestra especialidad y además potenciarla.
El problema es que ese 'alguien' siempre está relacionada con la profesión, con el ámbito de lo laboral, puesto que nuestra identidad está firmemente imbricada a nuestro trabajo. Aquellas personas que no 'consiguen' un trabajo, que viven situaciones de desempleo, que son despedidas o que se jubilan, viven una suerte de expulsión de sus lugares de enunciación.
No sabemos nombrarnos a nosotros mismos si no nos relacionamos con aquello que hacemos para ganarnos la vida. No sabemos relacionarnos sin que el trabajo (eso que nos arrebata el único tiempo que tenemos aquí) sea el centro de lo que somos. La cuestión es que no somos nuestros trabajos, no somos solo aquello que hacemos, somos muchas más cosas. Si no tenemos la capacidad de tomar distancia con esto lo que tendremos es a personas que creen que no han llegado a ser 'nada' en la vida porque no han destacado profesionalmente o porque su tiempo ha sido dedicado a los cuidados, por ejemplo, porque no ha habido ningún reconocimiento público, porque todo lo que han hecho es aquello que es invisible, que se dan por sentadas pero que sostiene el mundo.
No hay que llegar a nada. La vida no es una carrera, no estamos compitiendo, de hecho la meta es la misma para todas las personas, todas la cruzaremos queramos o no, dará igual si 'eras alguien' porque pusiste una bandera en un planeta o si 'no eres nadie' porque 'solo' limpiabas escaleras.
Nuestros trabajos no nos definen, nos definen siempre nuestros actos: cómo tratamos a los demás. Esto es lo que es ser alguien en la vida, el comprender que fuera de las exigencias es donde suceden las cosas, lejos de los marcos establecidos en los que nos relacionamos.
Ahí, y no en otro lugar, es donde realmente podremos encontrarnos.