Mala noche para izquierda
La derecha roza el 60% tras la debacle del PSOE, pero Guardiola sigue atada a Vox
La otra cara Ante una derecha que sale victoriosa, está el PSOE de Miguel Ángel Gallardo con una deblace clamorosa en un territorio tradicionalmente de izquierdas como es el extremeño.
Resumen IA supervisado
En las elecciones del 21-D en Extremadura, la derecha ha ganado con el 60% de los votos, aunque el Partido Popular (PP) de María Guardiola no logró la mayoría absoluta, quedando dependiente de Vox, que ha ganado seis escaños más. La izquierda, liderada por el PSOE, ha sufrido una derrota histórica, perdiendo diez escaños. Miguel Ángel Gallardo, candidato del PSOE, no ha dimitido a pesar de los malos resultados, culpando a Guardiola por adelantar las elecciones. En el PP, aunque celebran la victoria, no han alcanzado todos sus objetivos y dependen de Vox para gobernar. La participación electoral ha disminuido en comparación con 2023, con una abstención cercana al 40%.
* Resumen supervisado por periodistas.
La derecha ha ganado las elecciones de este 21-D en Extremadura aglutinando un 60% de los votos recibidos. Una victoria que no es del Partido Popular (PP) de María Guardiola que si bien logra un escaño más respecto a los comicios anteriores, continúa atada al Vox de Óscar Fernández. Precisamente, los de Santiago Abascal son los únicos que pueden celebrar los resultados pues logran seis escaños más que en 2023. Frente a ellos, una izquierda en debacle histórica que, sin embargo, no ha provocado la dimisión de Miguel Ángel Gallardo, el candidato imputado.
Con un 43,07% de los votos Guardiola está obligada a pactar con el 16,94% del apoyo que ha recibido Fernández, puesto que los 29 escaños que los 'populares' han logrado en estos comicios no son suficientes para alcanzar la mayoría absoluta. Solo con los 11 diputados de Vox el PP puede superar la mayoría absoluta de la Asamblea de Extremadura. El PP que pierde votos y, de nuevo, condenado a entenderse con un Vox que duplica sus escaños y recibe más de 35.000 votos más que en la pasada cita electoral autonómica.
Una aritmética parlamentaria en la que el PSOE se presenta como el gran derrotado de estas elecciones, perdiendo hasta diez escaños y logrando tan solo un 25,78% de los votos. Unos números que sumados a los de Unidas por Extremadura tampoco ofrecen una mayoría de izquierdas en la cámara extremeña (25 escaños), pues si bien logra tres escaños más que en las pasadas elecciones, su 10,24% de apoyos no son suficientes.
Y a pesar de esta debacle histórica, Miguel Ángel Gallardo opta por no dimitir e, incluso, no duda en culpar a Guardiola por haber convocado las elecciones autonómicas. Una línea muy similar a la utilizada por la secretaria de Organización, Rebeca Torró, desde Ferraz, quien ha lamentado que "el PP vuelve a la casilla de salida", en referencia al adelanto electoral que Guardiola anunció por no lograr acordar unos presupuestos con los de Santiago Abascal.
Sin rastro de autocrítica
Una autocrítica inexistente que, sin la totalidad de las papeletas escrutadas, ya exigían los socios de investidura de Pedro Sánchez. En una publicación de X, Gabriel Rufián, analizaba los resultados, instando a Sánchez a la "autocrítica", pues de lo contrario será una "barbarie". El republicano se refiere a la declaración institucional de este lunes del presidente, en la que que si bien se espera que anuncie el relevo de Pilar Alegría como ministra portavoz, también que valore de alguna manera la derrota nunca vista de los socialistas en un territorio extremeño tradicionalmente de izquierdas.
Aunque de forma pública los socialistas no acaban de admitir la derrota, en privado sí que reconocen el fracaso. Mientras que fuentes de Ferraz se limitan a admitir a laSexta que "el candidato no ha tirado electoralmente y que no han sabido movilizar"; en las filas socialistas extremeñas lo que reconocían era la desolación y la tristeza absoluta, atreviéndose a defirnir los resultados de "desastre" y recomendando tanto la salida de Gallardo como la refundación del PSOE.
Preocupación que se extiende a los socios de coalición de Pedro Sánchez. A través de una publicación en redes sociales, Sumar ha pedido que estos malos resultados de la izquierda sirvan como "llamada de acción", aunque en base al optimismo, pues aseguran que la mayoría de derechas "puede desequilibrar la balanza, pero, para activarla". En este sentido, subrayan tener "el reto de reconstruir la confianza en un rumbo de progreso, justicia social y democracia que garantice vidas asequibles y dignas".
Fiesta en Génova, pero a medias
En el PP, en cambio, los tambores de fiesta son la norma, aunque si se observan los tres umbrales que aspiraban a cumplir la fiesta no tendría que ser tal, ya que no han alcanzado la integridad de los objetivos que marcaron antes de empezar el recuento electoral. En concreto, no han llegado a 30 diputados y mucho menos mayoría absoluta.
Si bien han conseguido más del 40% de los voto y colocarse diez puntos por encima del PSOE, Vox está tan fuerte que es muy difícil que les convenzan para que solo se abstengan en investidura y presupuestos. Incluso, queda encima de la mesa la posibilidad de que los de Santiago Abascal fuercen unas segundas elecciones en Extremadura.
De hecho, en las filas de Vox, aseguran a laSexta que todavía no tienen claro qué van a pedir a Guardiola, aunque será más de lo que se planteaba en un primer momento. Lo que sí confirman, en cambio, es que la 'popular' no volverá a ser presidenta de la Junta de Extremadura si no acepta las condiciones que terminarán siendo establecidas desde Bambú. Incluso, alejan la sombra de una posible abstención, puesto que el PP ha perdido votos, frente a sus mejoras: "El pueblo a hablado", subrayan.
Pese a ello, el presidente de los 'populares', Alberto Núñez Feijóo, ha felicitado a su baronesa en Extremadura por lo que define como "una victoria incontestable". "Extremadura ha hablado y ha dicho que no quiere más 'sanchismo'", ha subrayado el presidente del PP, quien ha destacado que a Sánchez se le "cae el relato y el muro".
Si bien Guardiola no ha hecho mención directa a Sánchez o a lo conocido como el 'sanchismo', sí ha lanzado algún que otro dardo a los de Santiago Abascal, pese a que las urnas la han condenado a entenderse con la formación de ultraderecha. "No sé a quien llamar de Vox, si a Óscar [Fernández] o a [Santigo] Abascal", ha criticado con cierta sorna, respecto al protagonismo que ha tenido el líder a nivel nacional de la formación, frente al candidatao a presidir la Junta de Extremadura.
Horas bajas en Moncloa
También ha sido felicitada Guardiola por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien como secretario general del PSOE también ha valorado positivamente "el gran trabajo realizado" de Gallardo. Un mensaje sin mención a la catástrofe de los números, pero sí sacando pecho de su formación: "Nuestro partido será siempre garante de los servicios públicos, la igualdad y el progreso", se ha limitado en subrayar el socialista.
En defintiva, la derecha conquista unos comicios autonómicos ante una izquierda cada más débil y liderada por Ferraz donde los problemas no dejan de crecer. Ya sea por la imputación de Gallardo en la causa que investiga al hermano de Sánchez por la que se sentará en el banquillo en febrero; ya sea por los casos de acoso sexual en las filas socialistas; o ya sea por el estallido del caso Koldo, que ha llegado salpicar a José Luis Ábalos y Santos Cerdán. Tampoco puede olvidarse de la fontanera Leire Díez.
Todo, en unos comicios en los que la participación ha sido diez puntos porcentuales menor que la del 2023, aumentando de esta manera, la abstención de la ciudadanía que este domingo ha rozado el 40%.
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