NO INVERTIR TODO EN PAGAR DEUDAS, ESENCIAL
Estas son las claves para invertir correctamente el dinero ganado en la Lotería
El 70% de los premiados con el Gordo se gasta el dinero en cinco años. Para evitar quedarse sin nada, los expertos aconsejan invertir en productos a largo plazo, pero desaconsejan comprar ahora una vivienda.
Cuando Pedro Hernando entró en un bar hace dos años no lo sabía, pero era 320.000 euros más rico. "El mismo día 22 a las 17:30 horas (el dinero) ya estaba en la cuenta", ha asegurado.
Le tocó el gordo a punto de prejubilarse y sin problemas económicos, decidió continuar pagando su hipoteca.
"No me iba a quitar una hipoteca que me desgravaba. No he tenido que comprar casas, no he tenido que comprar coches, no he tenido que comprar nada", ha afirmado.
El 70% de premiados se gasta el dinero en cinco años
Las estadísticas son abrumadoras, el 70% de los premiados se gasta todo el dinero de El Gordo en cinco años. Para evitar que esto ocurra, los expertos aconsejan invertir en productos a largo plazo.
"Pueden ser fondos de inversión o planes de pensiones. Dentro de esta tipología hay productos que, incluso, reparten rentas mensuales", ha explicado Borja Fernández, director comercial del grupo Dunas Comercial.
Vivienda, sí; pero con cabeza porque no es el mejor momento para comprar una casa. "El mercado de la vivienda está empezando a estar relativamente caro y quizá no es el momento idóneo para comprar y podemos ahorrar esperando a que vengan tiempos mejores", añade Fernández.
Tapar agujeros con cuidado de no invertir todo en pagar deudas es una opción. "Evidentemente, tapar agujeros siempre va bien, pero tapar agujeros con 320.000 euros es una vía de agua", ha apuntado Fernández.
Caprichos, pocos o ninguno. "Entre el 0 y el 5% del total, hay que ser previsor", indica Fernández. Aunque 15.000 euros en caprichos dan para mucho.
En Combarro (Pontevedra)
El 57170, la pedrea de la Lotería de Navidad que nunca fue premio: "Lo cantó alto y claro"
En una peluquería de Combarro (Pontevedra), estaban encantados —bueno, encantadas— porque por fin les había tocado algo con un número con el que jugaban siempre la Lotería de Navidad. La alegría les duró muy poco.