Lotería de Navidad

Curiosidades sobre Doña Manolita: la historia de una joven de 25 años que convirtió un estanco en una administración

Doña Manolita no siempre ha sido una administración. Tampoco ha estado ubicada siempre en la misma zona de Madrid. Ni ha tenido la fama que tiene ahora.

En breve

Doña Manolita es una apuesta segura para los jugadores más veteranos de la Lotería Nacional de Navidad, pues la administración tiene fama de ser una de las más afortunadas. Y por ello es una de las paradas obligatorias en las visitas a la capital.

Prueba de ello es la cantidad de gente que se acumula cada día a las puertas del local de la calle del Carmen. Y es directamente proporcional: cuanto más se acerca el 22 de diciembre, más personas se unen a la fila de la administración para adquirir sus décimos. Todos con el mismo objetivo: comprar el futuro número del Gordo de Navidad. Ese que cantan con más alegría - o emoción - los niños de San Idelfonso.

Ha repartido el Gordo casi 80 veces

Aproximadamente ochenta han sido las veces que la administración madrileña ha celebrado el Gordo de Navidad. Sin embargo, no es una cifra tan alta si se tiene en cuenta que el sorteo lleva celebrándose algo más de 200 años.

Eso sí, no hay que restarle mérito al récord que logró en 2019, año en el que repartió, ni más ni menos que, el Gordo, el segundo y el tercer premio, uno de los cuartos y dos quintos. Pero, ¿esto quiere decir que Doña Manolita es una de las administraciones con más suerte? No, te lo explicamos en este enlace.

De estanco a administración de Lotería

Lo que tampoco es cierto es que Doña Manolita siempre se haya dedicado a lo mismo. De hecho, su primer negocio fue un estanco en la Calle Hortaleza de Madrid, según relata en su página web.

Fue en el año 1904, cuando tenía 25 años, cuando pasó a ser la Administración nº 67, situada en la calle de San Bernardo.

No siempre repartió suerte

La suerte del principiante no fue precisamente la de Doña Manolita. Durante los primeros años de la administración no consiguió repartir ningún premio a sus clientes: los estudiantes de la Universidad Central de Madrid.

Así, la mujer decidió recurrir a la Virgen del Pilar. Se desplazó hasta Zaragoza para bendecir sus décimos. "La creencia, la casualidad o quizá la fé depositada hicieron que esos décimos fuesen premiados en el sorteo de Navidad", recoge el portal web de la administración.

Doña Manolita pasó por Gran Vía

Así es, Doña Manolita no siempre ha estado en la calle del Carmen. En los años 30 se trasladó a la Gran vía de Madrid. Fue allí donde tuvo que hacer frente a la Guerra Civil. De hecho, en 1937 sufrió un bombardeo en su escaparate. El desastre fue tal que, ese año, perdió el 95% de sus clientes.

Pero eso no le impidió que siguiese atendiendo a su público. Prueba de ello es que a día de hoy sigue dedicándose a ello. Pero ahora desde la calle del Carmen, donde se trasladó en 2011.

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